Europa prevé incrementar su gasto militar un 33% en cuatro años

Las partidas de defensa de los países de la Unión Europea (UE) se incrementaron un 6% el año pasado, hasta alcanzar los 214.000 millones de euros. Este es el dato principal ofrecido por la Revisión Anual Coordinada de Defensa (CARD) esta semana. El informe, que desde el martes está en poder de los Ministros de Defensa de los países socios, estima además que el dato continuará creciendo hasta sumar en 2025 en torno a 70.000 millones euros más, lo que equivale a un crecimiento del 32,71% en tres años.

Antes de esa fecha, el documento “considera que si se cumplen los aumentos anunciados en el gasto de defensa, los Estados miembros posiblemente se habrán recuperado en 2023 del gasto insuficiente de la crisis financiera y podrán concentrarse más a las futuras necesidades de defensa”. Así lo ha trasladado la Agencia Europea de Defensa (EDA), responsable de este trabajo en el que cada año se repasa la situación de la defensa en el viejo continente.

Por otra parte, el CARD 2022 “identifica un claro riesgo de gasto aislado en defensa a medio y largo plazo”. Se trata de una amenaza que lleva camino de acentuarse, señala la fuente, “si los Estados miembros favorecen las adquisiciones individuales fuera de la UE en lugar de inversiones a más largo plazo”.

En esta línea, el informe advierte de que la cooperación en materia de defensa sigue siendo la excepción y no la norma. En concreto, “encuentra que los Estados miembros implementan sus planes en gran medida a nivel nacional, con solo el 18% de todas las inversiones en programas de defensa realizados en cooperación con otros países de la UE”. Y esto a pesar de que algunas oportunidades de colaboración identificadas en el denominado “ciclo CARD 2020” han dado lugar a proyectos de cooperación permanente estructurada (Pesco). El informe anual, desarrollado “en estrecha coordinación con el Servicio Europeo de Acción Exterior (EEAS) y el Estado Mayor de la UE (EUMS), incide en que los Estados miembros “buscan principalmente soluciones cooperativas para los proyectos cuando coinciden con los planes nacionales, benefician a la industria nacional o consolidan una alianza estratégica”.

Brechas de capacidad

En cuanto a las recomendaciones que el CARD 2022 ofrece se encuentran tres mensajes clave. El primero traslada la idea de reparar el pasado mediante un mayor gasto militar, para lo que recomienda “que el aumento en el gasto en defensa se utilice para satisfacer las necesidades urgentes de defensa y cerrar las brechas de capacidad identificadas”, de acuerdo con la EDA.

Una segunda clave conmina a los países socios a prepararse “hoy planificando para 2040”. Más concretamente, “recomienda que, de acuerdo con la visión de la Brújula Estratégica, los Estados miembros elaboren una perspectiva común de capacidad a largo plazo para el panorama de defensa de la UE, previendo cómo se configurará para 2040, con un mayor apoyo para adoptar un enfoque de la UE para la planificación de la capacidad cooperativa”.

La tercera idea en la que se presta mayor atención alude a “ganar el futuro con una defensa europea capaz y coherente”. En este punto, lo que el CARD recomienda es aprovechar las oportunidades de colaboración que ofrece “a través de proyectos en Pesco, el Fondo Europeo de Defensa u otros marcos”, y también propone concretar proyectos, por ejemplo para operaciones cibernéticas o sistemas de información y mando táctico interoperables. En este apartado también expresa la necesidad de cubrir brechas críticas, incluidos habilitadores, como el transporte aéreo estratégico, la proyección de poder marítimo y los sistemas de defensa aérea de alta gama.

Hacer de la cooperación la norma

A juicio del presidente ejecutivo de la EDA, Jiří Šedivý, “sin tener una cartera sólida de capacidades militares de alto nivel para un amplio espectro de operaciones, incluida la alta intensidad, la UE no se convertirá en un proveedor de seguridad creíble”. Ante el nuevo panorama, añade, “a nivel de la UE, ahora debemos trabajar para cambiar el equilibrio y hacer de la cooperación la norma. El progreso en proyectos de cooperación desde nuestro informe de 2020 ha sido limitado, la cooperación renovada en capacidades de próxima generación es esencial para satisfacer las necesidades futuras”.