J. García Vargas (Feindef): "Hay que ir hacia una concentración en la industria de defensa a nivel europeo"

Julián García Vargas casi no necesita presentación. Ministro primero de Sanidad y después de Defensa en los gobiernos de Felipe González, preside desde 2019 la fundación que organiza la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef). 

El evento, que abrirá sus puertas en poco más de un mes, es el gran escaparate para una industria de defensa española que, en palabras de García Vargas, está ante "un horizonte de posibilidades inédito" con una amplio abanico de oportunidades, pero también desafíos. "Tenemos que ir hacia una cierta concentración empresarial e industrial a nivel europeo", apunta, en un contexto claramente marcado por la guerra en Ucrania y el incremento de la demanda. 

Una extensa entrevista a Infodefensa.com, García Vargas habla largo y tendido de la industria de defensa española, de la próxima edición de Feindef, de los efectos para el sector de la guerra en Ucrania y hasta la mili. "De momento ese debate no prende en España, pero terminará prendiendo, ya lo verá", pronostica.

¿Cuáles serán las novedades de la tercera edición de Feindef?

La novedad más importante es intentar dar visibilidad a los emprendedores y acercarlos a las grandes empresas. Es una gran tarea pendiente de nuestra industria. Respecto a las grandes cifras, contamos ya con una larga lista de expositores con casi 400 stands, 25% extranjeros, y 100 delegaciones de otros países. Esperamos que la feria sea un éxito de asistencia, de exhibidores, de delegaciones, de empresas extranjeras y, por supuesto, de público.

La feria es el gran escaparate de la industria española, ¿cómo ve el sector?

La veo bastante bien. Cada vez exporta más, prácticamente de los 7.000 millones que produce, el 50% vienen del extranjero, sobre todo, dentro de la Unión Europea y tiene además un peso creciente dentro de la economía nacional. En la actualidad, aporta en torno al 0,8% del PIB, una cifra ya respetable. Pero, sobre todo, contribuye con tecnología dual, algo fundamental para cualquier país que quiera progresar.

Ahora que surgen nuevos programas en España y oportunidades también en Europa, ¿cree que tiene capacidad para competir?

Sobre todo, la veo capaz de colaborar con otras empresas europeas en igualdad de circunstancias, porque en realidad la competencia de dentro de la UE está garantizada. Se trata de modular esa competencia haciendo que la industria colabore más entre sí y cree grupos cada vez más potentes con capacidad de atender las necesidades estratégicas del continente. En realidad, la industria con quien tiene que competir es con Estados Unidos, dentro de la colaboración inevitable que siempre ha habido con los aliados, con Rusia, China y otros países emergentes.

Parece que la clave ahora es la colaboración

Sí, tenemos empresas relativamente pequeñas que tienen que acostumbrarse a trabajar más conjuntamente haciendo que todos los sistemas sean compatibles. Los ejércitos europeos tienen una compatibilidad elevada, pero no como la de Estados Unidos. Esta es una gran tarea pendiente que la Comisión Europea pretende resolver a través de los fondos europeos de defensa. Espero que este tema vaya rápido porque nos hace falta. Ganar compatibilidad es muy importante para la eficacia sobre el terreno en las misiones.

También le quería preguntar por el nuevo escenario presupuestario en España

El escenario es muy prometedor. España ha pasado del 1% al 1,2% en un solo año y el compromiso de las fuerzas políticas más importantes es llegar al 2% del PIB, que está pendiente desde hace muchos años, en el 2029. Esto abre un horizonte de posibilidades inédito dentro de la industria nacional.

Una industria y unas Fuerzas Armadas que vienen de años de vacas flacas podríamos decir

Han sido años terribles, han sido años en los que no se han hecho modernizaciones. Ha disminuido la capacidad de maniobra de nuestras unidades que no tienen dinero para disparar. Por lo tanto, lo más importante ahora es la modernización de sistemas que tenemos y que no están totalmente a punto y al mismo tiempo incrementar los recursos para ejercicios sobre el terreno con tiro real. En segundo lugar, terminar los programas ya iniciados, la F-110, el A330, el NH90, el VCR 8x8... y algunos a punto de terminar. Y, en tercer lugar, iniciar proyectos nuevos como la radio táctica, los aviones no tripulados, los cohetes, o los aviones y helicópteros de la Armada. Esas son las tres prioridades por ese orden: primero, recuperar lo que tenemos; segundo, culminar los programas ya iniciados; y, tercero, iniciar los nuevos.

¿Es realista la hoja de ruta para llegar al 2% del PIB?

Yo creo que es un objetivo factible y realista dentro de las posibilidades de la economía española. Creo que dentro de ese esfuerzo los 5.500 millones de este año para inversiones son perfectamente compatibles e irán aumentando en los próximos años. Esa inversión se reparte para modernización, aproximadamente 1.000 millones, para programas ya iniciados, unos 3.000 millones, y para programas a iniciar, otros 1.000 o 1.500 millones.

Hace ya más de un año del inicio de la guerra de Ucrania, ¿cómo ha afectado el conflicto al sector?

A la industria le ha cogido en un buen momento de capacidad, pero con algunas limitaciones como, por ejemplo, en la fabricación de munición, que se ha visto que era suficiente para una época sin grandes enfrentamientos. La munición no se improvisa, la de artillería es muy compleja. Ya estamos viendo las dificultades que hay. Tenemos que recuperar las reservas y entregar lo prometido a Ucrania. También hemos visto que tenemos que estar preparados para colaborar entre socios europeos y atender cualquier contingencia. Cosa en la que hasta ahora no hemos estado muy atentos. Cada uno ha ido un poco por su cuenta y no ha tenido en cuenta la necesidad de hacer frente a un adversario común dentro del continente.

¿Está la industria preparada para responder a la demanda creciente?

Hay que hacer un esfuerzo para que los equipos y sistemas sean compatibles e interoperables sobre el terreno, como decía antes, también hay que avanzar para reducir la dispersión de grupos industriales, tenemos que ir hacia una cierta concentración empresarial e industrial a nivel europeo. Y ahí todos podemos contribuir en mayor o menor medida. En España no hay un gran campeón nacional, como, por ejemplo, Leonardo en Italia, pero podemos aportar mecanismos, sistemas o subsistemas vitales para cualquier tipo de armamento y luego hay que estar preparados para aprovechar los fondos europeos que van en la dirección que he dicho antes de mayor compatibilidad e interoperabilidad.

Habla de ese campeón nacional, ¿es un reto pendiente de la industria española?

Tenemos tres grandes campeones nacionales: Navantia, una gran integradora, capaz de competir con mercados difíciles como los asiáticos o en Reino Unido, donde ha conseguido contratos, lo está haciendo muy bien; Indra, el campeón nacional en radares y sistemas digitales; y luego tenemos una parte importante en Airbus, con dos socios muy potentes Francia y Alemania.

¿Es la captación de talento uno de los grandes retos del sector?

La innovación es vital en este sector con una tecnología avanzada. El talento es una de las facetas que hay que potenciar. En esa dirección va Feindef. La feria es un lugar de encuentro que tenemos que aprovechar. Me gustaría destacar el área Innova for Def & Sec, un espacio para innovadores con posibilidades de encontrarse con grandes empresas nacionales o extranjeras y exponer lo que están haciendo.

¿Cómo es la relación entre la Fundación Feindef, Tedae y Aesmide?

Todo está muy engrasado, gracias al apoyo de las dos organizaciones Tedae y Aesmide, que son las impulsoras, pero, sobre todo, gracias al apoyo incondicional clave del Ministerio de Defensa y otros ministerios como Industria.

El debate sobre la importancia de la Defensa ha llegado al Congreso sobre todo a raíz de la guerra en Ucrania, ¿es hoy la sociedad más consciente de la necesidad de tener unas Fuerzas Armadas bien equipadas y una industria potente?

En el Congreso todas las fuerzas políticas aprueban la inversión en Defensa, salvo la izquierda ilusoria que cree que la paz viene dada desde fuerzas inmateriales que nadie conoce, que se niega incluso a ayudar a Ucrania, y que pide una vía diplomática que nadie ve de momento. Ojalá esa línea fuera factible. Putin no parece que esté por la labor. Habrá que preguntar a esas fuerzas porque se empeñan en esa vía que solo ven ellas. La sociedad está empezando a ver que la industria no solo garantiza la soberanía nacional, sino también el I+D dual y, por tanto, el progreso, no solo de la industria, sino también de la sociedad.

¿Qué hay que hacer para mejorar la percepción de la Defensa?

Ya se ha avanzado mucho gracias a las misiones internacionales, por ejemplo, que han dado prestigio y visibilidad a las Fuerzas Armadas o a la Unidad Militar de Emergencia (UME) que está presente en todas las grandes catástrofes. Esto está dando una visibilidad que antes no tenían y está mejorando la percepción y aceptación de las Fuerzas Armadas, en un país que tradicionalmente ha sido muy poco militarista en las últimas décadas. Para mejorar esa percepción más, habría que explicar cuál es la realidad del mundo, los conflictos son consustanciales y las relaciones internacionales son una combinación de intereses y valores democráticos compartidos. Esto nunca viene dado sin esfuerzo. Hay que explicar a los jóvenes que tienen que estar preparados para apoyar estos valores a través de las Fuerzas Armadas o incluso directamente si fuera necesario. El servicio militar es una discusión que reaparece en Europa.

En España tenemos unas fuerzas armadas profesionales...

De momento ese debate no prende en España, pero terminará prendiendo, ya lo verá.