Londres está decidida a contar con un avión de combate de sexta generación “un paso por delante de los adversarios”. Las autoridades de Defensa del país ha anunciado una asignación de fondos de 656 millones de libras (casi 740 millones de euros al cambio actual) “para progresar en el futuro programa de aviones de combate”, en alusión a la iniciativa GCAP (siglas en inglés de Programa Aéreo de Combate Global), que Reino Unido está desarrollando junto a Japón e Italia. Este desembolso, explica el Ministerio de Defensa, “impulsará el programa de aviones de combate de sexta generación a la siguiente fase, centrándose en la tecnología”, al tiempo que respalda “miles de empleos en todo el país a medida que se expande con los socios de GCAP Japón e Italia”. De momento, ya hay más de 2.800 personas trabajando en Reino Unido en este programa, en el que están implicadas 600 organizaciones contratadas del país, incluidas pymes e instituciones académicas.
En la información oficial emitida por el departamento este viernes se destaca que el país está centrado “en la fecha de entrada en servicio de la aeronave en 2035 para garantizar que las Fuerzas Armadas del Reino Unido se mantengan un paso por delante de los adversarios”.
La nueva inversión forma parte de los más de 2.000 millones de libras que Reino Unido se ha comprometido a desembolsar hasta mayo de 2025 en el denominado Documento de Mando de Defensa de 2021.
El contrato principal de este programa en Reino Unido ha sido adjudicado a la compañía BAE Systems, en nombre de las empresas de defensa británicas Leonardo UK, MBDA UK y Rolls-Royce, de modo que se pueda “avanzar en el diseño y desarrollo de este avión” desarrollado bajo el GCAP, y que es denominado Tempest en el caso británico.
60 demostraciones
El ministerio trabaja ahora junto con los socios industriales y en colaboración con Japón e Italia con el objetivo de avanzar “en la madurez de más de 60 demostraciones de tecnología punta, conceptos digitales y nuevas tecnologías”. Se trata de unos desarrollos considerados fundamentales “para la capacidad de defensa soberana del Reino Unido, y ayudarán a dar forma a los requisitos finales con Japón e Italia para la plataforma aérea de combate, que entrará en servicio en 2035”.
El propio secretario de Defensa británico, Ben Wallace, ha insistido en la obtención del aparato en esta fecha. Según sus palabras, “el próximo tramo de financiación para el futuro avión de combate ayudará a fusionar las tecnologías y la experiencia combinadas que tenemos con nuestros socios internacionales, tanto en Europa como en el Pacífico, para entregar este avión de combate líder en el mundo para 2035, protegiendo nuestros cielos en las próximas décadas”.
El futuro avión está concebido “para ser un caza furtivo innovador con capacidad supersónica y equipado con tecnologías de vanguardia, incluidas capacidades de detección y protección de última generación”. El objetivo es conseguir “que el avión sea uno de los aviones de combate más avanzados, interoperables, adaptables y conectados del mundo en servicio a nivel mundial”.
30.000 millones para la economía británica
Este programa de futuro avión de combate contribuirá con 26.200 millones de libras a la economía británica (cerca de 30.000 millones de euros al cambio actual), según un informe de la consultora Price Waterhouse Coopers (PwC) publicado en 2021, que calcula además un promedio de 21.000 empleos al año para sacarlo adelante.
El trabajo en este programa “está impulsando la inversión en nuevas tecnologías, herramientas y técnicas digitales, incluida la ingeniería de sistemas basada en modelos con arquitecturas abiertas, gemelos digitales y entornos virtuales”. De este modo, concreta la información facilitada por el Ministerio de Defensa, “garantizará que los aviones de combate de próxima generación se entreguen más rápidamente y con mayor rentable que los programas aéreos de combate anteriores”.
El nuevo contrato, en boca del director gerente del programa en BAE Systems Air, “refleja el compromiso continuo del gobierno del Reino Unido y garantiza que sigamos madurando este importante programa y la línea de tecnología vital que impulsará la innovación en el sector aéreo de combate y más allá en las próximas décadas”.
El anuncio del nuevo desembolso llega después de que Reino Unido, Japón e Italia evidenciaran su alianza en torno a este programa en la muestra sectorial DSEI Japón, que tuvo lugar el mes pasado, y donde exhibieron el GCAP públicamente por primera vez desde que el programa fue anunciado por los primeros ministros de los tres países a fines del año pasado.
Competición con el FCAS
“Al combinar fuerzas, el Reino Unido y nuestros socios brindarán la capacidad militar que necesitamos para superar las amenazas que evolucionan rápidamente, compartir costos y garantizar que la RAF [Real Fuerza Aérea británica] siga siendo interoperable con algunos de nuestros socios más cercanos”.
El principal rival que prevé en el mercado para el GCAP es el proyecto de futuro sistema de combate aéreo (NGWS/FCAS) que por su parte han emprendido Alemania, Francia y España, y que a finales de 2022 volvió a tomar impulso tras 18 meses de un cierto parón por desavenencias entre las empresas implicadas. Teóricamente se podría generar una sana competición por lograr el mejor sistema entre ambos programas, pero muchas voces expertas llevan tiempo advirtiendo de que Europa no podrá competir en el futuro mercado de aviones de combates de sexta generación si no es capaz de unir sus diferentes proyectos en uno solo.