Tal día como hoy, 4 de julio pero de 1903, termina oficialmente la guerra filipino-estadounidense, la primera de liberación nacional del siglo XX. Fue un conflicto bélico acaecido entre Filipinas y el Ejército de los Estados Unidos de América desde el 4 de febrero de 1899 hasta el 16 de abril de 1902.
Este conflicto es conocido también como la insurrección filipina o la insurrección tagala, minimizando su importancia en asuntos internacionales. Este nombre fue históricamente el más usado en Estados Unidos, pero los filipinos y un número considerable de historiadores estadounidenses se refiere a estas hostilidades como la guerra filipino-estadounidense.
En 1999 la Biblioteca del Congreso estadounidense reclasificó sus referencias para usar este término. Durante la contienda murieron 20.000 militares filipinos y 4.234 estadounidenses. La mayoría los historiadores modernos sitúan el número de civiles muertos de la guerra entre 200.000 y 250.000, la mayoría a causa de la hambruna y las enfermedades.
Tras la derrota, Filipinas se convirtió en una colonia de Estados Unidos, que impulsó su cultura e idioma en las islas. Para guardar las apariencias, se sancionó un Philippine Bill y se implantó una Asamblea Nacional elegida por los filipinos, que comenzó a funcionar en 1907.