Otro avión militar de Boeing, el T-7A, replica el historial de retrasos del tanquero KC-46A

Los retrasos se acumulan en el nuevo avión de entrenamiento T-7A Red Hawk de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF). Ahora son problemas en la cadena de suministro los que añaden más demoras al cronograma del aparato desarrollado por la firma estadounidense Boeing junto a la compañía sueca Saab, según ha apuntado el fabricante. Se trata de dificultades que Boeing no llega a concretar, pero atribuye a determinadas piezas. La empresa calcula que la línea de producción del modelo deberá estar en marcha a mediados de este 2024, lo que supone retrasar unos meses un calendario que ya acumula una demora de en torno a dos años.

Ante estas circunstancias no ha sido posible entregar todavía los dos aviones de prueba que deben sumarse a uno ya suministrado, y que resultan necesarios para iniciar los ensayos de vuelo por parte de la USAF. El portal Breaking Defense recuerda que el inicio oficial de producción del nuevo modelo, previsto para el pasado diciembre, ya fue retrasado el año pasado hasta febrero de 2025. Ante esta circunstancia, Boeing previó comenzar a construir aviones de producción temprana, como alternativa a un contrato formal que no llega por los retrasos. De este modo trata de aligerar en lo posible la disponibilidad de los aparatos, que podría comenzar entre 2025 y 2026, según la compañía.

Febrero de 2026

Apenas cuatro meses después de que entrase en la línea de montaje el primer avión de entrenamiento T-7A Red Hawk, hace casi tres años, el programa ya acumulaba entre 15 y 18 meses de retraso estimado. Fue entonces cuando la USAF calculó que la revisión del proyecto de preproducción, conocido como Hito C, se demoraría hasta el último trimestre de 2023, un año después de la estimación inicial. Sin embargo, ese momento se ha visto a alargado de nuevo, y ahora la nueva fecha límite para la decisión de producción llega incluso a febrero de 2026, tres años más de lo originalmente programado.

La situación del T-7A recuerda a la de otro importante reciente producto de Boeing para la USAF, el avión cisterna KC-46A, que ha acumulado importantes retrasos y un sobrecoste milmillonario por diversos contratiempos.