La compañía semipública de construcción naval Fincantieri sigue ganando fuerza. La empresa, que protagoniza desde hace unos años una estrategia de adquisiciones y también de alianzas para aumentar su potencial en el mercado, ha dado un nuevo paso con la compra de la unidad de Sistemas de Armamento Submarino (UAS, por sus siglas en inglés) a la también italiana Leonardo.
La adquisición, estimada en 300 millones de euros, se completará previsiblemente a principios de 2025, según las previsiones de la compañía compradora. A esos 300 millones se podría sumar un máximo de 115 millones de euros, “como componente variable basado en determinadas hipótesis de crecimiento vinculadas al desempeño de la línea de negocio de UAS en 2024”, de modo que la compra puede cerrarse “por un valor empresarial máximo total de 415 millones de euros”.
Este movimiento, continúa la fuente oficial, “acelera y consolida el posicionamiento del grupo como líder en el sector de la defensa submarina y naval, en línea con la estrategia anunciada y tras una serie de iniciativas y acuerdos industriales previamente establecidos, incluida la adquisición de Remazel Engineering”.
Como resultado de la operación, Fincantieri también obtendrá el control de las tecnologías acústicas submarinas de Italia, lo que, a juicio de sus responsables, conformará “un elemento fundamental en la estrategia de crecimiento en el sector submarino, centrándose en nuevas aplicaciones en el ámbito militar, soluciones innovadoras para la seguridad de infraestructura submarina crítica y nuevos productos en el sector civil”.
La transacción supone para el consejero delegado de Fincantieri, Pierroberto Folgiero, “un hito crucial en nuestra historia de capital y en la implementación de la estrategia submarina de Fincantieri para el próximo ciclo industrial”.
El ámbito submarino está adquiriendo “cada vez más relevancia para cuestiones militares y de seguridad relacionadas con infraestructuras submarinas críticas, como gasoductos, cables para telecomunicaciones y transmisiones eléctricas, así como para la vigilancia de depósitos minerales marinos”, explican los responsables en la información facilitada sobre este movimiento.
Por su parte, el consejero delegado de Leonardo, Roberto Cingolani, ha explicado que “la eliminación de los sistemas de armamento submarino [en la empresa] forma parte del plan de racionalización de la cartera de negocios de Leonardo”. Con eta iniciativa, además, se “da mayor énfasis a la cooperación entre Leonardo y Fincantieri, en el marco destinado a lograr una defensa más efectiva y una competitividad global”.
Importancia estratégica en el Mar Mediterráneo
El dominio submarino tiene una importancia estratégica en el Mar Mediterráneo, al que la fuente describe como “un cruce de caminos entre tres continentes y densamente poblado de infraestructuras críticas”. Actividades como la inteligencia, la vigilancia, la defensa y la disuasión, añade, “están experimentando un fuerte crecimiento, lo que requiere un enfoque industrial dedicado”.
La empresa recuerda que su actividad submarina se remonta a principios del siglo XX, con la construcción del primer submarino italiano, el Delfino. Sin embargo, la empresa detuvo la producción y el desarrollo entre 1945 y 1968 debido a las limitaciones de la posguerra. Posteriormente, la producción se reanudó en 1968 con la fabricación de submarinos pequeños y medianos (clase Toti y clase Sauro). De 1996 a 2019, Fincantieri, en colaboración con la alemana ThyssenKrupp MS (TKMS), fortaleció sus capacidades para desarrollar grandes submarinos para el mercado interno, incluida la exploración de la propulsión con pilas de combustible de hidrógeno como alternativa a la propulsión nuclear.
Primer buque de este tipo totalmente propio
“Desde 2019, Fincantieri ha desarrollado su primer submarino totalmente propio, ha diseñado nuevos submarinos para la Armada italiana y ha construido minisubmarinos, ampliando así su cuota de exportación a mercados como Oriente Medio, el Mar Negro y el sudeste asiático, aún no atendidos por las ofertas industriales existentes”.
Durante 2023, Fincantieri también ha colaborado con la Armada italiana y empresas especializadas del sector para desarrollar una solución propia para un sistema de propulsión submarina que emplea batería de litio. Igualmente en 2023, la empresa alcanzó acuerdos con varias entidades. Entre ellas se incluye una alianza con Leonardo para iniciativas relacionadas con sensores y sistemas electrónicos; con CABI Cattaneo, empresa de diseño, desarrollo y suministro de vehículos submarinos para las Fuerzas Especiales de la Armada Italiana; con Sonsub, el centro de excelencia de Saipem, especializado en tecnologías y soluciones submarinas, y en el sector civil, el grupo firmó un acuerdo con WSense, una empresa de tecnología que se concentra en sistemas de comunicación y vigilancia submarina. El 15 de febrero de 2024, el grupo completó la adquisición de Remazel, líder mundial en el diseño y suministro de equipos superiores de alta complejidad, incluidos sistemas de lanzamiento y recuperación para vehículos submarinos.
Fincantieri también está tratando de vender submarinos al mercado exterior, donde también buscan hueco desde Europa compañías como la alemana TKMS, la francesa Naval Group y la española Navantia.
Ingresos de 160 millones
La línea de negocio Sistemas de Armamento Subacuático está especializada en el diseño y construcción de sistemas de defensa submarina, en particular torpedos, contramedidas y sonares. A principios de 2016, la empresa fue absorbida por Leonardo, donde se convirtió en una de sus líneas de negocio, y pasó a denominarse con su actual nombre (fue fundada como Whitehead Alenia Sistemi Subacquei). La línea de negocio también incluye una participación del 50% en la firma GEIE EuroTorp, creada con las francesas Naval Group y Thales y dedicada a la comercialización del torpedo ligero MU90.
UAS genera anualmente unos ingresos de aproximadamente 160 millones de euros y su resultado de explotación (Ebitda) alcanza los 34 millones de euros.