España celebra del 5 al 9 de mayo el ejercicio multinacional Eagle Eye 2025-02, un gran despliegue de las tres ramas de las Fuerzas Armadas —Ejército de Tierra, Ejército del Aire y del Espacio, y Armada— bajo el mando operativo del Mando de Operaciones (Mops). Esta activación busca integrar capacidades de presencia, vigilancia y disuasión en el sistema de defensa aérea nacional y se desarrolla en diversas áreas del litoral gallego atlántico, con especial protagonismo en la comarca de Barbanza.
El ejercicio está coordinado por el Mando Operativo Aéreo y controlado por el Mando de Operaciones, con el fin de mejorar la interoperabilidad entre las unidades de Tierra, del Aire y de la Armada.
La base de apoyo logístico del ejercicio será el Escuadrón de Vigilancia Aérea número 10 (EVA 10), situado en el monte Iroite, en la Sierra de Barbanza, en la confluencia de los términos municipales de Lousame, Boiro y Porto do Son, ubicados todos en la provincia de La Coruña.
Los Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA), como el de Noia, son las unidades aéreas responsables de la obtención, proceso y transmisión de datos de radar para su posterior explotación por los Grupo de Mando y Control, para hacer posible el cumplimiento de la misión asignada al Sistema de Vigilancia y Control Aéreo. En estas maniobras participan medios tanto del Ejército del Aire, como del de Tierra y de la Armada.
El objetivo de esta nueva activación es integrar las capacidades de los tres ejércitos en el sistema de defensa aérea nacional, con el objetivo de mejorar la eficiencia conjunta en el desarrollo de las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD) en todos los ámbitos de soberanía.
Por parte del Ejército del Aire y del Espacio participan seis Eurofighter del Ala 14 (Albacete) en misión QRA (Quick Reaction Alert). Con el objetivo de continuar su adiestramiento en cometidos de Policía Aérea en el espacio aéreo nacional, estos aviones realizarán servicios de alerta temprana, donde demostrarán su capacidad de estar en el aire en menos de 15 minutos desde la detección de una traza no identificada. Para llevar a cabo estas funciones, más de 80 militares de esta unidad —entre tripulaciones y personal de mantenimiento y apoyo— desplegarán en el aeródromo militar de Santiago.
El Grupo Central de Mando y Control (Grucemac), ubicado en la base aérea de Torrejón, será el encargado de ejercer la vigilancia del espacio aéreo. Para ello, empleará los datos proporcionados por los diferentes Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA), así como los obtenidos por los medios terrestres y navales.
Durante la activación, el Centro de Operaciones Aéreas (AOC) se constituye como puesto de mando y control, y será el responsable del control táctico para las operaciones de vigilancia, policía del aire y defensa del espacio aéreo de soberanía nacional.
En cuanto al Ejército de Tierra, la Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA) Cancerbero se desplegará para proporcionar defensa antiaérea y complementar así la vigilancia del espacio aéreo. En esta operación conjunta, la UDAA está generada sobre la base del Mando de Artillería Antiaérea (MAAA) y liderada por el Grupo de Artillería Antiaérea (GAAA) III/73 Patriot de Marines (Valencia). Está formada por los sistemas de misiles antiaéreos Patriot, Hawk y Mistral y cañones 35/90, la Unidad de Transmisiones del MAAA y una unidad de protección de la fuerza del Batallón de Infantería I/29 Zamora de la Brigada Galicia VII.
Por parte de la Armada, la fragata F-103 Blas de Lezo navegará en aguas del Atlántico para integrarse en el sistema de defensa aérea, al que aportará capacidades de vigilancia y defensa antiaérea, además de complementar la cobertura de los escuadrones de vigilancia aérea y de la UDAA desplegada.
Con todo, y una vez más, la activación Eagle Eye 25-02 demuestra las altas capacidades técnicas y operativas de las Fuerzas Armadas, y también es un claro ejemplo de sus valores fundamentales: trabajo en equipo, dedicación y un compromiso inquebrantable con la defensa y seguridad de España.
Este ejercicio sucede tras la primera activación Eagle Eye 25-01 en Murcia en marzo, que integró Ejército del Aire y Tierra en escenarios de interior, y en continuidad con Eagle Eye 24-02, celebrado el junio pasado en Santiago de Compostela, centrado también en la defensa aérea del Estado. La edición 2025-02 refuerza la capacidad de las Fuerzas Armadas españolas para operar de forma conjunta, mejora la interoperabilidad con aliados en misiones de la OTAN y fortalece la seguridad nacional ante las crecientes amenazas híbridas y riesgos en el espacio aéreo.
Al concluir el 9 de mayo, las unidades habrán validado nuevos procedimientos de mando y control, optimizado la respuesta rápida en escenarios costeros y afinado la coordinación interejércitos. Los datos recopilados permitirán al Mando de Operaciones ajustar planes futuros y consolidar a España como referente en defensa integral del espacio aéreo.