En la mañana del 9 de agosto de 2025, tres bombarderos supersónicos B-1B Lancer pertenecientes a la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), desplegados desde la base de Dyess en Texas, cruzaron los cielos del Ártico rumbo a Noruega y lo hicieron escoltados en parte de su trayecto por cazas españoles F-18M Hornet del Ejército del Aire y del Espacio en su labor de policía aérea.
El despliegue de los B-1B responde a la operación Bomber Task Force Europe 25-4B, que tiene como objetivo reforzar la cooperación, la interoperabilidad y el entrenamiento conjunto de la aviación aliada en escenarios de alta amenaza, especialmente en el contexto de la creciente tensión en Europa oriental y la próxima maniobra rusa Zapad-2025 en la región norte.
Los bombarderos estadounidenses aterrizaron en la base aérea de Ørland, la principal instalación de los F-35 noruegos, con la misión de participar en ejercicios avanzados de integración con distintos aviones y sistemas aliados. Durante su vuelo sobre el Atlántico Norte y el Ártico, fueron escoltados por los F-18 españoles destacados en la base islandesa de Keflavik, que por primera vez ejecutaban funciones operativas en esta zona estratégica bajo mando de la OTAN.
El acto de escolta tiene un claro valor simbólico y operativo: asegura la protección del convoy aéreo e ilustra el nivel de coordinación alcanzado entre fuerzas aéreas aliadas, capaces de operar en escenarios y distancias sin precedentes.
Según fuentes de la USAF, durante la misión se entrenaron maniobras de reacción rápida, vigilancia, interceptación, superioridad aérea y procedimientos de find, fix, track and target, perfeccionando cómo cazas y bombarderos actúan conjuntamente frente a amenazas tierra-aire y aéreas en tiempo real. El comandante del escuadrón estadounidense, teniente coronel Eric Alvarez, destacó que “esta misión nos permite entrenar como combatimos: integrados, adaptativos y listos con nuestros aliados”.
Durante el despliegue, los B-1B realizarán misiones lideradas por los Aliados con cazas F-35 noruegos y otras aeronaves de la OTAN. Estas incluirán operaciones aéreas de alta amenaza, prácticas del proceso de búsqueda, fijación, seguimiento y localización de objetivos, y entrenamiento para contrarrestar amenazas aéreas y terrestres y mantener la libertad de maniobra.
La presencia española en Islandia: contexto y relevancia
Por primera vez en su historia, el Ejército del Aire y del Espacio español ha desplegado un destacamento de aviones de combate F-18 en Islandia, al que se ha denominado Stinga (aguijón en islandés). Esta operación, que forma parte de la Policía Aérea de la OTAN, es un refuerzo de la seguridad colectiva de la Alianza en el Atlántico Norte ante la amenaza de actividades aéreas no identificadas en el espacio aéreo aliado y sus proximidades.
"Es un gran honor participar en cualquier misión de la OTAN, —señala el teniente coronel Rafael Ichaso Franco, jefe del contingente aéreo y destinado en el Ala 15, con base en Zaragoza—, pero, sin duda, ser la primera unidad española que opera en Islandia es un extra. También me gustaría señalar que, aunque el grueso pertenece al Ala 15, esta operación es un esfuerzo conjunto del Ejército del Aire, y todos los miembros del destacamento desempeñan una función imprescindible para que la misión sea un éxito".
El contingente estará operativo desde durante aproximadamente un mes a partir de finales de julio. En total son 122 militares -entre pilotos, mecánicos, especialistas en armamento, logística, seguridad y otros servicios de apoyo necesarios para desempeñar esta misión-, que se han desplegado en la base aérea de Keflavik, en el sur de Islandia.
La llegada de los F18 tuvo lugar el pasado 22 de julio que, tras unos días de preparación, se integraron el día 28 en la estructura de mando de la OTAN, dando así inicio a una operación que se extenderá hasta mediados de agosto.
La pasada semana, además, al contingente estapañol se unió también un avión de transporte C-295 para garantizar el sostenimiento logístico y la operatividad del contingente.
Destacamento aéreo táctico Stinga
La misión Airborne Surveillance and Interception Capabilities to meet Iceland´s Peacetime Preparedness Nedds (ASIC IPPN, por sus siglas en inglés) es un componente clave de la operación Persistent Effort, y forma parte de las decisiones que acordó la OTAN en su cumbre de 2014, tras la anexión ilegítima de la península de Crimea por parte de Rusia.
Por entonces, la Alianza implementó estas medidas -reforzadas y flexibles- de seguridad con el objetivo de demostrar la determinación de los países de la OTAN de defender, de forma colectiva, el espacio común y aliado ante cualquier amenaza. En este contexto, la misión principal del destacamento aereo táctico Stinga es vigilar e interceptar aeronaves que operen sin plan de vuelo, sin contacto por radio o con el transpondedor desactivado, con el objetivo de garantizar la seguridad del espacio aéreo aliado. Para conseguirlo, el destacamento español permanecerá en alerta permanente 24/7 de reacción rápida (QRA).
Además, durante este despliegue, los vuelos de entrenamiento programados en zona están siendo de gran utilidad para mantener y mejorar las capacidades de los pilotos y las tripulaciones, así como la operatividad de los cazas F18. Islandia, país miembro de la OTAN sin fuerza aérea propia, recibe de forma rotatoria destacamentos aliados encargados de proteger su espacio aéreo.
Como el Stinga, todos los contingentes de la OTAN despliegan en la base de Keflavik, instalación estratégica en el Atlántico Norte, clave para el control de rutas aéreas intercontinentales.
Impacto estratégico y cooperación aliada
La operación conjunta subraya el papel creciente de España en la arquitectura defensiva de la OTAN, no solo como participante en misiones de vigilancia en el Báltico, sino como actor principal en la seguridad de la frontera norte aliada. Además, la escolta a bombarderos estratégicos estadounidenses en ruta hacia Noruega representa un hito en la integración funcional y en la proyección de capacidades españolas en escenarios de alta exigencia, ratificando el valor de la interoperabilidad y el compromiso nacional con la defensa colectiva europea y atlántica.
Los ejercicios desarrollados durante esta misión, junto a fuerzas noruegas y estadounidenses —en un contexto marcado por las maniobras militares rusas en frontera—, demuestran la capacidad de respuesta flexible y coordinada de la Alianza en entornos complejos y la relevancia de integrar plataformas tanto de ataque estratégico como de vigilancia y defensa aérea. En definitiva, el despliegue español en Islandia y la escolta a los bombarderos B-1B Lancer refuerzan el mensaje de unidad, preparación y capacidad de la OTAN para actuar ante cualquier desafío a la seguridad en Europa y en el Atlántico Norte.