Esta semana ha tenido lugar en las instalaciones del Escuadrón de Vigilancia Aérea número 5 (EVA-5) la recepción por el Ejército del Aire y del Espacio del nuevo radar táctico de vigilancia aérea LTR-25 (Long-Range Tactical Radar) de Indra, incluido en el expediente de sustitución de los radares Alenia del Sistema de Vigilancia y Control Aéreo (Svica).
Al acto de recepción asistió el coronel Antonio Caballero Obra, representante de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), y el coronel Lino Iglesias Posada, representante del Ejército del Aire y jefe del Grupo Móvil de Control Aéreo (Grumoca), así como personal de la empresa fabricante del radar Indra.
El Escuadrón de Vigilancia Aérea número 5 (EVA 5) y el anexo acuartelamiento aéreo Aitana está situado en el municipio alicantino de Confrides, en la cima del pico de la Sierra de Aitana, en una de las más bellas montañas de la costa levantina, a 1.558 metros de altitud y frente al Mediterráneo. De hecho, alberga el vértice geodésico que indica el punto más alto de la provincia de Alicante.
El radar LTR-25 pasa a formar parte de la dotación del Grumoca y es el segundo de esta familia con el que cuenta después de haber recepcionado el 31 de enero el radar Lanza-T. Con estos radares, el Ejército del Aire mejora considerablemente su capacidad de vigilancia aérea desplegable que sólo disponía el radar AN/TPS-43M desde hace décadas.
El nuevo radar queda integrado en el Svica en modo de operación mientras se realiza la sustitución del radar Alenia RAT-31SL/T por el radar LRR de Indra.
El radar LTR25 en banda-L de Indra se distingue por ofrecer unas capacidades de detección a largo alcance muy elevadas, comparables a las de radares fijos de mayor tamaño, pero con la ventaja añadida de poder ponerse en operación de forma muy rápida y transportarse en aviones de tamaño reducido, como el C130 o el A400M. Estos radares también son capaces de detectar aviones de combate de quinta generación stealths como radar contrastealth. El montaje o desmontaje tarda apenas dos horas.
Se trata de una solución robusta pensada para facilitar los despliegues fuera del territorio nacional, reforzar la vigilancia de forma puntual en una zona concreta o contar con él como respaldo en caso de que alguno de los radares fijos sea atacado o sufra daños.