Apuntes desde Satory

Francia lleva meses sufriendo, más que ningún otro país europeo, el azote del terrorismo islamista. Apenas el mismo día de la inauguración de la exposición, un matrimonio de policías era asesinado delante de su hija de corta edad. Sin embargo, el país vecino no se deja amedrentar. Francia sigue con las huelgas y manifestaciones, y las terrazas continúan atiborradas de turistas, es decir, lo habitual. Los virulentos enfrentamientos entre aficiones en la Eurocopa y la respuesta policial nos enseñan que el país no se deja amenazar y que el orden está por encima de los espectáculos. Todo esto ocurre por el tremendo orgullo que la inmensa mayoría de los franceses tiene de su patria, de su historia y su fuerza como nación libre. Un país orgulloso de sí mismo que pretende seguir siendo un líder mundial, y no solo en lo político, sino también en lo cultural y en lo industrial.

Por estas razones no me sorprende que la feria de armamento terrestre de Satory celebrada la semana pasada haya sido un gran éxito. Apenas una docena de educados manifestantes contra la guerra y el gasto militar en la puerta del Parque de Exposiciones trataban de explicar a los asistentes de forma razonada porqué estaban allí. La de Francia no se cuestiona por que es la esencia de su propia supervivencia como nación, e incluso los más beligerantes pacifistas en Francia no quieren renunciar al protagonismo internacional de su país.

Ésta es la principal causa de que la industria de defensa de Francia tenga un liderazgo mundial, siendo en porcentaje de su facturación la más exportadora, más de la mitad de su producción se destina a terceros países. Todos los gobiernos de la V República han hecho gala de su ejército y de su industria y no hay mayor prioridad en la diplomacia gala que vincular a su industria con los países amigos precisamente para fortalecer los lazos y ganar influencia. Resulta impresionante observar el desparpajo con el que el gobierno francés apoya y vende a su industria porque, por encima de todo, es una parte esencial de su política de estado. La industria ligada a la seguridad permite que Francia continúe en la vanguardia tecnológica, tenga una alta contribución al producto interior bruto y genere un empleo de muy alta cualificación.

He podido constatar, hablando con representantes de algunos gobiernos y grandes empresas, que existe una creciente preocupación por la seguridad internacional, lo que está induciendo a los gobiernos europeos a invertir más en defensa y a las empresas a acelerar su programas tecnológicos e industriales para satisfacer las nuevas demandas de la seguridad y de sus clientes. A la amenaza del terrorismo islamista, se unen diversos focos de tensión como la carrera nuclear de Corea del Norte; el enfrentamiento entre dos potencias nucleares como son India y Pakistán; el expansionismo militarista ruso; y la guerra soterrada en Oriente Medio entre el mundo sunita e Irán, apoyado por Rusia. Y a este cúmulo de preocupaciones se une la desaceleración económica mundial, especialmente en los países en vías de desarrollo y emergentes con los conflictos sociales derivados de un retroceso económico, cuando ya comenzaban a equipararse con el mundo desarrollado, como ocurre en Brasil y México.

El incremento del gasto en Defensa es la respuesta natural ante las nuevas amenazas, por remotas que puedan parecernos. Pero en materia de Defensa estar dispuesto requiere de inversiones a largo plazo y mucho entrenamiento; la seguridad no se improvisa con el presupuesto de un año. En cuanto a la presencia española, este año ha sido muy destacado sobresaliendo respecto de las últimas ferias celebradas bajo el azote profundo de la recesión económica.

El stand de Gdels, con un buen número de vehículos, entre ellos el Piraña 5, que pronto comenzará a incorporarse a nuestro Ejército y que sin duda es el vehiculo más avanzado tecnológicamente de cuantos existen actualmente en el mercado, era uno de los más destacados de la Feria. El liderazgo español en el grupo europeo de Gdls nos enseña el camino correcto de la integración internacional, donde lejos de diluirse la presencia española, lidera a los demás países. ¡Que bueno sería que este mismo ejemplo se produjera en Airbus DS! Pero para ello hay que poner programas y liderazgo encima de la mesa del Consejo de Ministros y estamos muy lejos de que este deseo se cumpla. Acabaremos perdiendo una histórica capacidad aeronáutica pionera en el mundo de la aviación europea, por la falta de visión de los sucesivos gobiernos que deberían apostar de forma decidida por el lanzamiento de programas críticos para nuestras fuerzas armadas y sobre todo para que España no se diluya en el macrogrupo europeo.

Dentro de la libertad con la que las empresas deben conducirse, hay que comprender a aquéllas que prefieren presentarse como grandes grupos internacionales independientes, y también a los que deciden no participar aunque luego reclamen a su gobierno posiciones de liderazgo. Inexplicable en cualquier caso para muchas empresas extranjeras ver como el gobierno español apoya decididamente en sus programas a empresas tractoras que luego no corresponden a su gobierno cuando éste apoya la internacionalización del sector con su presencia en estos foros. Pero esta apreciación menor, no niega que en el sector de las tecnologías de la información, España tiene una de las mejores empresas europeas con unas enormes capacidades.

El stand de Tedae parecía el pabellón de las pymes españolas, pero lo cierto es que ha sido el mejor stand en Eurosatory que yo recuerde. Urovesa ha tenido un liderazgo destacado de la capacidad española con sus espectaculares vehículos que cada año mejoran en prestaciones y que se venden a muchos más países de los que llegan las grandes empresas españolas. Entre las empresas asistentes destacar a DAS photonics, la empresa española que vende sistemas Elint y Comint de la nueva generación al Pentágono, sistemas que en su país no le compran por no se qué derechos adquiridos. GTD y Navantia presentaron su vehículo de observación en una clara muestra de la diversificación a la que el astillero español debe dirigirse. Oto Melara Ibérica nos enseña algo que hemos defendido siempre, para vender en España mejor aparecer como español; y ahí estaban los italianos ofreciendo su torreta para el 8x8 bajo la bandera española. Mades, fabricando sistemas electrónicos de alta complejidad para empresas de medio mundo como MBDA y Raytheon; También estaban Arpa o Instalaza, que casi se me antoja como el ultimo mohicano. Por ultimo señalar a Sapa, cuya transmisión ya es parte del nuevo Piraña 5 y que continua con su expansión en Estados Unidos compitiendo contra los gigantes mundiales con gran éxito por su empeño en la continua innovación tecnológica y en la internacionalización.

Destacada y activa la presencia de autoridades del ministerio de Defensa, incluso en estos minutos basura del gobierno, mostrando el compromiso del Gobierno de España con su industria; aunque si viniera acompañada de unos millones de euros sería mucho mejor, pero soy consciente de que no es responsabilidad de las autoridades del ministerio, condenadas a exprimir unos presupuestos que ya no tienen ni una gota de zumo.

Esperemos que el nuevo gobierno no arrastrar, ante un escenario de inestabilidad política, por el populismo fácil de dejar a España y a su industria de lado; sería un error histórico irremediable que acabaría con una historia de éxitos y que pondría en peligro nuestra propia supervivencia como nación próspera y segura.