Las exportaciones rusas de armamento caen un 26%
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Las exportaciones rusas de armamento caen un 26%

La guerra en Ucrania va a afectar a unas ventas internacionales de defensa que Moscú ya lleva un tiempo viendo descender notablemente
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Helicópteros de fabricación rusa. Foto Rostec
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Rusia ya no es el segundo mayor exportador de grandes armas del planeta, ahora, además de Estados Unidos también le supera Francia. Si la intervención rusa en Siria vio incrementar el negocio armamentístico de Moscú, que aprovechó el conflicto como un escaparate de sus productos, la invasión de Ucrania lleva camino de lo contrario, lo que supondrá un duro golpe para un país que en los años previos a esta operación ya ha visto caer notablemente sus exportaciones. En el periodo que va de 2017 a 2021, Moscú ha reducido sus ventas de defensa un 26% respecto al lustro anterior, mientras que el único país que hasta ahora le superaba, EEUU, ha experimentado un crecimiento del 14%.

Los datos se extraen de la tabla actualizada del comercio mundial de grandes armas que esta semana ha publicado el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), en la que se muestra que en 2021 Francia superó a Rusia en el ranking, lo que no ocurría desde 1998, único año en el que Moscú no había ocupado ese segundo lugar desde que terminó la Guerra Fría. El Sipri recoge las cifras en periodos de un lustro completo, para evitar las distorsiones coyunturales que pudiese producir una operación puntual. De ahí que se recoja esa caída del 26%, que se refiere respecto al periodo 2012-2016.

Los expertos del Sipri consideran que el descenso de las exportaciones de armas de Rusia se ha debido casi por completo a la caída de las entregas a dos destinatarios: India y Vietnam. Pero se esperan varias entregas de grandes armas de Rusia a la India en los próximos años, lo que podría ofrecer una cierta mejora. Sin embargo, los acontecimientos de Ucrania en las últimas tres semanas enturbian el panorama para la industria militar rusa.

Lo previsible es qeu Egipto, tercer mayor importador de defensa del mundo, va a recibir notables presiones de Estados Unidos y la Unión Europea para que dejen de comprar a Moscú. Teniendo en cuenta que, según informa El País, Egipto ha multiplicado por ocho las compras de armamento a Rusia, esta medida supone un serio varapalo para el Kremlin. El Cairo ha incrementado un 73% sus importaciones militares en el último quinquenio, respecto al quinquenio anterior, lo que le ha convertido en un cliente ahora mucho más interesante para el sector.

Transacciones de S-400

De Rusia salió en los últimos cinco años el 19% de todas las exportaciones de armamento del mundo, frente al 39% que lo hizo desde Estados Unidos.

Las tablas del Sipri muestran que las exportaciones rusas apenas suponían en 2021 un tercio de las alcanzadas diez años antes, y la estimación ahora no es muy halagüeña para sus empresas.

Hace unos años, con acciones como el despliegue de sistemas de defensa antiaérea S-400 en Crimea, arrebatada a Ucrania en 2012, Moscú vio incrementar el interés por este producto en el mercado internacional, lo que parecía anticipar la creación de un nuevo escaparate de las armas de Moscú. El S-400 es un ingenio especialmente exitoso del catálogo ruso. Importantes compradores del mundo, como Arabia Saudí, Bielorrusia, China, India y Turquía, se encuentran entre los clientes que ya han encargado esta arma capaz de derribar misiles y aviones a alturas de hasta 30 kilómetros y a 400 kilómetros de distancia.

Movimiento turco

Ese éxito parece más complicado que pueda replicarse en muchos de los casi medio centenar de países que reciben en la actualidad equipos militares de las fábricas rusas. Washington cuenta con herramientas para presionarles y que dejen de hacerlo, como cortar los casi 1.200 millones de euros que inyecta a Egipto en concepto de ayuda militar anual.

Turquía es otro país que deberá reconfigurar su estrategia de compras internacionales de material de defensa, que hasta ahora le había llevado a un cierto distanciamiento con Washington, precisamente por la adquisición a Rusia de sistemas S-400. Ankara es al fin y al cabo un miembro de la OTAN, por lo que ante el nuevo contexto no le será fácil navegar entre dos aguas (el entorno ruso y el estadounidense) como ha venido haciendo hasta ahora.

Serbia, único país europeo junto a Bielorrusia que sigue comprando armas a Rusia, también va a recibir presiones de la UE para que deje de hacerlo, según se anticipa en la información de El País, en la que se enumeran Vietnam, Malasia, Indonesia y Emiratos Árabes Unidos entre las naciones que igualmente se espera que serán coaccionadas por Whasington para que dejen de comprar a Moscú. 



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