El Gobierno prepara un crédito de 1.000 millones para subir este mismo año la inversión en Defensa

El plan del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para incrementar la inversión en defensa contempla una primera partida este mismo año. El Gobierno tiene previsto aprobar en las próximas semanas un crédito extraordinario de alrededor de 1.000 millones de euros para el Ministerio de Defensa.  

El objetivo es comenzar este 2022 el camino para alcanzar la meta del 2% del PIB en 2029, sin esperar a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023. Sánchez en la clausura de la cumbre de la OTAN ya adelantó que el Ejecutivo trabaja para “aumentar este mismo año la inversión en Defensa”. 

La fórmula elegida, según publica el diario El País, es una ampliación de crédito similar a la que se hace todos los años para financiar las operaciones en el exterior que podría rondar los 1.000 millones de euros, aunque por el momento no hay una cifra definitiva. La partida se aprobaría en el Consejo de Ministros, sin necesidad de pasar por el Congreso de los Diputados, y tendría que gastarse antes del 31 de diciembre de este año, al estar asociada al actual presupuesto. Es decir, Defensa tendría menos de seis meses para decidir en qué invertir ese dinero y lo que es más importante ejecutar la partida. Un plazo bastante corto si se tiene en cuenta la burocracia y los tiempos en los que se maneja la Administración Pública.

"Estamos viendo distintas opciones"

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha apuntado en una entrevista a La Razón, sin dar cifras, que el Gobierno estudia diferentes opciones sobre la mesa para hacer realidad el incremento a partir de este año. “Estamos viendo las distintas opciones. No se trata solo de que esté recogido en el Presupuesto, sino que se pueda ejecutar. En eso también tenemos que ser realistas. Toda la planificación hasta 2029 la vamos a hacer de tal manera que nos permita que la cantidad que aparezca en los presupuestos se pueda ejecutar”, ha explicado Robles.  

La ministra también ha recordado que en los últimos años el departamento ha sacado adelante programas de defensa por un importe de 13.000 millones de euros dirigidos a la modernización de las capacidades de las Fuerzas Armadas.  

El plan del Gobierno prevé duplicar en ocho años el presupuesto de Defensa, lo que supone invertir hasta 2029 entre 1.500 y 2.000 millones al año. El Plan de Estabilidad, remitido por el Gobierno a Bruselas el pasado mes de abril, esboza la hoja de ruta a seguir. La idea a corto y medio plazo es aumentar dos décimas de PIB la inversión en 2023 y una décima adicional en 2024 y 2025 -cada año-. 

Más personal y mejor adiestramiento 

El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro López Calderón, planteó la semana pasada que buena parte de ese aumento del presupuesto anunciado deberá ir a mejorar el adiestramiento en combate de alta intensidad y a aumentar el personal de las Fuerzas Armadas.  

El Jemad apuntó que toca mejorar la capacidad de reacción e incrementar la operatividad para contribuir al refuerzo de la disuasión y la defensa aliada, sobre todo, en el flanco este ante la amenaza rusa, recogido en el nuevo Concepto Estratégico de Madrid. Para ello, remarcó, hay que incrementar el presupuesto.  

España ya ha aumentado sus efectivos en el este, en concreto, en la misión Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN en Letonia, donde recientemente han llegado obuses autopropulsados M109 y una batería de misiles Nasams. Además, los cazas F-18 patrullan el Báltico desde Lituania hasta agosto y los Eurofighter –que ya estuvieron en Bulgaria a principios de año- se desplegarán entre agosto y septiembre en Estonia. 

España, a la cola 

España acabará este año en el penúltimo lugar en inversión en defensa respecto al PIB dentro de la OTAN, solo por delante de Luxemburgo, según las previsiones de la Alianza. El gasto rondará el 1,01%, unos 13.100 millones de euros. La Alianza tiene en cuenta en su cálculo, además de la partida que aparece en los Presupuestos Generales del Estado, las pensiones, la inversión I+D y también el gasto en las misiones en el exterior. 

Estas cifras colocan a España en una posición complicada dentro de la Alianza, con poco margen para seguir retrasando el aumento de la inversión en defensa sin perder credibilidad. No hay que olvidar que todos los aliados se comprometieron en la cumbre de Gales de 2014 a aumentar el presupuesto hasta el 2% del PIB en 2024 y que muy pocos han cumplido por el momento; solo ocho de los treinta miembros de la organización.