El escudo español antidrones: de fusiles láser a torres de armas

A continuación puede leer las primeras líneas de uno de los últimos reportajes publicados por Infodefensa.com en el diario La Razón, una colaboración que ya tiene más de tres años

Todo evoluciona, y en la guerra, aunque en el fondo no cambie nada, evoluciona más que en ningún sitio. Antes los guerreros llevaban coletos de piel para minimizar los golpes del enemigo, luego cotas de malla que detenían tajos mayores, después armaduras de acero capaces de frenar flechas y ahora chalecos de materiales compuestos que convierten las balas en chatarra. Los escudos del soldado han estado ahí desde que el primer luchador cogiera un pedazo de madera para detener el golpe que le atestaba su enemigo. Hoy, los golpes de ese enemigo llegan del cielo y el escudo ha sufrido su enésima evolución para detenerlos. Los drones se han convertido en las jabalinas del siglo XXI y para frenarlos han llegado los antidrones.

Estos nuevos escudos pueden ser muy diferentes entre sí, los hay fijos, portátiles e incluso de rayos y con forma de fusil, como los que utiliza la Guardia Civil. Un concepto totalmente futurista en el que se usa un arma láser para derribar amenazas aéreas. Estos equipos están en manos de la unidad Pegaso, especializada en el control de la aviación. Esta unidad cuenta con el Sistema Global Contra Dron (Siglo-CD) para incrementar la seguridad y velar por la integridad de los ciudadanos y está compuesta aproximadamente por 200 agentes, formados en colaboración con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Enaire y la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac).

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