El Gobierno canadiense ha anunciado la lista corta de fabricantes que se disputarán finalmente el contrato para construir una docena de submarinos para la Armada del país. El constructor naval alemán TKMS (Thyssenkrupp Marine Systems) y el de Corea del Sur Hanwha Ocean son los elegidos para librar la última fase del concurso, lo que deja sin opciones a la española Navantia, que también era candidata.
Ottawa emitió en septiembre de 2024 una solicitud de información formal a la industria internacional para conocer sus capacidades y disposición para el desarrollo de una futura flota de doce submarinos. La RFI, como se conoce a este documento por sus siglas en inglés, marca el arranque de este programa al que se le estima una inversión de entre 60.000 y 100.000 millones de dólares canadienses, lo que al cambio supone actualmente entre 37.300 y 62.200 millones de euros).
La nueva flota comenzará a reemplazar previsiblemente a partir de 2035 a los actuales submarinos de la clase Victoria, que serán desmantelados a mediados de la década de 2030.
El llamado Proyecto de Patrulla Submarina Canadiense (CPSP) busca la obtención de hasta una docena de submarinos de propulsión convencional con capacidad bajo el hielo, después de haber desestimado la posibilidad de sumarse al proyecto Aukus, suscrito por Estados Unidos, Reino Unido y Australia, para obtener submarinos nucleares, y que llegó a contemplarse hace unos meses.
Capaz de operar en el Ártico
“Nuestro Ártico se está calentando a un ritmo cuatro veces mayor que el promedio mundial”, explicó el Gobierno de Canadá en un comunicado hace un año, cuando arrancó el programa. Esta circunstancia, proseguía el texto, “hace que una región vasta y sensible sea más accesible para actores extranjeros con capacidades crecientes y ambiciones militares regionales”. Su estimación es que para el año 2050, “el Océano Ártico podría convertirse en la ruta marítima más eficiente entre Europa y Asia Oriental”.
Canadá considera como requisitos clave para su futura capacidad submarina el sigilo, la letalidad, la persistencia y la capacidad de despliegue en el Ártico, “lo que significa que el submarino debe tener mayor alcance y resistencia”. La nueva flota del país, de acuerdo con su Ministerio de Defensa “deberá proporcionar una combinación única de estos requisitos para garantizar que Canadá pueda detectar, rastrear, disuadir y, si es necesario, derrotar a los adversarios en los tres océanos de Canadá, al tiempo que contribuye de manera significativa junto con los aliados y permite al Gobierno de Canadá desplegar esta flota en el extranjero en apoyo de nuestros socios y aliados”.