Ucrania está convencida de que recibirá aviones de combate
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Ucrania está convencida de que recibirá aviones de combate

Zelensky cree que contará con los aparatos “después de exitosas acciones ofensivas en el campo de batalla contra los invasores rusos”
Polonia entrega todos sus cazas MiG-29 a EEUU para que pueda enviarlos a Ucrania
Aviones de combate MiG-29. Foto Ministerio de Defensa de Polonia
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Kiev ya ha recibido 10 de los 14 aviones de combate MiG-29 prometidos por Polonia, según acaba de revelar el ministro de Defensa y viceprimer ministro del país suministrador, Mariusz Błaszczak. Pero aun sumándolo a los 10 más comprometidos por Eslovaquia del mismo modelo y los 18 Su-25 facilitados previamente por Macedonia del Norte (4) y por varios miembros de la OTAN tras adquirirlos a Bulgaria (14) no resultan suficientes para Ucrania. El presidente de esta última, Volodymyr Zelenskyy, no solo sigue reclamando más, sino que “está convencido de que Ucrania recibirá aviones de combate de países socios después de exitosas acciones ofensivas en el campo de batalla contra los invasores rusos”. Así lo recoge el Ministerio de Defensa ucraniano en un comunicado emitido tras el encuentro del presidente con su homólogo finlandés, Sauli Niinistö, en Helsinki.

El mandatario avala su afirmación en el hecho de que Ucrania ya ha recibido “previamente nuevos tipos de armas de sus socios después de los éxitos alcanzados en el campo de batalla contra el enemigo”, de acuerdo con el texto oficial. En este contexto, “¿por qué estoy seguro de que obtendremos aviones?”, ha insistido Zelensky: “Porque pronto tendremos acciones ofensivas. Y después de ellas, estoy seguro de que nos darán aviones”.

Por otra parte, el presidente ucraniano ha explicado que su país espera señales claras de la OTAN en apoyo de la membresía de nuestro país en la Alianza. "No estaremos en la OTAN mientras continúe la guerra. Somos claramente conscientes de esto”, ha reconocido: “Pero nos gustaría que nuestros socios dieran pasos poderosos hacia nosotros”.

“En este camino, mientras tenemos una guerra en curso, necesitamos garantías de seguridad hoy, mientras aún no estamos en la OTAN. Pero en cualquier caso, nuestro objetivo es lograr la membresía plena en la Alianza”, ha reiterado.

El Ministerio de Defensa ruso llegó a advertir en los primeros momentos de la guerra que el uso por parte de las fuerzas ucranianas de aeródromos de otros países para combatir a sus fuerzas “puede considerarse como la participación de esos países en el conflicto armado”. El temor a una expansión del conflicto, que obligaría a la OTAN a intervenir si se viese afectado alguno de sus socios en la zona, alimentó la prudencia en torno a este tipo de envíos que, singularmente, fue uno de los primeros que se señaló como posible suministro para ayudar al país. El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, fue ,en concreto, el primero en señalar, apenas unos días tras el inicio de la guerra, la posibilidad de enviar aviones de combate provenientes de Estados miembros que “tienen este tipo de aviones”, atendiendo a una petición previa del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmmitro Kuleba.

Inquietudes en la Alianza

Lo que siguió entonces fue una sucesión de declaraciones a uno y otro del Atlántico en el que cada interlocutor buscaba que fuese el otro quien diese el paso. Estados Unidos comenzó esta suerte de partida de tenis presionando para que los miembros de la OTAN con aparatos de origen soviético (Polonia, Eslovaquia y Bulgaria) se los facilitasen a Kiev, capaz de operar con ellos por ser similares a los suyos. A continuación, Polonia, que se había mostrado inicialmente reacia, aceptó el envite, pero quitándose cualquier responsabilidad, al anunciar que entregaría todos sus cazas MiG-29 a EEUU para que fuese éste quien los enviase a Ucrania. Washington no aceptó la maniobra, aduciendo que “la perspectiva de que los aviones de combate [puestos por Polonia] a disposición del Gobierno de EEUU partan a una base de EEUU y la OTAN en Alemania para sobrevolar espacio aéreo sobre Ucrania, disputado con Rusia, planea serias inquietudes para toda la Alianza”, según las palabras pronunciadas entonces por Kirby, el mismo portavoz del Pentágono que un mes después dejó entrever que Kiev ya había recibido aviones, sin entrar en más detalles.

Calentando el ambiente

El anuncio del suministro de MiG-29 polacos y eslovacos a Ucrania, que supuso un nuevo escalón en la escalada de envíos de armamento a Kiev. Antes de ese momento, y como ocurrió con el envió de carros de combate, el ambiente comenzó a calentarse con una serie de declaraciones de distintos países revelando sus intenciones de sumarse a la iniciativa, siempre y cuando fuesen otros los que arrancasen. Así, Países Bajos, por ejemplo, apuntó a finales de enero que su Gobierno se planteará el envío de aviones de combate F-16 a Ucrania una vez que reciba la correspondiente solicitud. Además, durante esos días también trascendió, de boca de un portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas (Yurii Ihnat), que algunos pilotos del país en guerra han estado visitando Estados Unidos y se han asignado fondos para su formación, lo que se interpreta como una preparación para el posible uso de aviones de origen occidental en los cielos ucranianos.



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