El Consejo de Ministros aprobará este martes los 16 Programas Especiales de Modernización restantes contemplados en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa presentado por el Gobierno en abril, y que supondrá una inversión extraordinaria de 10.471 millones de euros para alcanzar el objetivo del 2% del PIB en defensa este mismo año. Así lo confirmó la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante su comparecencia del pasado viernes en la Comisión de Defensa del Senado.
Robles recordó que el plan incluye un total de 31 Programas Especiales de Modernización, de los cuales 15 ya cuentan con el techo de gasto aprobado y los otros 16 recibirán el visto bueno este martes. Una vez obtenida la aprobación, comenzará el proceso de contratación previsto para este mismo ejercicio. “Vamos a empezar con la contratación que se va a hacer este año”, aseguró la ministra, aunque también reconoció que “la burocracia siempre es algo que hace que resulten los programas más lentos, una de las preocupaciones que tenemos todos los socios de la Unión Europea”.
"Reforzar nuestras capacidades de disuasión"
El ambicioso plan —que se sumará a los 56 programas especiales actualmente en curso— busca reforzar la base industrial y tecnológica de la defensa española, así como garantizar la modernización de las Fuerzas Armadas en un contexto internacional cada vez más volátil y amenazante. La ministra insistió en que no se trata de una escalada armamentística, sino de una inversión para “reforzar nuestras capacidades de seguridad y disuasión”, con una clara apuesta por la industria nacional de defensa y tecnología avanzada.
“Se ha dicho que el plan es una carrera de armamento. Nada más lejos de la realidad. No se recortará en políticas sociales, porque el plan se financia con margen presupuestario, reasignaciones y créditos europeos. Invertir en defensa es invertir en paz, democracia y seguridad”, defendió Robles, subrayando además que esta inversión es plenamente compatible con el fortalecimiento del Estado del bienestar.
Del total de los 10.471 millones de euros previstos para 2025, el 35% se destinará directamente a la mejora de las condiciones laborales, la preparación y el equipamiento de los militares. Otro 31% será para inversiones en tecnologías de telecomunicaciones, ciberseguridad, inteligencia artificial, capacidades en la nube, conectividad avanzada y satélites. Un 19% irá a la adquisición de nuevos equipos de defensa, el 17% a la mejora de las capacidades de respuesta ante emergencias y desastres naturales, y un 3% a las misiones internacionales.
Impacto territorial y económico del plan
Robles detalló también el impacto territorial y económico del plan. Según sus palabras, el 89% de los recursos se ejecutarán en España, con especial incidencia en los corredores industriales ya consolidados en comunidades como Madrid, Galicia, Andalucía, Castilla-La Mancha o Asturias. “Puedo decir con cierta satisfacción que en este momento todas las comunidades autónomas tienen inversión en materia de seguridad y defensa”, indicó.
Además, se prevé que más de 6.000 millones de euros se destinen a inversiones industriales y tecnológicas, lo que beneficiará directamente a más de 300 empresas, incluidas pymes y startups, distribuidas por todo el territorio nacional. El impacto laboral será notable: se esperan más de 23.000 empleos directos y 60.000 indirectos solo con los programas de modernización, a los que se sumarán 10.600 empleos derivados de otros programas y 2.400 nuevos efectivos para las Fuerzas Armadas.
El plan también contempla una inversión de 3.950 millones de euros en I+D+i, lo que, según la ministra, podría suponer hasta el 18% del total de inversión en I+D de 2023. En este apartado, se prevé el desarrollo de nuevas titulaciones, programas de doctorado, hubs de formación profesional y programas de capacitación dual vinculados a cada programa especial.
"Los europeos debemos asumir una responsabilidad proactiva"
En cuanto al contexto geopolítico, la ministra subrayó que la situación internacional exige a Europa y a España una mayor implicación en su propia seguridad. En esa línea, defendió que “el cambio en la política exterior de Estados Unidos” y el agravamiento de los conflictos en Ucrania, Oriente Próximo y el Sahel obligan a que Europa asuma más responsabilidades. “Este cambio ha puesto de relieve la urgencia de que los europeos asumamos una responsabilidad proactiva en el ámbito de la seguridad y la defensa”, dijo.
En este marco, Robles aludió al Libro Blanco sobre la Defensa Europea y al Plan de Preparación 2030 impulsados por la Comisión Europea, que marcan el rumbo para reforzar la disuasión europea. “Europa debe cubrir sus carencias en capacidades, acelerar la transformación de su industria de defensa, desarrollar un mercado único en este ámbito y reforzar sus asociaciones estratégicas”, recordó la ministra, defendiendo que España ya está alineada con esos objetivos.
Con la aprobación de los 16 últimos planes este martes, el Ejecutivo cerrará la fase inicial de despliegue del programa. El desafío ahora será acelerar los procesos de contratación y producción para cumplir con los objetivos de capacidad asumidos ante la Unión Europea y la OTAN.