La Fragata Jerônimo de Albuquerque (F201), la segunda embarcación de la Clase Tamandaré, fue bautizada y botada al mar en las instalaciones del Astillero TKMS Brasil Sul (Itajaí, Santa Catarina) el pasaso 8 de agosto. El tradicional bautizo con la rotura de una botella de champán contra el casco de la F-201 contó con la presencia del vicepresidente de la República, Geraldo Alkmin, y la de su esposa y madrina de la embarcación, Maria Lúcia Guimarães Ribeiro Alckmin.
Este lanzamiento marca la transición de la fragata a la fase de instalación de sistemas y pruebas de puerto y mar, que deben durar hasta dos años antes de su incorporación a la Marina de Brasil.
Después de la ceremonia de bautizo, se llevará a cabo la prolongada operación load out, que consiste en el traslado del buque a un dique flotante y su inmersión controlada hasta alcanzar la flotabilidad en el agua.
Después de esta etapa, cada una de las fragatas se transferirá al muelle del astillero, donde se completarán los acabados y se realizarán las pruebas de puerto (HAT, de harbor acceptance test), antes de pasar a las pruebas de mar (SAT o sea acceptance test).
Este marco refuerza la posición del astillero TKMS Brasil Sul como un centro estratégico para la industria naval en América del Sur, con la construcción simultánea de tres fragatas, consolidando la capacidad de construcción naval local.
Entre las autoridades presentes en la ceremonia de bautizo de la F201, destacaron el ministro de Defensa, José Múcio Monteiro; el comandante de la Marina de Brasil, almirante Marcos Sampaio Olsen; el CEO de Thyssenkrupp Marine Systems para América Latina, Paulo Alvarenga; el CEO del consorcio Águas Azuis, Fernando Queiroz; y el CEO de Embraer Defesa e Segurança, Bosco da Costa Jr.
En los discursos de Paulo Alvarenga y Fernando Queiroz, ambos expresaron preocupació sobre la cuestión de la previsibilidad presupuestaria para el sector de la Defensa, una situación que ha generado muchas dudas, por ejemplo, sobre la construcción del cuarto buque de la clase Tamandaré y la extensión del contrato para dos unidades más, algo defendido por el Almirante Olsen desde que asumió el mando de la Marina de Brasil.
En su discurso, Olsen fue tajante: "La ausencia de una Escuadra es una confesión tácita de debilidad. Sin el dominio del mar, el Estado se degrada en su relevancia estratégica y se somete, por inacción, a la tutela de potencias ajenas".
Para el comandante de la Marina, esta situación es crítica; las fragatas clase Niterói se acercan rápidamente al final de su vida útil.
Estos buques y un puñado más de escoltas variadas, todas de edad avanzada, excepto la Barroso, no cumplen ni siquiera un mínimo que garantice una disuasión efectiva, especialmente sin protección aérea.
Olsen y sus comandados saben que contar solo con cuatro fragatas Tamandaré y cuatro submarinos Riachuelo está muy por debajo de lo que una Amazonia Azul necesita para su Defensa.
Programa de Fragatas Clase Tamandaré
El Programa de Fragatas Clase Tamandaré (PFCT), iniciado en 2017, tiene como objetivo reemplazar buques más antiguos, como las fragatas de la Clase Niterói, y modernizar el núcleo de poder naval de Brasil, con entregas previstas entre 2025 y 2029.
El coste de cada fragata es de aproximadamente 555 millones de dólares, con un coste total del programa estimado en 2.2 mil millones de dólares, lo que refleja la significativa inversión en defensa marítima.
El programa prevé la construcción de cuatro fragatas modernas para la Armada Brasileña a través de una asociación formada entre la Marina de Brasil y el Consorcio Águas Azuis, thyssenkrupp Marine Systems, Embraer Defesa e Segurança y Atech, con gestión de Emgepron.
La primera fragata de la clase, la Tamandaré (F200), fue botada en agosto de 2024 y está siendo sometida a pruebas de mar.
La tercera fragata, Cunha Moreira (F202), tiene sus bloques en plena estructuración en el astillero. Se prevé que la Jerônimo de Albuquerque sea entregada en enero de 2027, lo que ampliará significativamente las capacidades operativas de la Fuerza Naval.
El primer corte de chapa del barco tuvo lugar en 2023.
El nombre de bautismo de la segunda fragata Clase Tamandaré es un homenaje al primer comandante de flota, que llegó a comandar la Marina, nacido en suelo brasileño.
Construida con tecnología de punta y más del 40 % de contenido nacional, la F-201 también impulsa la industria naval y genera empleos calificados en Brasil. La nueva fragata está equipada con alta tecnología, poder de combate y capacidad para proteger la Amazonía Azul.
Su moderno Sistema de Gestión de Combate, el cerebro del buque, hace que este tipo de fragata sea capaz de identificar y responder a las amenazas con precisión quirúrgica. Diseñadas como escoltas versátiles, son capaces de proteger el tráfico marítimo, negar el uso del mar a las amenazas y realizar misiones de defensa costera.
Con un desplazamiento de aproximadamente 3.500 toneladas, están equipadas con el radar Hensoldt TRS-4D, capaz de rastrear 1.000 objetivos a hasta 250 km, y sistemas de guerra electrónica como el MAGE Defensor Mk3, desarrollado por la empresa brasileña Omnisys.
Además, están armadas con un sistema de lanzamiento vertical de 12 celdas para misiles superficie-aire MBDA Sea Ceptor, ocho misiles antibuque Siatt Mansup, un cañón naval Oto Melara 76/62 SRGF Super Rapid y un sistema de armas de corto alcance Rheinmetall Sea Snake de 30 mm, además de dos lanzadores triples de tubos de 324 mm (SEA TLS-TT), compatibles con torpedos Mk 54 (además del Mk 46), para guerra antisubmarina.