El brigadier general Juan Méndez tomó posesión del cargo de jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Uruguaya el pasado 1º de abril. Infodefensa.com visitó diversas bases e instalaciones de la FAU durante la primera semana de agosto y entrevistó Méndez, de larga carrera en la Fuerza.
En la oportunidad, jefe del Estado Mayor repasó la actualidad de la Fuerza, los desafíos de cara al futuro, la necesidad de retomar los trabajos en Inteligencia, y las adquisiciones recientes y futuras para una optima modernización.
Cabe señalar que el ahora jefe del Estado Mayor, estuvo al frente del Comando Aéreo de Personal, como así también del Estado Mayor General del Esmade, del Escuadrón Aéreo Nro. 5 (Helicópteros) y de la Escuela de Comando y Estado Mayor Aéreo. Méndez posee la calificación para operar una amplia variedad de aeronaves de ala fija y rotativa, incluyendo Pilatus PC-7U Turbo Trainer, Airbus Helicopters AS365N2 Dauphin y Bell 212 Twin Huey, entre otros.
¿Cúales son los principales desafíos para su gestión?
Yo he tenido la suerte de poder viajar, de realizar cursos en España y Estados Unidos. Eso me ha dado la oportunidad de ver más allá de lo que normalmente hacemos dentro del país. El Estado uruguayo está muy preocupado en el tema de la seguridad interna y en ese sentido, si bien hay mucho camino por recorrer, no solamente a nivel de material sino también de personal, la Fuerza Aérea se encuentra ante el desafío de un profundo cambio, tanto de mentalidad como operacional, para apoyar al Estado con esos desafíos. Esa es la meta fundamental de mi gestión.
¿Qué funciones cumple actualmente la Fuerza?
Nuestra tarea, por mandato constitucional, es la defensa militar, particularmente del espacio aéreo del país, pero a medida que las amenazas evolucionan, debemos adecuarnos a esa realidad y estar preparados para cumplir con los roles que el Estado requiera.
Desde el 2005, fecha en la que se comienzan a adquirir radares 3D de larga distancia, con los primeros dos Indra Lanza que llegaron al país hasta ahora y la adquisición de los tres gap fillers del modelo IKeeper adicionales, hemos estado trabajando para lograr la mayor cobertura posible de nuestro espacio aéreo.
Nuestro plan es que un radar Lanza —actualmente el móvil— quede también fijo. Además estamos aumentando significativamente nuestro trabajo de inteligencia, tanto dentro del ámbito de nuestra jurisdicción como así también mediante el intercambio de información con otras Fuerzas y la Policía Nacional, para desplegar nuestros radares móviles para combatir los vuelos irregulares.
¿Cree que en los últimos años el trabajo en Inteligencia ha estado relegado?
Definitivamente. Por mucho tiempo. La inteligencia fue dejada de lado totalmente. Pero recientemente, gracias a personas muy comprometidas con el tema, eso ha ido cambiando. La inteligencia, bien entendida, es la que nos permite estar en lugar correcto de manera oportuna. Nosotros, como oficiales de la Fuerza Aérea, también tenemos que entender que nuestro trabajo no se limita únicamente al vuelo, sino a muchos otros aspectos, que incluyen la inteligencia, la seguridad de instalaciones y diferentes tareas singularmente importantes más allá de volar.
Sobre nuestros hombros recaen multitud de tareas que en países de más recursos pueden ser realizadas por otras dependencias del Estado. Un ejemplo de esto es la seguridad de los aeropuertos nacionales, no solo de los militares sino de todos; esto implica que debemos tener ingente cantidad de medios humanos y materiales dedicados a seguridad e inteligencia a disposición del país.
¿Esto les significa una sobrecarga de tareas?
Es lógico que en un país con recursos limitados nos encarguemos de una variedad de tareas que tal vez en otros lugares se pueden repartir entre varias organizaciones. Replicamos experiencias de países económicamente más poderosos y resulta que a veces en Uruguay no hay para todo, y eso genera huecos en la operatividad y se genera una puja sobre las tareas que le corresponden o no a la Fuerza Aérea.
¿Es la compra de los Super Tucanos y de los radares un salto tecnológico para la Fuerza?
Estas compras son un antes y un después en la historia de la FAU. Primero vamos a aumentar exponencialmente nuestras capacidades de detección y control del espacio aéreo nacional en forma efectiva. Además, en un futuro, tendremos la posibilidad de adquirir dos radares 3D fijos más, que serán totalmente compatibles con los que tenemos actualmente; con capacidad dual, civil-militar.
Paralelamente estamos trabajando con Indra para que los aviones con Data Link puedan recibir, en forma encriptada, una representación de lo que detectan los radares, para interceptación dentro de todo el territorio nacional. Dentro de este panorama, estamos analizando que los futuros Vant con los que cuente la FAU puedan tener la posibilidad de contar con un pequeño radar aéreo embarcado, que serviría como gap-filler adicional en determinadas zonas.
¿En qué estado se encuentra la adquisición de los vehículos aéreos no tripulados?
En ese sentido tenemos dos proyectos. El primero es el que actualmente está en curso, que es para la adquisición de un sistema de tres Vant eléctricos, de tipo militar/policial, con buena autonomía de vuelo y una capacidad de carga de cinco kilos, con sistemas electroópticos de abordo, principalmente para comenzar a generar doctrina en la utilización de estos sistemas. La idea es que se abandone la cultura de operar sistemas comerciales para pasar a los militares.
El segundo es la adquisición de un sistema mayor, consistente en por los menos tres unidades Vant de Categoría 2, con una autonomía de más de 15 horas de vuelo, 50kg de carga útil, con capacidad de cubrir todo el territorio nacional y nuestras aguas jurisdiccionales, de forma centralizada. El sistema de sensores deberá ser modular, permitir su intercambio dependiendo de la misión a cumplir, incluir sensores electroópticos, infrarrojos, y radar de estado sólido para detectar movimiento en tierra o agua y AIS para lograr el control de aguas jurisidiccionales, algo que la Armada está de acuerdo que para Vant de este nivel, deberá ser operado por nosotros y es algo que, pese a las dificultades que a veces se presentan en la operatividad conjunta estamos trabajando para lograrlo. Esta compra la estaríamos planeando para el final del año que viene, dependiendo de nuestra disponibilidad presupuestaria, pero en principio ya tenemos la aprobación del poder político para su adquisición.
Nuestra tarea es tener la capacidad de generar la información requerida. Más allá de tener los sistemas y la capacidad de operarlos, es importantísimo que tengamos esa capacidad, siempre bajo la idea de que tenemos una cantidad limitada de recursos que deben ser utilizados en la forma más eficiente posible.
¿Cuál es el paso siguiente hacia la modernización de la Fuerza?
Tenemos la necesidad de reemplazar nuestra flota de helicópteros, que por diferentes motivos, está muy limitada en su operatividad. Nuestros Airbus Helicopters AS365 Dauphin son muy caros de mantener, no se fabrican más y ya están comenzando a ser dados de baja por la mayoría de los operadores militares/policiales. Hay piezas que deben ser enviadas a fabricar cada vez que un helicóptero necesita mantenimiento y eso lleva tiempo y es muy costoso. El Bell 212 Twin Huey es un helicóptero muy noble, pero también posee sus limitaciones y el UH-1H Iroquois ya fue dado de baja también por sus altísimos costes de mantenimiento y sus limitadas capacidades operativas.
La idea que tenemos es tratar de concentrar las tareas que se realizaban con los Dauphin y Twin Huey con un sólo modelo. Necesitamos una helicóptero rápido y con buena capacidad de carga, capaz de realizar las tareas de los modelos que teníamos antes. El helicóptero que se seleccione deberá operar en la región y tener centros de mantenimiento accesibles para nosotros. Historicamente hemos operado helicópteros que hemos adquirido a través de donaciones o cesiones, que no siempre cumplieron con las necesidades específicas de nuestra fuerza. En esta oportunidad queremos elegir el mejor helicóptero de acuerdo a nuestras necesidades particulares.
En lo que refiere a escuela, el Bell 206 Jet Ranger sería el modelo a utilizar. Pero ahí tenemos otras alternativas, o bien proponer una formación conjunta con la Armada y la Policía, todos en el 206 que es un aparato común a las tres fuerzas que operamos helicópteros o, en su defecto, hacer la instrucción de pilotos de helicópteros en el extranjero, porque el volumen de pilotos que tenemos para la formación inicial es relataivamente baja.
Hemos hecho estas propuestas y estamos esperando que se desarrollen, tanto a nivel político como con las otras fuerzas. Esas serían mis prioridades, por lo menos en lo que se refiere a adquisición de sistemas y renovación de equipamiento.