CompStat de seguridad de Rudolph Giuliani: ¿un Ferrari para las calles empedradas del Triángulo Norte centroamericano
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CompStat de seguridad de Rudolph Giuliani: ¿un Ferrari para las calles empedradas del Triángulo Norte centroamericano

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¿Un Ferrari para calles empedradas? ¡Pueden imaginar semejante esperpento y atentado! ¿Quién rodaría una joya automotriz de cientos de miles de dólares en un pedrero?

Pues esa parece ser la mejor definición, en sentido figurado, del excelente sistema de seguimiento de estadísticas para aplicar estrategias y tácticas de seguridad, conocida como CompStat, implementada por la empresa de seguridad del ex alcalde de Nueva York (1994-2001), Rudolph Giuliani, el Ferrari, en este caso, para ser aplicado o “transitar” por las calles empedradas de una realidad centroamericana, caótica y desordenada, donde se vive improvisando y dejando en manos de la discrecionalidad del funcionario en turno todo tipo de política y la seguridad no ha sido la excepción en los últimos años.

La metodología CompStat ganó en 1996, durante la gestión de Giuliani en Nueva York, el “Premio de Innovaciones del Gobierno”, que entrega la prestigiosa universidad de Harvard.

A CompStat se le atribuye buena parte del mérito de haber reducido los asesinatos en Nueva York en 70%, y en porcentajes considerables también en otras ciudades de Estados Unidos. Canadá y Australia también han adoptado la metodología.

El estadounidense Rudolph Giuliani es el dueño de la empresa consultora de seguridad pública Giuliani Partners LLC, fundada en 2002, luego de terminar su carrera como alcalde de la ciudad de Nueva York y ser catapultado por los medios de comunicación como el hombre que bajó a casi la mitad los índices de criminalidad bajo su propio método “Tolerancia Cero”.

Giuliani se ha vuelto una moda en el tema de seguridad, desde México hasta Colombia; el Triángulo Norte de América Central, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador, no ha sido la excepción, donde aterrizó, primero, en Guatemala en 2013, contratado por la gremial empresarial guatemalteca, ahí lo vieron los empresarios salvadoreños y dio sus impresiones (nada nuevo que muchos expertos locales no hayan señalado ya), hace un par de semanas atrás; ahora cabildea el mismo ejercicio y oferta de su Ferrari a los hondureños.

Pero Giuliani no tiene la culpa que lo contraten, él hace su negocio y aunque nadie dice cuánto cobra, se supone que cobra muy bien por su asesoría, dado la personalidad de primer nivel en la que se ha convertido, en la última década.

La culpa quizá sea de la contraparte, de los empresarios, no le señala algunos temas que ya son sabidos y que no es necesario que incluya en sus observaciones, como que en las cárceles se siguen encontrando teléfonos celulares o que las compañías de telefonía deberían cancelar esas líneas, con las que, en muchas ocasiones, se fraguan delitos desde el interior de las penitenciarías.

Ahora con el CompStat, parece que nadie le ha dicho a Giuliani que en muchos países de Latinoamérica y sobre todo en el Triángulo Norte centroamericano, no se lleva un seguimiento metodológico y detallado de estadísticas de los delitos, su frecuencia de ocurrencia por áreas geográficas o de lugares, entre otros elementos que alimentan el CompStat y que provocaron bajas significativas de los delitos en Nueva York, al menos durante la gestión de Giuliani.

Es decir que si no hay una base de datos que radiografíe el escenario delictivo de un país, el CompStat se vuelve ineficaz, por lo que sería necesario, primero, ordenar la mesa en esta zona del mundo para pensar en rodar el Ferrari de Giuliani en semejante vía empedrada.

En El Salvador, por ejemplo, simplemente, la Policía lleva su propia estadística de homicidios, la Fiscalía la suya y Medicina Legal (forenses) la propia, no hay unificación de criterio acerca de cuántas muertes violentas ocurren realmente cada día, cada cual defiende su propia verdad.

Porque el CompStat es una herramienta estadística y de administración que permite identificar en el mapa los lugares donde se cometen más delitos y cuáles son los delitos más frecuentes en cada zona. Esta información se correlaciona con otros datos, como los focos de prostitución, venta de drogas, y concentración de personas con antecedentes penales para que la Policía determine, en reuniones semanales, cuáles son las mejores estrategias y recursos para golpear a los criminales.

El sistema también implica mantener estadísticas que permiten identificar las zonas donde realmente se está reduciendo la delincuencia, lo que sirve a la Policía para decidir dónde se asignan más recursos, incluyendo los incentivos para los jefes y agentes que están haciendo bien su trabajo, lo que enfatiza Giuliani.

El creador del CompStat, Jack Maple, ha dicho, exactamente, que su metodología se basa en cuatro principios básicos: inteligencia exacta y oportuna comunicada a todos; un despliegue rápido, concentrado y sincronizado; tácticas y estrategias efectivas, y seguimiento y evaluaciones incansables.

En lo que parecer ser si tiene plena razón Giuliani, al menos por lo expresado en San Salvador hace pocas semanas en el Encuentro Nacional de la Empresa Privada (Enade 2015), es que debe haber voluntad política para llevar una estrategia de seguridad adelante, acabar con la corrupción estatal y no es necesario gastar más para combatir el crimen, sino ser eficientes.



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