Japón prepara el mayor presupuesto de defensa de su historia

La creciente tensión con Corea del Norte, que acaba de probar un misil volándolo por encima de Japón, y la disputa territorial con China, dan alas a los requisitos militares de Tokio. El Ministerio de Defensa de Japón ha solicitado oficialmente el mayor presupuesto militar de su historia. El departamento encabezado por Gen Nakatani quiere contar a partir del próximo 1 de abril –fecha en la que se inicia el año financiero– con una partida total de 5,25 billones de yenes. Al cambio son algo más de 40.000 millones de euros, un 2,5 por ciento más que lo previsto para el ejercicio actual.

De aprobarse, se tratará del sexto aumento consecutivo del presupuesto de defensa del país, que para este año es un 1,4 por ciento mayor que el de 2016, a su vez un 3 por ciento más grande que el del ejercicio precedente. De obtenerlos, los más de 5,2 billones de yenes servirán, entre otros, para comenzar la construcción de un nuevo submarino y adquirir dos nuevos buques patrulleros, media docena de aviones de combate de quinta generación F-35A y cuatro convertiplanos V-22 Osprey, el primero de los cuales ya está a punto de iniciar sus pruebas de vuelo.

También destaca una partida solicitada de casi 68.000 millones de yenes (más de medio millar de millones de euros) para dotarse de nuevos misiles antiaéreos, entre ellos SM3 Block 2A y PAC-3 MSE. En este capítulo es relevante la intención japonesa de dotarse con el sistema de defensa antimisil Aegis en su versión terrestre (ya cuenta con la naval) por una cantidad no especificada, informa la agencia rusa RIA Novosti.

Lo que sí ha detallado el Ministerio de Defensa nipón es su intención de recibir, dentro del citado presupuesto, 19.600 millones de yenes para el desarrollo de nuevos radares capaces de detectar aviones dotados de tecnologías furtivas (stealth), otros 10.700 millones de yenes (casi 82 millones de euros) para modernizar el sistema operativo de control de objetivos de defensa antiaérea, 10.000 millones (más de 76 millones de euros) para investigar la creación de medios de ataque de largo alcance y 7.700 millones (59 millones de euros) para desarrollar nuevos misiles antibuque.