Una industria para la solidaridad global

La percepción internacional de España como un país serio, solidario e innovador, así como respetuoso con sus compromisos internacionales, reposa en gran medida en la excelencia y calidad humana de nuestras Fuerzas Armadas. No en vano son la institución mejor valorada por la sociedad española y, por ende, representan uno de los más importantes relevantes atributos de nuestra imagen como país en todo el mundo. El liderazgo internacional de nuestra industria de la Defensa completa y eleva esta percepción internacional de la Marca España por su reputación y nivel tecnológico.

España ocupa hoy una posición importante en el concierto de naciones, a la hora de contribuir a la paz y seguridad internacionales. Nuestra historia y situación geopolítica nos ha convertido en un país clave en la defensa mundial, especialmente, desde la aparición de la amenaza yihadista. Por esa razón, España está cada vez más presente en el mundo y todos los aspectos relacionados con la Defensa suponen, sin duda, elementos determinantes de su potencial como actor internacional.

Para el efectivo cumplimiento de las misiones que le son encomendadas en los organismos multilaterales a los que pertenece nuestro país, es imprescindible que el sector cuente con las mejores capacidades militares de una industria internacionalmente competitiva. Y así ocurre. La Defensa española ha logrado labrarse una reputación internacional excelente, ligada a la eficacia, la fiabilidad, la innovación y el desarrollo tecnológico, que precisan de su continua inversión y apuesta en la I+D+i para consolidarse en el mercado global.

España se ha mostrado firme en su apoyo a la lucha contra este terrorismo y forma parte de la coalición internacional contra el Estado Islámico, cuyos miembros ya se han reunido hasta en dos ocasiones en Madrid. Nuestro país apoya el esfuerzo de la Coalición Global con 457 militares, que a día de hoy han entrenado a más de 22.800 efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes, muchos de los cuales han demostrado su eficacia en la toma de ciudades tan importantes como Ramadi o Mosul.

Tareas de seguridad, apoyo logístico, formación en desminado, desactivación de artefactos y sanidad militar son algunas de las funciones que desarrollan nuestros soldados en el país. Entre todas ellas, destaca la instrucción española a los nuevos militares iraquíes en la inculcación de derechos humanos y legislación internacional, para que la lucha contra el Estado Islámico sea en todos los frentes posibles, erradicando posibles actos inhumanos durante las operaciones militares como represalia a las acciones terroristas. Así, nuestras Fuerzas Armadas se encargan además de proteger el futuro de nuestro planeta.

Un sector estratégico

Estamos ante un sector estratégico, tanto frente a las amenazas internacionales a las que nos enfrentamos, como desde una perspectiva puramente económica. La industria de Defensa española factura 5.000 millones de euros anualmente y da empleo directo a más de 20.000 personas, incorporando un 40% de alta cualificación. Lo que nos convierte en uno de los cinco mayores exportadores europeos y el séptimo a nivel mundial. Durante los últimos años ha dedicado casi el 10% en inversión en I+D+I. El sector aeroespacial –civil y militar– ocupa la octava posición mundial con una inversión del 11%, siendo superior la industria espacial, con cerca de un 15% en inversión y un quinto puesto a nivel mundial.

El prestigio y reconocimiento

A las pruebas me remito: al tiempo que se conoce la futura entrega a Canadá de dieciséis aviones C295W, ensamblados en la fábrica sevillana de Airbus Defence and Space, la Royal Air Force británica anuncia el contrato con ésta del mantenimiento de sus recién entregados A400M, llegados al Reino Unido desde la misma planta de San Pablo. A su vez, mientras la Fuerza Aérea Colombiana formaliza la compra de dos vehículos de aeropuerto del grupo Iturri, la fragata Cristóbal Colón de la Armada Española pone rumbo hacia Australia, donde participará en unas maniobras conjuntas con la Marina Real Australiana. La fragata F-105 española inicia un periplo en el que, no sólo expondrá y dará a conocer los detalles de su operatividad naval y tecnológica, sino que además le permitirá circunnavegar la tierra en su paso por Arabia Saudí, la India, Singapur, la Polinesia Francesa, Perú y Colombia.

El paso de los años ha demostrado que España tiene las habilidades, las capacidades y el talento para el desarrollo de servicios y productos de alto valor añadido. Así, el buen desempeño en los campos de la aeronáutica, las comunicaciones, la electrónica o el naval han logrado que nuestro país goce de una industria reconocida por su alta intensidad tecnológica.

Innovación para el avance de la sociedad

¿Sería hoy imaginable querer desplazarse por el mundo sin usar el GPS? ¿O alguien puede pensar en vivir sin Internet? Avanzar en la inversión de I+D+I no sólo permite progresar en términos de seguridad, sino que supone prosperar en la consolidación de una base industrial nacional. La convergencia entre la investigación civil y de Defensa supera los límites de las previsiones más optimistas.

Así, observamos que existen grandes ejemplos de la capacidad para desarrollar una I+D+i que permite generar productos propios con un gran potencial exportador. El programa de los helicópteros NH-90, fabricados por Airbus Helicópteros en Albacete, se consolida como una herramienta fundamental para el transporte táctico de tropas, compartida ya por trece países aliados. Una colaboración que se pone también de manifiesto con la participación española en el proyecto europeo MALE 2020 para desarrollar un sistema aéreo remotamente tripulado de altas cualidades, destinado a tareas de vigilancia, inteligencia y reconocimiento.

Esta mejora de capacidades también está presente en el transporte por tierra. El proyecto de los futuros vehículos terrestres blindados VCR 8x8 de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas, Indra y Sapa, permitirá dotar de unidades más ágiles y despliegues más rápidos en zonas de operaciones, al tiempo que incrementará la seguridad, las capacidades de navegación y comunicaciones, y mejorará la motopropulsión y la eficiencia energética.

Estos grandes logros y proyectos muestran que la seguridad es inseparable de la innovación y la tecnología. La innovación en la industria de Defensa permite avanzar en beneficio del conjunto de la sociedad, Genera crecimiento tecnológico, actividad fuera de la propia industria y un gran retorno en I+D+I, al tiempo que permite garantizar la máxima seguridad que se merecen los ciudadanos.

La puesta en valor de la industria de este sector es fiel reflejo de las capacidades de España para ofrecer al mundo la imagen de un país tecnológicamente avanzado y moderno. Este reconocimiento, que se constituye en fortaleza de la Marca España, resulta indisociable de la Defensa en su conjunto, y por ende, de nuestras Fuerzas Armadas, que contribuyen a la paz y a la seguridad, nacional e internacional, haciendo que España sea valorada allí dónde están presentes.