El pasado 1 de julio el Ministerio de Defensa australiano decidió suprimir la Defence Materiel Organisation (DMO) en su carácter de agencia independiente y asumir sus competencias dentro de la estructura orgánica del Ministerio. La organización se ha transformado ahora en el Capability Acquisition and Sustainment Group.
Esta decisión está en línea con el llamado First Principles Review, publicado el 1 de abril pasado con el subtitulo “Creating One Defence”, que reclamaba la integración de competencias asignadas a diferentes agencias en el seno de la estructura administrativa del Ministerio para mejorar la eficiencia. En consecuencia los costes de operación de la DMO, estimados en 800 millones de dólares australianos, serán transferidos al Ministerio de Defensa.
La DMO ha estado en continua reorganización desde su creación, en 2000, inicialmente como órgano de la administración. En 2005, siguiendo las recomendaciones de los denominados informes Kinnaird y Mortimer, se decidió transformar su estatus jurídico y convertirla en agencia independiente. A pesar de que la DMO ha obtenido resultados satisfactorios en algunas de sus actuaciones, las acusaciones de lentitud en la toma de decisiones, complejidad en los procesos de trabajo y alejamiento de las necesidades de los usuarios han llevado a un regreso a la integración en la estructura de la administración.
El informe plantea cuatro líneas fundamentales de actuación bajo el denominado “One Defence Model”:
Potenciar en el seno del Ministerio la capacidad de dirección estratégica y control sobre el empleo de los recursos. Facilitar la relación con las Fuerzas Armadas, a través de gestores de capacidad con autoridad y responsabilidad para proporcionar los recursos necesarios dentro de los parámetros de tiempo, costes y características. Mejorar la integración de elementos capacitadores con especial atención en el soporte de ciclo de vida. Reforzar la formación del personal.
En general los países anglosajones tienen una mayor cultura de cambios organizativos de la que tenemos los latinos. Cualquier modelo orgánico es válido si responde con eficacia y eficiencia a los objetivos que se ha planteado y a la finalidad a la que debe encaminar su actuación. Independientemente del modelo, los factores apuntados son la clave en cualquier sistema de adquisiciones.
Las reformas orgánicas abordadas en España durante esta legislatura apuntan también en la necesidad de reforzar la dirección estratégica, el control sobre el empleo de los recursos, la relación con los usuarios y la profesionalización del personal dedicado. Aunque en algunos casos, y por algunas autoridades, se ha planteado la posibilidad de que el modelo español actual es en realidad una transición hacia un modelo de Agencia independiente, los pasos que se están dando en otros países deberían hacer reflexionar sobre esa idea. Tanto el ejemplo australiano, como los modelos alemán y británico apuntan hacia unas soluciones “a la francesa” con modelos más integrados pero sin salir de la esfera de los ministerios de Defensa.
El momento preelectoral en el que nos encontramos, en el que sea cual sea el resultado de las próximas elecciones generales, parece que se realizarán nuevos cambios, puede ser el oportuno para plantearnos en España si en los pasos posteriores de reforma de nuestro sistema de adquisiciones debemos ir hacia un modelo de Agencia independiente o si, por el contrario, es preferible profundizar en el cambio organizativo en el seno del Ministerio. Sin perder de vista que los recursos seguirán siendo escasos y que habrá que concentrar esfuerzos inversores en beneficio de las necesidades operativas y de la generación de actividad industrial.