Un paso adelante y otros atrás
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Un paso adelante y otros atrás

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(Infodefensa.com) Por Antonio Fonfría – Aún a riesgo de ser demasiado insistente con el tema, vuelvo a las andadas: ¿Cuál es la política industrial de defensa que se lleva a cabo en España? ¿Es coherente con los movimientos que se observan en el sector? ¿Se plantea una estrategia de largo plazo? Pues bien, no parece haber una respuesta inequívoca a estas cuestiones. Para empezar, no parece claro cuál sería la estructura industrial deseada y que aporte eficiencia al sector, sabiendo el importante sobredimensionamiento que experimenta. Además, la incertidumbre sobre su futuro que genera la fragmentación de la industria europea de defensa, unida a la necesidad de definir áreas estratégicas irrenunciables como país, la reducción presupuestaria que deja una parte de la industria “huérfana” y las presiones industria-gobierno, conducen a una situación de marejada industrial de difícil solución.

De esta manera, los planteamientos son a veces contradictorios. Si hace unos meses el objetivo era crear “estructuras de cooperación” –en palabras del Ministro de Defensa, entre Navantia e Indra-, hoy esa situación no parece ser la más adecuada. Bien es verdad que la SEPI posee ahora capital de ambas empresas y que al Gobierno le sería sencillo articular un sistema de creación de campeón nacional, como ya se hacía en los años 80 en otros países. Sin embargo, la base de un campeón es la capacidad competitiva, la solidez en los mercados, la innovación tecnológica y organizativa, la capacidad financiera, la potencia comercial y la reputación.

Hoy por hoy, la mayor parte de esas características las posee Indra, no así, lamentablemente, Navantia. El problema aparece cuando se tiende a cumplir la Ley de Gresham: si en un mercado hay dos monedas, una valorada como buena y otra como mala por el público, la moneda mala expulsa a la buena del mercado. La cuestión, por tanto, es que se trate de que Indra sostenga a Navantia y que, a su vez, Navantia no contagie a Indra algunos de sus problemas. Efectivamente, el tamaño importa. Competir con Thales, Finmeccanica, BAE Systems, DCNS,… implica ciertas necesidades de tamaño, básicamente para conseguir atender precios competitivos basados en economías de escala e importantes gastos en I+D, entre otros factores.

Sin embargo, esta política se ha soterrado y hace tiempo que no se habla de ella. ¿Se ha renunciado? Las críticas han sido duras y no es claro, en absoluto, que la suma de ambas empresas dé como resultado un campeón nacional. Más puede ser un gigante con pies de barro.

La base de estas estrategias se fundamenta en dos pilares que en el caso que nos ocupa no parecen muy sólidos. El primero es una importante capacidad de atención de demandas muy diversas –el problema de replicar cosas de Indra con cosas de FABA-, de manera que la horizontalidad se trata como una ventaja. En segundo lugar está la búsqueda de la eficiencia como motor del sistema. El Gobierno ha buscado una solución de impulso a la industria española de defensa que no parece la más adecuada. No obstante, sí es la más fácil, ya que al poseer una parte sustancial del capital social de ambas empresas resulta sencillo influir en su dirección.

No obstante, no todo va a ser aspectos negativos. La próxima Junta General de accionistas de Indra es un buen ejemplo de esto. Aunque hay importantes tensiones sobre la presidencia, se anuncia una rentabilidad por dividendo de casi un 3% y, además, ha supuesto unas plusvalías para Bankia de más de 40 millones de euros cuando vendió su participación a la SEPI. En principio todo el mundo sale beneficiado, pero ¿hasta cuándo? El tiempo es el juez. El corto plazo no casa bien a veces con el largo y las políticas industriales no han de tener horizontes temporales de cuatro años, sino de bastante más. Si finalmente se materializa esta unión –algo improbable-, los riesgos que asumen ambas empresas pueden ser elevados, y los que asume el país, más.

Antonio Fonfría es profesor de Economía Aplicada y director del Máster en Logística y Gestión Económica de la Defensa de la Universidad Complutense de Madrid.

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