La industria mundial de blindajes, tanto militares como civiles, será 7.200 millones de dólares mayor en 2029. En el último ejercicio (2020) el sector sumó un negocio de 8.300 millones de dólares, y está previsto que diez años después, en 2029, se alcancen los 15.500 millones. Se trata de un 86,7% más, fruto del crecimiento de un mercado internacional que incluye materiales empleados para la protección balística de plataformas terrestres, navales y aéreas.
La proveedora de estudios de mercado estadounidense Market Forecast ha publicado un informe de 182 páginas titulado Materiales blindados – pronóstico de mercado y tecnología hasta 2029, en el que se repasan algunas de las claves actuales de la actividad. El trabajo apunta el cambio que los fabricantes de equipos están protagonizando “hacia elementos más ligeros y no metálicos con fuertes capacidades tácticas para participar en el mercado de materiales blindados”, de acuerdo con su editora.
Los materiales utilizados para blindar vehículos de combate terrestre conforman básicamente dos tipos principales de armaduras: las denominadas reactivas y las pasivas. Las reactivas emplean un explosivo entre dos placas de metal que detona cuando impacta un proyectil, de modo que este queda destruido antes de penetrar en el vehículo. En el caso de las pasivas, se trata de materiales laminados de alta resistencia.
Los metales y las aleaciones son los materiales más empleados en este sector, entre los que figura especialmente el titanio, muy empleado para blindajes por la gran dureza combinada con el bajo peso que posee. En la actualidad, con el auge de la ciencia en torno a la ingeniería de materiales, otros componentes, como la cerámica y la fibra de vidrio están ganando un peso importante entre los blindajes. De hecho, el informe de Market Forecast estima que el segmento de crecimiento más rápido durante el periodo de pronóstico será el de los materiales cerámicos, que protagonizarán un crecimiento anual previsto del 10,32% hasta 2029.
Sistemas de protección activa
Por otra parte, el mercado de sistemas de protección se rige predominantemente por el desarrollo de soluciones sin blindaje, que se prevé que se sumen a la capacidad táctica de un vehículo. Se estima que el desarrollo de los denominados sistemas de protección activa compondrán uno de los desafíos clave a los que se enfrenta este sector. El uso de esta tecnología permite reducir el peso de los vehículos mientras aumentan su protección, con lo que se mejoran sus capacidades contra proyectiles entrantes.
Por regiones, América del Norte representa el 37% de este mercado, seguido del área de Asia Pacífico. Europa, por su parte, representa el 19%, por delante de Oriente Medio, donde se prevé un aumento de la demanda de materiales blindados para equipar nuevos vehículos con los que sus gobiernos tratarán de combatir “la creciente insurgencia y las tensiones geopolíticas” dentro de la zona.
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