De barco frutero a leyenda naval: el Contramaestre Casado se retira tras más de 40 años en la Armada

Apodado el Abuelo gris, el buque de transporte ligero (A-01) Contramaestre Casado es el más veterano de la Armada. Con más de cuatro décadas de servicio en su proa, ha transportado en sus bodegas y cubiertas todo tipo de materiales: munición, vehículos militares, lanchas de la Guardia Civil, una cabina de un avión de Iberia, personal de reemplazo de la mili y a la Legión en varias ocasiones. 

Pero esto no siempre fue así, el buque tiene un pasado civil como mercante bajo diferentes nombres y banderas, pero también como "barco pirata". ¿Cómo pasó al servicio de la Armada?

Su nombre de bautismo fue Leeward Island, y desde su construcción y botadura en Gotemburgo, Suecia, en 1951, fue un mercante dedicado al transporte marítimo. En 1964 una naviera noruega lo adquirió y lo rebautizó como Bajamar y se convirtió en barco frutero. Volvió a cambiar de manos, de mercancía y hasta de nombre varias veces más, hasta que en 1982 una naviera panameña lo compró, lo rebautizó con el nombre de Thanassis K, y lo dedicó al contrabando entre América y Europa. Pero en el verano de ese mismo año, el mercante fue capturado en aguas gallegas gracias a una operación conjunta entre el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Armada, que envió a la corbeta Vencedora para apresarlo. La naviera no reclamó el buque y el Gobierno decidió venderlo en subasta pública. 

El Thanassis K fue adquirido por la Armada y "tras unas obras de remodelación y navalización en los talleres Vulcano de Vigo, entró en servicio en noviembre de 1983", como explica el capitán de corbeta Ignacio Vicente Salas, último comandante del buque. 

De ejercicios de abordaje al traslado de la Legión en Semana Santa

Aunque las obras de adaptación trasformaron bastante el buque ciertas partes se han preservado, como el motor diésel Burmeinster & Wain de 4.500 CV, y el telégrafo de órdenes, entre otros elementos originales que han formado parte del buque hasta la fecha. 

Tras su adquisición, el mercante fue rebautizado y adoptó el nombre de Contramaestre Casado, como homenaje al suboficial José Casado Ferreiro, marino ilustre y héroe de la guerra de Cuba. Con todo a punto, ya estaba listo para navegar de nuevo y cumplir su principal cometido, que sería a partir de entonces el trasporte de materiales y personal entre arsenales de la Armada como Ferrol, Las Palmas de Gran Canaria, Cartagena, Mallorca y Mahón (Menorca). 

Aunque ha recalado también en los puertos de Tenerife, Fuerteventura o Ceuta, ha prestado apoyo logístico al Ejército de Tierra y han sido habituales las escalas en diferentes puertos civiles españoles para llevar o recoger lanchas hidrográficas. Una actividad que se complementa con otras, como la participación del Casado como blanco para ejercicios de abordaje que suelen realizar los Equipos Operativos de Seguridad de Infantería de Marina, la Fuerza de Guerra Naval Especial o la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil.

"Simulamos que somos un buque civil, con personal civil y que llevamos mercancía de algún tipo ilegal en una bodega. Esos equipos tácticos tienen que abordarnos y localizar esa mercancía, siguiendo todo el procedimiento que tenemos en Armada para este tipo de ejercicios", detalla el capitán de corbeta. Pero, sin duda, entre sus cometidos más llamativos está la participación del Casado en la Semana Santa, transportando a los caballeros y damas legionarios hasta el puerto de Málaga, donde desembarcan el Jueves Santo para procesionar al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas de la Congregación de Mena. 

Un legado de Valor y Abnegación

El Contramaestre Casado realizó una última navegación a la Base Naval de la Carraca en diciembre del año pasado para iniciar su baja definitiva en la Armada, y durante los próximos seis meses afrontará la fase de desarme, con su inmovilización definitiva y el inicio de su desmantelamiento, en el que se extrae todo el combustible, munición, equipos y sistemas, en colaboración con la cadena logística del Arsenal, según detalla el comandante del buque. 

Una vez acabe este proceso, el Estado Mayor de la Armada será el que decida cuál es el final adecuado para los restos del barco. Cabe la posibilidad de que el Casado sirva de blanco para un torpedo del S-81 u otras unidades de la Armada, aunque también puede ser vendido o desguazado. 

Aunque no sea una decisión que pueda tomar la dotación, "me gustaría que el buque se pudiera mantener a flote, por ejemplo, como una unidad de adiestramiento para equipos operativos", advierte el último comandante del Casado.

En cualquier caso, el Contramaestre Casado ha cumplido con creces su servicio a la Armada, incluso excediendo por mucho su fecha de jubilación, que se refleja en su lema Valor y Abnegación, como valores que han defendido las diferentes dotaciones que han pasado por la cubierta del Abuelo gris.