El Patrullero de Vigilancia de Zona (PVZ) Tagomago (P-22) de la Armada española ha llevado a cabo estos días operaciones de seguimiento e inteligencia sobre cuatro unidades navales de la Federación Rusa durante su tránsito por aguas del mar de Alborán, dentro de los espacios marítimos de interés nacional. Estas acciones se enmarcan en las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD), bajo la dirección del Mando Operativo Marítimo (MOM) y el control operativo del Mando de Operaciones (MOPS).
Durante su despliegue, el Tagomago ha realizado tareas de verificación y control del tráfico marítimo, asegurando la libertad de navegación y reforzando la presencia naval en la zona. Estas misiones son fundamentales para detectar anticipadamente posibles amenazas y garantizar una respuesta inmediata ante situaciones de crisis.
El Tagomago, segundo de los diez patrulleros de la clase Anaga construidos en los años ochenta, forma parte de las unidades de la Fuerza de Acción Marítima con base en Cádiz. Está diseñado para misiones de seguridad marítima, protección de los intereses nacionales y control de los espacios de soberanía.
Este seguimiento se suma a otras operaciones recientes de la Armada en respuesta al incremento de la actividad naval rusa en aguas cercanas. Por ejemplo, la pasada semana, el patrullero de altura Serviola monitorizó el tránsito de ocho buques rusos, incluidos convoyes de guerra y mercantes, en el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán . Asimismo, la fragata Álvaro de Bazán vigiló de cerca el paso de la fragata rusa Almirante Grigorovich y dos buques civiles por el estrecho de Gibraltar.
Estas operaciones reflejan el compromiso continuo de la Armada en la vigilancia y protección de los espacios marítimos de interés nacional, especialmente ante el aumento del tránsito de buques rusos en la región. Según informes, la presencia de buques de guerra rusos en el estrecho de Gibraltar ha aumentado un 50% en comparación con el año anterior, lo que ha llevado a intensificar las labores de seguimiento y control por parte de las fuerzas navales españolas.
El Mando Operativo Marítimo (MOM), con sede en Cartagena y bajo el mando del Almirante de Acción Marítima, es responsable del planeamiento y conducción de las operaciones permanentes de vigilancia y seguridad en los espacios marítimos de soberanía y responsabilidad nacional. Estas operaciones son esenciales para garantizar la seguridad y estabilidad en las aguas que rodean la península ibérica.
Con estas acciones, la Armada demuestra su capacidad y determinación para proteger los intereses marítimos nacionales y mantener la seguridad en sus aguas jurisdiccionales, en un contexto geopolítico marcado por el aumento de la actividad naval rusa en la región.