Albatross de Escribano, el fin del error humano en la búsqueda de náufragos

La ciencia ha avanzado tanto que la tecnología ya ha superado en muchos campos a las capacidades físicas humanas. Un ejemplo de ello es el sistema de seguridad y supervivencia naval Albatross, desarrollado íntegramente por la empresa española Escribano Mechanical & Engineering (EME), una cámara cuya misión principal es la búsqueda y detección de náufragos en el mar, siendo mucho más rápido y eficaz en su cometido que el ojo humano. El Albatross puede instalarse en todo tipo de aeronaves, incluidos UAV.

Aunque el Albatross fue diseñado para salvar vidas humanas, también tiene otras aplicaciones. Por ejemplo, la búsqueda de vertidos tóxicos en el mar, lo cual lo convierte también en un sistema preparado para proteger el medio ambiente marítimo.

Este innovador sistema, que tiene su origen en la tecnología militar de infrarrojos, utiliza un algoritmo inteligente que mide rangos de temperatura y tamaño para identificar cuerpos en el mar. Permite la detección automática y la geolocalización incluso en condiciones adversas y elimina horas de vuelo, ya que permite a las aeronaves que lo incorporen volar más rápido y más altura, ampliando el campo de rastreo. Según explicó el CEO de EME, Ángel Escribano, el viernes 5 de julio durante la presentación del sistema, su campo efectivo estaría entre 1,5 y 2 kilómetros de altura.

Ahora, una vez terminadas las pruebas, en las que partició Salvamento Marítimo, queda buscar clientes. Según explicó Ángel Escribano a infodefensa.com, los primeros interesados son el propio "Salvamento Marítimo, la Cruz Roja, la Guardia Civil o la Armada, entre otros". Fuera de España también es visto con interés. Concretamente, según explico Escribano, “la Marina Real de Marruecos tiene interés en hacer una demo con este producto y empezar a operarlo”

Nuevas oficinas

Por otra parte, la presentación tuvo lugar en las recién inauguradas oficinas de Escribano Mechanical & Engineering en Alcalá de Henares, construidas a tan solo 100 metros de las antiguas oficinas, todavía operativas. Este nuevo edificio cuenta con más de un centenar de ingenieros de un rango de edad muy joven, unos 32 años de media, según explicó Ángel Escribano durante un recorrido por la estancia que realizó a los medios de comunicación. Cuenta con espacios diáfanos y tranquilos, que lo convierten en un espacio de trabajo ideal para las personas que ahí desempeñan sus funciones.