Alberto Espina apoya la idea de construir fragatas en Chile

El ministro de Defensa Nacional, Alberto Espina, expresó que el proyecto de construcción de fragatas que pretende impulsar la Armada de Chile es una iniciativa que permitirá desarrollar capacidades estratégicas y beneficiará el desarrollo de la tecnología y la ciencia en el país.

La institución ha planteado al Ministerio de Defensa la necesidad de implementar un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval como la mejor alternativa para reemplazar los buques de la Escuadra Nacional y unidades auxiliares que cumplirán su vida operativa en el mediano plazo.

La autoridad manifestó en un punto de prensa al término de la ceremonia de despedida del 64° Crucero de Instrucción del buque escuela BE-43 Esmeralda que la materia "está en etapa de evaluación por parte de la Armada" e indicó que la propuesta será entregada al presidente de la República "para que en su momento tome una decisión".

El ministro Espina agregó que "está en desarrollo todo lo que es la planificación por parte de la Armada" y destacó la gran contribución que entregaría este proyecto al fortalecimiento de la ciencia y tecnología en Chile.

El Plan Nacional Continuo de Construcción Naval presentado por la institución contempla una alianza público-privada que incluirá la participación de universidades, empresas, emprendedores y ministerios, y se proyecta como un motor de investigación, desarrollo e innovación con importantes beneficios estratégicos para el país.

Estudios preliminares

Tal como publicó Infodefensa.com, la Armada de Chile encargó un estudio de factibilidad técnica y económica a la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) para construir en el país las fragatas que requerirá la Escuadra Nacional en el mediano plazo.

La concreción de este programa permitiría a la Armada de Chile dejar de depender de la oferta de buques usados. Esta alternativa no permite incorporar los buques que la institución necesita y la inversión genera pocos réditos en el país. Un buque usado tiene una vida útil más corta lo que provoca gastos mayores en mantenimiento y genera la necesidad de su reemplazo en un horizonte más corto a diferencia de un buque de nueva construcción.

El análisis, que evaluó las distintas alternativas que ofrece el mercado internacional incluida la compra de buques de segunda mano, determinó que la construcción local es la mejor opción ya que permite dejar en el país un 30 por ciento de toda la inversión y generar importantes beneficios en investigación, desarrollo e innovación tecnológica. Además la construcción de ocho fragatas costaría un 88 por ciento del valor que demandaría su compra en el extranjero.

El estudio plantea la construcción de una fragata de 5.200 toneladas de desplazamiento y 132 metros de eslora. El buque alcanzaría una velocidad máxima de 28 nudos y una vida útil de 35 años. La construcción de cada unidad, a cargo de la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), requeriría 3,5 millones de hora hombre y cinco años.

El rol de Asmar

El comandante en jefe de la Armada de Chile, almirante Julio Leiva, indicó recientemente que su institución espera comenzar la construcción de la primera fragata en un plazo de 10 años. El programa será un proceso de largo plazo y antes de comenzar su ejecución requerirá estudios de desarrollo de ingeniería, mantención de las capacidades de la planta industrial de Asmar Talcahuano y la participación de otras entidades.

Asmar cumplirá un rol central por su gran experiencia, conocimiento y capacidad. Desde 1960 ha construido medio centenar de buques de diverso tipo, tamaño y complejidad para la institución entre los que destacan las barcazas clase Batral, el buque de transporte Aquiles, los seis patrulleros de servicio general (PSG) de la clase Taitao, las 16 lanchas de servicio general (LSG) clase Protector, el buque de investigación Cabo de Hornos y los cuatro patrulleros oceánicos de la clase OPV-80.

La empresa tiene en marcha la construcción del rompehielos Antártica I que concluirá en 2023. El proyecto es el más complejo e importante de la historia de Asmar y permitirá adquirir nuevos conocimientos para afrontar el desafío de las nuevas fragatas. La institución proyecta construir buques auxiliares en Asmar Talcahuano tras el término del rompehielos e iniciar el proyecto de las fragatas a finales de la década de 2020.

Reemplazo en el horizonte

La Escuadra Nacional posee una fuerza de ocho fragatas adquiridas en el mercado de segunda mano y tres de estas unidades -las fragatas antiaéreas clase L FFG-11 Capitán Prat, FFG-14 Almirante Latorre y antisubmarina Type 22 FF-19 Almirante Williams- deberán ser retiradas a mediados de la próxima década por obsolescencia técnica.

La Armada de Chile recibió en 2018 la autorización del Ministerio de Defensa para realizar los estudios de adquisición de tres nuevos buques. El almirante Julio Leiva expresó en enero de 2018 que su institución estaba analizando distintas soluciones para reemplazar a estas tres unidades y entre estas opciones están la compra de fragatas usadas y la construcción en Asmar Talcahuano.

A pesar de los importantes beneficios que entrega la construcción nacional, esta alternativa se ha descartado por un tema de plazos ya que la grada de Asmar Talcahuano estará ocupada por el rompehielos Antártica I hasta el 2022 además la planta requerirá una fuerte inversión en la renovación de sus instalaciones para efectuar el programa de construcción de fragatas.

La compra de dos fragatas clase Adelaide de la Real Armada de Australia (RAN) -HMAS Melbourne (FFG-05) y HMAS Newcastle (FFG-06)- es la alternativa que se menciona como la más probable de reemplazo para las fragatas clase L. Ambos buques serán retirados del servicio en el segundo semestre de 2019 y se entregarían con un completo paquete logístico.