​Rusia usa señuelos para evitar que las defensas ucranianas intercepten sus misiles Iskander-M

El misil de corto alcance Iskander-M es una de las armas que el Ejército ruso ha empezado a utilizar en sus ataques contra las ciudades ucranianas. Se trata de un misil capaz de abatir blancos a distancias de hasta 500 kilómetros, según algunas fuentes, que en la invasión de Ucrania ha estrenado mejoras, introducidas con un gran secretismo, para evitar que las defensas antiaéreas puedan interceptarlo.

El misil cuenta con hasta seis señuelos en la parte delantera. Son una especie de dardos, con unas dimensiones de unos 30 cm y una punta afilada, acoplados al misil que se despliegan, una vez que ya está en vuelo, en caso de detectar una amenaza.

Estos señuelos emiten unas señales de radio que provocan interferencias en los radares ucranianos, responsable de la detección del misil, y además tienen una fuente de calor que atrae a los misiles de las baterías defensivas. Todo esto incrementa al final la probabilidad de que el Iskander alcance su objetivo.

El empleo de este dispositivo ha causado en los últimos días cierta sorpresa en los servicios de inteligencia. Estos señuelos comenzaron a aparecer en imágenes en redes sociales, muchos semienterrados tras impacto contra el suelo. En un primer momento, no estaba muy claro lo que eran e incluso se llegó a hablar de bombas de racimo, con una forma muy similar.

Expertos militares con una amplia experiencia en otros conflictos han llegado a asegurar que no han visto nada igual, como recoge The New York Times. Según la inteligencia aliada, Rusia estaría lanzado estos misiles desde plataformas lanzacohetes móviles situadas muy cerca de la frontera con Ucrania en suelo ruso y bielorruso.

Rusia habría desarrollado esta ‘nueva’ tecnología con un gran secretismo y no la habría exportado a otros países para evitar así que otros países pudieran buscar los puntos débiles de estos dardos.

El sistema Iskander-M, diseñado por el fabricante ruso Votkinsk Machine Building Plant, está preparado para lanzar varios tipos de misiles balísticos y de crucero, equipados con ojivas diferentes. El lanzamiento se produce desde una plataforma móvil, un camión normalmente, que tiene la capacidad para dos misiles.