Los futuros Air Force One lastran los resultados de defensa de Boeing, que pierde más de 900 millones en un trimestre

El desarrollo de dos nuevos aviones para uso del presidente de Estados Unidos no está resultando un buen negocio al gigante aeroespacial Boeing. Solo durante el tercer trimestre del año (de julio a septiembre) el programa, denominado VC-25B, le ha supuesto unas pérdidas de 482 millones de dólares a la compañía. La cifra representa más de la mitad de los 924 millones de dólares que ha perdido la actividad de defensa, espacio y seguridad de Boeing (Defense, Space & Security) durante el mismo periodo, en el que los ingresos de esta división alcanzaron los 5.481 millones de dólares.

“El margen operativo del tercer trimestre fue del 16,9%, debido a 482 millones de dólares en pérdidas del programa VC-25B”, explica Boeing en el balance de resultados del tercer trimestre de 2023. Y lo atribuye al “aumento de los costes de fabricación estimados relacionados con cambios a nivel de ingeniería y por la inestabilidad del mercado laboral, así como por la resolución de las negociaciones con los proveedores”.

Además, los resultados de Boeing Defense, Space & Security también se vieron afectados por la pérdida de 315 millones de dólares en un contrato de satélites por contraprestaciones estimadas para el cliente y el aumento de los costes para mejorar la constelación y cumplir los compromisos del ciclo de vida.

58.000 millones en pedidos

Por otra parte, en el haber de su balance, la división entregó durante el tercer trimestre el primer avión de entrenamiento avanzado T-7A Red Hawk a las fuerzas aéreas estadounidenses. Además se adjudicó un contrato para el suministro de 21 helicópteros de ataque AH-64E Apache para el ejército estadounidense.

Aspecto del VC-25B, futuro Air Force One. Imagen. Boeing

La cartera de pedidos de la división de Defense, Space & Security alcanzó al finalizar el periodo los 58.000 millones de dólares, de los que el 29% se corresponde a pedidos de exportación. Esa cantidad equivale a trabajo suficiente para que la actividad de la compañía no cese en más de diez años, manteniendo el flujo de actividad actual.