El LHD Juan Carlos I, buque insignia de la Armada, entrará a mediados de julio en el dique seco del astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz) para la sustitución del sistema de propulsión.
La Armada decidió hace cuatro años cambiar los dos POD de propulsión Siemens de por otros dos equivalentes de ABB, modelo Azipod MO1800. El contrato, firmado con Navantia a principios de 2023, tiene un presupuesto de 30 millones de euros.
Detrás de la sustitución, están los repetidos fallos y averías del actual sistema desde la entrada en servicio del buque de proyección estratégica en 2010. El principal objetivo es solventar los problemas de vibraciones inducidas que tiene la propulsión y además dotar al buque de un nuevo sistema más avanzado para afrontar con garantías la segunda mitad de la vida operativa.
La varada, con una duración aproximada de tres meses, incluirá también trabajos programados de mantenimiento, explica el Diario de Cádiz. Después, comenzará una fase de instalación a bordo, pruebas y adiestramiento del personal que finalizará en diciembre. Por lo tanto, la previsión es que el buque esté fuera de juego en torno a seis meses.
De esta forma, la Armada mantiene los plazos previstos hace más de dos años al inicio del proyecto, como adelantó Infodefensa.com.
Antes de entrar en el dique seco, el LHD Juan Carlos I participará en junio en el Día de las Fuerzas Armadas en el archipiélago canario y después, en estas mismas aguas, en el ejercicio Sinkex, donde previsiblemente el submarino S-81 Isaac Peral lanzará su primer torpedo real. A continuación, afrontará el segundo despliegue del año en el grupo de combate expedicionario Dédalo hasta julio, cuando regresará a la bahía de Cádiz para la varada.
Detalle de los trabajos
La obra incluirá la sustitución de los principales elementos de la propulsión, dos POD de propulsión Siemens de 11 MW por otros dos equivalentes de ABB, modelo Azipod MO1800 y también de los cuatro armarios de los variadores de frecuencia (dos por POD) Siemens por otros tantos también de ABB.
También se reemplazarán los cuatro transformadores de propulsión existentes y se actualizarán los paneles del puente de mando del sistema de control de la propulsión. Las modificaciones además afectarán a sistemas auxiliares; será necesario cambiar el sistema neumático de giro azimutal de los POD por un sistema de motores eléctricos e instalar nuevos sistemas de refrigeración. El contrato incluye también la elaboración de elementos para el apoyo logístico integrado (plan de mantenimiento, configuración logística, manuales técnicos, listados de repuestos y pertrechos) y adiestramiento a la dotación en el nuevo sistema. El sistema actual, una vez desinstalado, será preservado en las condiciones necesarias para un posible uso futuro o venta.
Navantia será responsable del suministro, sustitución, instalación, integración y puesta en marcha de los equipos, así como la formación de los usuarios y elaboración de documentación y adquisición de todo lo necesario para cumplir con los requisitos de apoyo al ciclo de vida. Los elementos mecánicos y electrónicos del sistema serán suministrados por ABB y fabricados en diversas fábricas europeas, principalmente en Noruega y Finlandia, mientras que la parte estructural y tubería será diseñada por Navantia y fabricada en España.
"Fuente de problemas"
La Armada ya encargó en 2020 un estudio para sustituir la propulsión. Entonces, explicaba que “desde hace algún tiempo los propulsores POD del L-61 Juan Carlos I incluyendo sus elementos auxiliares (cuadros, convertidores, etc.) son fuente de problemas técnicos que repercuten de forma notable en la operatividad del buque”.
“A la existencia de vibraciones y ruidos producidos por el POD a determinados regímenes y transmitidos a diversos locales que afectan a equipos sensibles, se unen fallos que han dejado en varias ocasiones al buque sin propulsión, al menos en una de sus líneas”, señalaba la Armada. Esta situación, resaltaba, además, ha provocado incluso que el buque haya tenido que regresar en alguna ocasión a su base “en condiciones precarias”, suspendiendo su participación en maniobras y ejercicios.
Otro de los factores que han llevado a la sustitución, destaca la Armada, es “disponer de un sistema de propulsión ampliamente difundido en el ámbito naval mundial, que hace prever un mejor apoyo al sostenimiento por la implantación de la empresa ABB en España y, en particular, en la Bahía de Cádiz”. De acuerdo con los estudios realizados, tras la sustitución de la propulsión, el buque mejorará las capacidades operativas actuales, con un ligero incremento de velocidad máxima teórica. Además, está previsto un significativo ahorro en el coste del ciclo de vida en una proyección a 20 años.