¿Podría evitar España un ataque como el de Ucrania a Rusia? Estos son los sistemas antidrón del Ejército del Aire

Las bases aéreas se han convertido en un objetivo militar de primer orden y, como se ha podido comprobar con el ataque lanzado por Ucrania contra Rusia este fin de semana, cada vez son más vulnerables, sobre todo tras la aparición de los drones, que convierten en muchos casos las defensas antiaéreas en ineficaces pues están pensadas para la interceptación de misiles.

Se trata de la denominada munición merodeadora, que ha adquirido una gran notoriedad a lo largo de la última década, en especial en la guerra de Ucrania, donde han sido utilizadas ampliamente por ambos bandos. Se trata de armas de un solo uso, ya que, aparte de los sensores, portan una cabeza de guerra, estando diseñados para destruirse en el ataque, al impactar contra su objetivo. Si bien inicialmente su misión fue la de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD), hoy pueden llevar a cabo un gran número de misiones. 

Bacsi, la base conectada del Ejército del Aire

En el caso de España, el Ejército del Aire y el Espacio lanzó recientemente su proyecto Base Aérea Conectada Sostenible e Inteligente (Bacsi), en el que se diseñarán las bases aéreas con proyección de futuro, para hacerlas más ​operativas y eficientes en el empleo de todos sus recursos, aprovechando la revolución digital y tecnológica, así como los avances en la sostenibilidad medioambiental. El objetivo principal es “conectar los distintos elementos que constituyen una base aérea: a las personas, sus ideas y las cosas”, en ese orden de importancia. 

Y dentro de este proyecto hay un apartado, denominado Área Funcional 4 de Protección de la Fuerza y que tiene por finalidad, “mejorar la eficiencia en la función de protección de la fuerza en las bases aéreas, reforzando determinadas capacidades para poder hacer frente a las nuevas amenazas, consecuencia de los avances tecnológicos y las tecnologías de la información y, al mismo tiempo, aprovechando las ventajas operativas que ellas nos ofrecen junto con las tecnologías disruptivas”.

Superioridad en la información

Todo esto se realizaría, según el propio Ejército del Aire, “por medio de la sensorización, digitalización, conexión, integración y fusión de la información de diversas fuentes para disponer de la debida superioridad en la información que se manifieste a través del conocimiento de la situación, la superioridad en la toma de decisiones y la disponibilidad de un sistema de C2 dinámico, pero también para actuar directamente en las capacidades de las diferentes áreas de la Protección de la Fuerza, como sería el caso de la defensa pasiva y recuperación, sistemas técnicos de seguridad, sistemas de armas, generación de capacidades y el ámbito del combatiente asistido entre otras”.

Para ello, se trabaja en los siguientes ámbitos: 

• Sistemas de control de acceso a las unidades que integre tecnologías emergentes. 
• Sensorización de las instalaciones del Ejército del Aire que posibiliten la geolocalización en el interior de las unidades. 
• Estudio e identificación de la configuración de los UAS a emplear en Protección de la Fuerza. 
• Eesarrollo de una plataforma robótica terrestre controlada remotamente.
• Sistema de Mando y Control para la gestión de UAS y C-UAS empleados en cometidos de Protección de la Fuerza.
• Sistema Integrado de Mando y Control de Protección de la Fuerza.

Sistemas antidrones para bases aéreas

Como parte de estos proyectos para defender las bases aéreas, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire y del Espacio ha adjudicado recientemente sendos contratos a las empresas españolas Adevex e ITE, destinados a mejorar las capacidades de defensa contra sistemas aéreos no tripulados (UAS), ante el creciente número de incidentes registrados en bases aéreas por la presencia no autorizada de drones. El importe total asciende a un millón de euros con impuestos.  

El primero de los contratos, adjudicado a la empresa Adevex Soluciones, incluye la adquisición de un sistema completo C-UAS (Counter-Unmanned Aerial Systems) destinado a la protección de bases aéreas. Este sistema, valorado en 800.000 euros, está basado en la detección pasiva de radiofrecuencia entre el dron y su operador, lo que permite su localización, seguimiento, identificación y neutralización sin emitir señales activas, evitando interferencias con otros sistemas tecnológicos.

Desde 2016 se han documentado numerosos incidentes que, en muchos casos, obligaron al cierre temporal de instalaciones militares debido al grave riesgo que representan estos dispositivos para la seguridad de vuelo.

El segundo contrato, valorado en 200.000 euros, ha sido adjudicado a Integración Tecnológica Empresarial (ITE) e incluye la adquisición de 12 sistemas inhibidores de mano para uso unipersonal. Estos equipos permitirán neutralizar drones en operaciones móviles o situaciones críticas mediante la inhibición de frecuencias, incorporando antenas electrónicas y baterías intercambiables en un formato compacto.

Sistemas Crow y EnforcerAir 

El Ejército del Aire y del Espacio ha adquirido paralelamente, en los últimos años, distintos sistemas similares a proveedores diferentes para proteger sus instalaciones. Así, Target Tecnología suministró soluciones antidrón al Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo del Ejército del Aire y del Espacio. En concreto, el sistema EnforcerAir 2, fabricado por la firma israelí D-Fend Solutions, del que el Ejército del Aire tiene al menos dos sistemas capaces de detectar drones hostiles en todo tipo de entornos, que facilitan la desconexión de sus pilotos o el aterrizaje sin daños colaterales, en modo activo o pasivo. Esta tecnología se puede transportar en una mochila lo que hace posible su despliegue en operaciones tácticas. 

Otro de los sistemas que utiliza es el Crow, de Indra, capaz de interoperar con todo tipo de sistemas y adaptarse a cada misión y tipo de ataque, incluso a aquellos donde toca hacer frente a enjambres de drones modificados para resistir contramedidas. De hecho, ha sido usado en misiones reales en Mali.

EL Crow tiene por objetivo detectar, rastrear, identificar y neutralizar cualquier amenaza generada por un dispositivo UAS. Todas las tecnologías utilizadas están integradas en un único puesto de operación a través del C4ARMS, la unidad de comando y control.

El sistema es capaz de detectar UAS de pequeño tamaño a muy largas distancias. Una vez detectado, emplea un sistema para determinar si  supone una amenaza y, en caso de serlo, hallar su localización exacta. Una vez confirmada y localizada, el modelo empleará un sistema de interferencias que interrumpirá el guiado del UAS. Para proteger superficies de mayor tamaño, pueden programarse varios Crow para trabajar en conjunto.

Para proteger una base aérea y su territorio circundante, Indra presenta la convergencia de tres sistemas: ATM, UTM y Crow. Así, la información recogida por el sistema anti-dron, se compartirá con el sistema ATM. El problema radica en alto número de falsos positivos y la sobrecarga de información que el sistema ATM se va a ver forzado a catalogar. Con el fin de refinar esta información, el sistema UTM aportará un registro de todos los drones colaborativos con permiso para operar en dicho espacio aéreo. Fusionando estos datos se consigue eliminar el tráfico lícito de la lista de posibles amenazas.

Proyecto Zero Threat Drone

Por otro lado, el Ministerio de Defensa ha puesto en marcha el proyecto Zero Threat Drone, a través del INTA, y que es el primer paso para la creación del Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex). El contrato se ha adjudicado a Cap Gemini por 726.000 euros para proporcionar el servicio de apoyo técnico para el desarrollo de la plataforma de simulación.

El objetivo final del proyecto busca desarrollar un sistema de simulación integral aplicado a la gestión de la amenaza dron capaz de integrar en una única plataforma un conjunto de simuladores de amenazas (UAS), sensores, efectores y sistemas de mando y control.

El Ministerio de Defensa busca así fusionar en tiempo real toda la información de los elementos reales del entorno y combinarla con la obtenida de sistemas avanzados de simulación.

Defensa aérea por capas

Según el informe del Estado Mayor de la Defensa La protección de la fuerza ante las nuevas amenazas tecnológicas, el área objeto de protección es la zona que rodea a cualquier instalación, denominada Área Táctica de Responsabilidad (TAOR), que desempeña un papel fundamental para establecer una defensa efectiva de la misma. La TAOR debe extenderse más allá del perímetro de la instalación, con el fin de evitar que se puedan producir desde su exterior ataques directos e indirectos de tipo stand off contra la instalación, su personal y cualquier activo que opere desde la misma.

Este informe plantea la dificultad de abordar las amenazas “teniendo en cuenta que en la actualidad no se dispone de un sistema que permita ejercer el control (mediante la vigilancia, detección, identificación y actuación, si fuera preciso) y la coordinación de la capa más baja del espacio aéreo, donde conviven sUAS de uso civil (de uso comercial y recreativo), junto a sistemas militares y de otros organismos e instituciones del Estado”.

Para ello se plantea el concepto de defensa aérea por capas “definiendo burbujas de especial interés alrededor de infraestructuras críticas, bases aéreas e instalaciones militares, aeropuertos, edificios de interés, etc., donde se desplegarían sistemas C-sUAS autónomos que actuarían con protocolos de ejecución descentralizada”.