El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere darle una vuelta al Departamento de Defensa, al que se plantea cambiar de nombre y ya está modificando de modo que pueda aumentar su capacidad en tareas de seguridad ciudadana. El Pentágono ya ha recibido instrucciones para que la Guardia Nacional, como fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas presente en todos los Estados, esté preparada para “sofocar disturbios civiles y garantizar la seguridad ciudadana”. Además, la Guardia Nacional deberá contar con un número de soldados preparados para movilizarse con rapidez para intervenir en este tipo de misiones y hacerlo en otros Estados en los que sea necesario.
Al mismo tiempo, Trump ha sugerido el cambio de nombre del organismo por el de Departamento de Guerra, que era el que tenía cuando “ganamos la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial”, ha apuntado. La designación Departamento de Defensa se introdujo en 1947, como parte de una estrategia de búsqueda de vías más diplomáticas durante la Guerra Fría, recuerda la Agencia EFE. Ahora, ha dicho Trump, “creo que vamos a cambiar el nombre”, y ha señalado que esa modificación a la denominación “Departamento de Guerra”, que para él “eso es realmente lo que es”, podría tener lugar la semana que viene.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ya señaló el pasado marzo, sin dar más detalles, la posibilidad de recuperar la denominación de Departamento de Guerra a la entidad gubernamental que él encabeza, y que actualmente además se prepara para incrementar su capacidad de intervención en el ámbito civil.
Hasta ahora, la legislación contempla que la Guardia Nacional, de la que forman parte civiles que se ocupan de las funciones propias de esta fuerza militar algunos días al mes ampliables en caso de emergencias, se activa durante “crisis o desastres naturales, o en acontecimientos especiales cuando las capacidades locales, tribales y estatales están sobrepasadas, agotadas o no disponibles”, de acuerdo con la información recogida por El País.
Nueva York y Washington en el punto de mira
Trump, como presidente del país, también tiene la facultada de controlar directamente a la Guardia Nacional, a la que la ley permite intervenir en determinados casos en misiones de seguridad nacional, entre ellas cuando se produzca una rebelión contra el Gobierno.
De momento, el actual titular de la Casa Blanca ya ha desplegado la Guardia Nacional en Los Ángeles, el pasado junio ante las protestas por la política migratoria de Donald Trump, y en Washington, desde hace unos días para combatir la criminalidad, pese a que de facto los delitos violentos se encontraban en su punto más bajo en 30 años. Ahora, el presidente prepara la posible actuación de la fuerza de reserva en Chicago, Nueva York y Baltimore.