OTAN: España sigue a la cola de inversión en defensa, pese a llegar al 2%, pero gasta más que la media en armamento
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OTAN: España sigue a la cola de inversión en defensa, pese a llegar al 2%, pero gasta más que la media en armamento

Un informe de la Alianza Atlántica reconoce por primera vez que alcanza esa cifra de porcentaje, pero se sitúa solo por delante de Luxemburgo
La II Bandera Paracaidista Roger de Lauria de la Bripac refuerza su adiestramiento en zonas urbanas
La II Bandera Paracaidista Roger de Lauria de la Bripac. Firma: EdT
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La OTAN reconoce por primera vez, en su último informe, que España ha alcanzado el objetivo del 2% del PIB en gasto de defensa en 2025, una recomendación histórica que la Alianza establecía para todos sus socios desde hace años. No obstante, el análisis comparativo revela que, pese a este logro, España sigue situada en los últimos puestos tanto en porcentaje de gasto sobre PIB como en gasto absoluto y per cápita respecto a sus aliados, y sus patrones de inversión presentan particularidades relevantes frente al resto de países miembros.

 

Para obtener estas cifras la Alianza recopila datos sobre el gasto de defensa de los aliados y los publica periódicamente. El Ministerio de Defensa de cada país informa sobre el gasto actual y estimado para el futuro. Los importes representan los pagos realizados o previstos por un Gobierno durante el ejercicio fiscal para cubrir las necesidades de sus fuerzas armadas, las de los Aliados o las de la Alianza. En las figuras y tablas que figuran en el informe, la OTAN también utiliza información económica y demográfica disponible en la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea (DG ECFIN), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En cualquier caso, la organización advierte de que, dadas las diferencias entre estas fuentes y las previsiones nacionales del PIB, así como la definición de gasto de defensa de la OTAN y las definiciones nacionales, las cifras que se muestran en este informe pueden diferir considerablemente de las que se citan en los medios de comunicación, se publican por las autoridades nacionales o se incluyen en los presupuestos nacionales. 

Un hito para España

Llegar al 2% supone un hito para la defensa nacional, ya que marca un punto de inflexión en la trayectoria presupuestaria de España en la OTAN. Tradicionalmente, el país se encontraba lejos de esa cifra, incluso rondando el 1% del PIB en la última década. Según los datos oficiales, el gasto en defensa español pasará de una media inferior al 1,2% durante los años previos, hasta alcanzar el 2% estimado para 2025, lo que implica un salto porcentual de más del 43% en solo dos ejercicios respecto a 2023.

Datos porcentaje de gasto
Datos porcentaje de gasto

Sin embargo, esta cifra alcanza el umbral mínimo recomendado por la OTAN, pero sigue lejos de los líderes en inversión militar. Países como Estados Unidos, Polonia, Lituania, Estonia, o Grecia, han sobrepasado durante años el 2%, llegando algunos, como EE. UU., a invertir más del 3% de su PIB en defensa. España, por tanto, cumple el objetivo pero queda en el grupo intermedio-bajo dentro del bloque europeo y no figura entre los países con mayor presión presupuestaria militar.

 

 

 

En términos absolutos, España también muestra se queda atrás respecto a otros miembros destacados. Para 2025, la inversión española se estima en unos 33.123 millones de euros (alrededor de 35.670 millones de dólares), situándose por detrás de naciones como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Polonia. Mientras EE. UU. supera los 980.000 millones de dólares, Alemania sobrepasa los 93.747 millones, el Reino Unido los 90.500 millones, Francia los 66.531 millones e Italia llega a los 48.800 millones. Por tanto, España queda aproximadamente en la séptima posición europea y la undécima en el conjunto de la OTAN. Es relevante señalar que países como Polonia han acelerado de manera notable su gasto militar en los últimos años, y superan ampliamente sus cifras anteriores, poniéndose solo un escalón detrás de Italia y por encima de la española.

También a la cola en gasto per cápita

El gasto per cápita es otro indicador que evidencia el retraso relativo de España. Las cifras para 2025 sitúan el desembolso español en defensa en torno a los 676 dólares por habitante. Este dato coloca al país en la zona baja del ranking OTAN: por ejemplo, Noruega, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca y Canadá gastan más de 1.000 dólares por ciudadano, y Suecia, Dinamarca y Finlandia también superan el millar. 

El gasto español, por tanto, es inferior a la media de Europa Occidental y muy lejos de los referentes. Ni siquiera se acerca a los 971 dólares del Reino Unido o los más de 2.400 de Estados Unidos. La comparación con Polonia, país que ha experimentado un fuerte crecimiento militar, también resulta desfavorable, ya que su gasto per cápita supera los 940 dólares.

Categorías de gasto

En cuanto al desglose por categorías, la evolución de la inversión española muestra una inflexión significativa en el porcentaje destinado a equipamiento, uno de los parámetros más evaluados por la OTAN para determinar el nivel real de modernización de las fuerzas armadas. España ha incrementado considerablemente la proporción de su gasto asignada a equipamiento y tecnología militar avanzando hacia los estándares de modernización exigidos: para 2025, el 32,29% del presupuesto será invertido en equipamiento y desarrollo tecnológico, frente al 13,49% de 2014 o el 21,02% de 2019. Este dato pone a España por encima de la media europea –donde muchos países apenas superan el 20%–, y en línea ascendente con líderes como Polonia (54% en 2025), Finlandia (45%), Lituania (45%) y los países bálticos, que priorizan la modernización ante amenazas próximas.

España, sin embargo, destina todavía buena parte de su presupuesto a gastos de personal (27,7% en 2025) y operaciones y mantenimiento (35,32%), superando a países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos, que destinan mayor porcentaje a equipamiento. La apuesta por la modernización es clara, pero la estructura tradicional persiste: el peso del personal y los gastos corrientes sigue siendo alto, y aunque hay un aumento en infraestructuras (4,63%), queda lejos de los países con mayor inversión en bases, instalaciones y construcción militar.

El aspecto de personal en las Fuerzas Armadas también influye en la lectura de los datos. España cuenta con alrededor de 118.000 efectivos militares profesionales en 2025, una cifra estable en la última década, pero inferior a los grandes países de la OTAN en este ámbito como Turquía, Francia o EE. UU., que superan ampliamente la barrera de los 200.000 militares.

Futuro

De cara al futuro, la tendencia marcada por la OTAN y los propios presupuestos españoles es que el gasto en defensa seguirá creciendo y orientándose cada vez más a inversión tecnológica y equipamiento, consolidando el cambio iniciado en 2023. España se posiciona así como un socio cumplidor del estándar, pero todavía lejos de desempeñar un papel protagonista en términos relativos. La OTAN reconoce su esfuerzo y el cumplimiento de los compromisos, pero los retos en modernización, innovación y presión inversora siguen pendientes para acercarse a los referentes europeos y mundiales.



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