Alberto Espina jura como nuevo ministro de Defensa de Chile

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, realizó la toma de juramento de Alberto Espina como el primer ministro de Defensa de su gabinete. La ceremonia se realizó el domingo 11 de marzo en el salón de honor del Congreso Nacional en Valparaíso luego del traspaso de mando entre la presidente saliente, Michelle Bachelet, y el nuevo mandatario que asumió el poder al resultar vencedor en la segunda vuelta de la elección presidencial celebrada en noviembre del año pasado

Espina inició su agenda de trabajo el lunes 12 de marzo en las dependencias que ocupa la cartera en el edificio de Zenteno 45, centro cívico de Santiago. La autoridad recibió los honores militares de reglamento de una unidad de formación y luego del izamiento del gallardete de mando ingresó al edificio acompañado del subsecretario de Defensa, Cristian de la Maza y el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli.

Tras esta actividad, el nuevo ministro sostuvo un encuentro con el personal civil del Ministerio y se reunió de manera protocolar durante la jornada con el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez; el comandante en jefe de la Arrmada, almirante Julio Leiva; el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), general del aire Jorge Robles; y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general de aviación Arturo Merino.

Las tareas en el área Defensa del nuevo Gobierno

Alberto Espina ha enfatizado en los últimos días que la nueva administración desea contar con una defensa moderna que garantice la paz y esté al servicio de todos los chilenos.

En cuanto a las prioridades, la autoridad destacó la necesidad de disponer efectivos preparados y capacitados para resguardar la seguridad nacional, establecer una nueva institucionalidad que permita actuar a las Fuerzas Armadas en situaciones de emergencias y catástrofes naturales además de mejorar los estándares de probidad para generar un correcto uso de los recursos públicos.

Las tareas encomendadas a Espina abarcan también la implementación de un mecanismo de financiación estable a través de una planificación presupuestaria plurianual, potenciar la Política de Defensa y la Política Militar como políticas de largo plazo, incrementar la polivalencia de las Fuerzas Armadas, modernizar la carrera militar, cooperar con el sistema de seguridad internacional, fortalecer la presencia del país en operaciones y ejercicios multinacionales y modernizar los gobiernos corporativos de las empresas públicas del sector militar.