El A400M encuentra su prueba de fuego en el aeropuerto de Kabul

En las imágenes que llegan del aeropuerto de Kabul es difícil no ver un A400M efectuando maniobras de despegue y aterrizaje o estacionado en la pista. Este avión de transporte ensamblado por Airbus en Sevilla se ha convertido en una pieza fundamental dentro de los planes de evacuación elaborados por países como España, Francia y Alemania para rescatar de la ciudad controlada desde hace días por los talibanes a sus ciudadanos y a cientos de colaboradores afganos.

En el caso español, el Ejército del Aire ha desplegado en la última semana cuatro de los once A400M que tiene operativos en el Ala 31 situada en la base aérea de Zaragoza. Tres –uno de ellos medicalizado- continúan en la base aérea de Al Minhad (Dubai), utilizada por España y otros países como cabeza de puente para la evacuación de Kabul. A fecha de este lunes, los A400M españoles habían efectuado siete vuelos Dubai-Kabul-Dubai en cinco días y sacado del país asiático más de 700 personas.

El A400M ya demostró su capacidad para intervenir con rapidez ante situaciones excepcionales en las primeras semanas de la pandemia de la Covid con vuelos a China para la recogida de material sanitario. Sin embargo, la operación de rescate de personal civil de Afganistán es la primera prueba de fuego de la aeronave en un escenario de conflicto propiamente dicho, en un entorno hostil y volátil.

La situación en el aeropuerto de Kabul es muy difícil. El aeródromo está controlado por Estados Unidos, pero en las inmediaciones hay en torno a 20.000 personas que tratan de huir de los talibanes. La propia ministra de Defensa, Margarita Robles, alertó este lunes de que el riesgo de atentado en el aeropuerto existe, “es real”, una circunstancia que tienen en cuenta, dijo, “tanto las tropas americanas con nuestras tropas”.

El esfuerzo está siendo considerable no solo para las tripulaciones de estos aviones, duplicadas en ocasiones para el relevo en pleno vuelo, sino también para el personal en la retaguardia en Zaragoza responsable de todo el operativo logístico (planes de vuelo, puesta a punto de los aviones...). El Ala 31, no hay que olvidarlo, ha completado recientemente un profundo proceso de transformación que comenzó en 2016 con la llegada de los primeros A400M y finalizó hace poco más de seis meses con la retirada de los últimos C130 Hercules.

Características del avión

El A400M es un avión de transporte militar que en el Ejército del Aire español ha sustituido al avión de transporte norteamericano C-130 Hércules, en servicio casi medio siglo. Una de las principales ventajas de la aeronave fabricada por Airbus en sus instalaciones de San Pablo en Sevilla es su versatilidad. Está preparada para efectuar un amplio abanico de misiones: transporte de carga, transporte de tropas, lanzamiento de paracaidistas, evacuación médica, repostaje aéreo o vigilancia electrónica.

Tiene cuatro motores turbo-propulsados, con hélices de ocho palas que permiten alcanzar velocidades de hasta Mach 0.76 a 37 000 pies de altitud. El motor TP400 fue diseñado y fabricado por el consorcio EPI (EuroProp International), creado por las empresas ITP, MTU AeroEngines, Safran Aircraft Engines y Rolls Royce. Este motor desarrolla 10.100 CV de potencia por unidad, mezclando las ventajas de un reactor y un turbohélice.

Con un volumen de 340 m3, es capaz de soportar hasta 37 toneladas y tiene capacidad para transportar cargas no estándar que incluyen helicópteros del tipo NH90 o Chinook CH-47. Además, puede transportar y lanzar hasta 120 paracaidistas con todo su equipamiento y es configurable para realizar evacuaciones médicas. También está capacitado para aterrizar en una pista de 1.300 metros.

Como tanquero, el A400M estándar posee de serie equipos y software para operaciones de repostaje aire-aire, con una capacidad básica de combustible de 63.500 litros (50 800 kg), que puede ser aumentada con tanques adicionales en la bodega de carga.

Como decíamos antes, este avión cuenta con una enorme capacidad para misiones de transporte táctico a larga distancia. Durante la operación Balmis de lucha contra la pandemia, realizó diversos viajes a distintas localidades de China para cargar de manera urgente toneladas de material sanitario. “Fueron vuelos auténticamente épicos de 38 horas de duración, que debían llegar de manera rápida hasta España para posibilitar la distribución de mascarillas, trajes EPI e incluso respiradores”, recuerda el Ejército del Aire.