Avanzar en ciberdefensa y garantizar la inversión, los objetivos de Chile a 2022

En el proyecto de Ley de Presupuesto 2020 del Gobierno de Chile, el Ministerio de Defensa Nacional (Mindef) detalla sus objetivos estratégicos del período 2019-2022. Avanzar en ciberdefensa, garantizar la inversión, mantener la cooperación internacional y modernizar la carrera militar son los objetivos prioritarios.

Al mando de Alberto Espina, el Mindef de Chile es el órgano superior de colaboración del presidente de la República en las funciones de gobierno y administración de la Defensa Nacional. Lo anterior rige bajo la Ley N° 20.424, Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa Nacional, que entró en vigencia el 4 de febrero del año 2010 y con el Decreto Supremo 248 de 2012, que aprueba el Reglamento Orgánico y de Funcionamiento del Ministerio de Defensa Nacional.

Los ámbitos de acción corresponden a las principales líneas de trabajo en torno a las cuales el Mindef ha estructurado su labor, derivado del Programa de Gobierno 2019-2022. Dentro de estos ámbitos de acción están: fortalecer la defensa de la soberanía e integridad territorial; contribuir de manera activa ante la Emergencia Nacional y Protección Civil; potenciar la cooperación internacional y apoyo a la política exterior; contribuir al desarrollo nacional y a la acción del Estado; cooperar con la Seguridad y los intereses territoriales; y propiciar el desarrollo tecnológico e industrial del sector.

Objetivos estratégicos

Los objetivos estratégicos a cumplir por el Ministerio, en el mediano plazo (dentro de los cuatro años), son: velar por el fortalecimiento y modernización de las Capacidades Estratégicas de la Defensa Nacional, así como avanzar en las capacidades de Ciberdefensa. Junto con aumentar la capacidad de contribuir al resguardo y protección de los intereses y derechos en la Antártica y en las áreas marítimas, jurisdiccionales o con responsabilidad internacional.

Además, potenciar la polivalencia de las Fuerzas Armadas, a fin de aportar al desarrollo y seguridad del país en tiempos de paz, en especial, en casos de emergencias y catástrofes naturales, sin que ello desnaturalice su función principal.

Otro objetivo, ya promulgado, es el reemplazo de la Ley del Cobre por un mecanismo de financiamiento estable y plurianual que garantice la inversión en desarrollo y el sostenimiento de las Capacidades Estratégicas, incluyendo la mantención de un Fondo de Contingencia Estratégica y un piso mínimo garantizado. También mantener la disposición y capacidad para cooperar con el Sistema de Seguridad Internacional a través de operaciones de paz, ayuda humanitaria o protección de las rutas de comercio internacional, siempre asegurando la coherencia con la política exterior y los objetivos estratégicos de la Defensa.

Se suma a lo anterior, modernizar la Carrera Militar a fin de aprovechar mejor la formación del personal activo, considerando que en la actualidad pasa a retiro personal altamente calificado que todavía cuenta con capacidades para seguir aportando en sus respectivas instituciones. Perfeccionar y actualizar los mecanismos de control interno, probidad y transparencia en las Fuerzas Armadas; y acercar la Defensa a la sociedad, impulsando el conocimiento y la participación del mundo académico, científico y social en estas materias.

Y por último, modernizar las normas que rigen los gobiernos corporativos de las Empresas Públicas de Defensa y generar mecanismos de cooperación con el sector privado.

Foto 1: Ejército de Chile.

Foto 2: Issan Valenzuela.