Esther Guimón es Ingeniero de Telecomunicaciones y responsable del Área de Ingeniería de Comunicaciones de Thales Programas. Comenzó su trayectoria en Amper Programas hace 25 años y ha llegado a tener, en algunos momentos, cerca de 50 personas a su cargo. Por su parte, Gema Martín del Burgo es Ingeniero Aeronáutico, se incorporó a la empresa hace 15 años al área de ingeniería de un nuevo Departamento de Radioayudas a la Navegación Aérea, y actualmente es responsable comercial de la línea de Gestión de Tráfico Aéreo (CNS/ATM), además de llevar las cuentas de Aena y Enaire. Ambas han superado una etapa universitaria y una trayectoria profesional no exenta de dificultades, pero han demostrado que la Ingeniería, independientemente del género, aporta valor añadido. En el Centro de Innovación de Thales, las dos ingenieros cuentan a Infodefensa.com las experiencias y anécdotas vividas en estos años, muy similares, a pesar de una diferencia de edad de 10 años.
¿Qué momentos destacan de sus trayectorias profesionales?
EG: Yo he tenido la suerte de participar en los principales programas de comunicaciones de Defensa de las últimas dos décadas. En 1992 me hicieron responsable de un pequeño departamento, formado por cuatro personas, encargado de la ingeniería del programa de la radio PR4G. Fuimos los encargados de poner en marcha la producción de los equipos en España, y desde entonces se han fabricado más de 10.000 radios, fundamentalmente para el Ejército de Tierra, pero también para la Armada y el Ejército del Aire. A partir de ahí fui teniendo responsabilidades en programas como la Red Básica de Área, el SIMACET (Sistema de Mando y Control del Ejército de Tierra), los primeros nodos de comunicaciones para la Unidad Militar de Emergencias, ó el Leopardo, donde fuimos responsables tanto de las comunicaciones como del sistema de mando y control del vehículo. Esta oportunidad de participar en los grandes programas de Defensa incluyendo el despliegue en el campo de los mismos (llegando en algún caso a estar “tirados” en el campo con los militares) es uno de los valores añadidos de la empresa, porque nos ha aportado una experiencia y un conocimiento extraordinarios de las necesidades y los sistemas del cliente.
GM: Yo me incorporé a Amper Programas para la creación de un departamento prácticamente nuevo dirigido a la instalación de radioayudas a la navegación aérea. El equipo se consolidó con cinco o seis personas y fue una época complicada porque siempre es difícil montar algo desde cero, pero también supuso un reto interesante a nivel profesional, porque nos permitió conocer casi todos los aeropuertos de España y atesorar una gran experiencia tanto en los sistemas como en el trato con el cliente. Estuve cinco años como Director de Proyectos y en 2006 me hicieron responsable de la sección de Ingeniería del departamento. En 2013 pasé a formar parte del Departamento Comercial, para ejercer de Sales Manager de los equipos de radioayudas a la navegación, y durante dos años lo compaginé con la dirección de la sección de Ingeniería. Con la entrada de Thales al cien por cien y, por tanto, la ampliación del portfolio de productos, he pasado a ser el Sales Manager de los sistemas CNS/ATM -Comunicación, Navegación, Vigilancia y Gestión del Tráfico Aéreo-, que ha sido hasta el momento una línea de mercado muy limitada, pero con un gran potencial que a partir de ahora, desde Thales Programas, se quiere impulsar.
Ambas han tenido una trayectoria ascendente en cuanto a responsabilidades, ¿ha sido difícil conseguirlo?
GM: Como mujer, ejercer un puesto de ingeniería no siempre ha sido fácil, pero la relación y la respuesta por parte del cliente han sido siempre muy positivas. En mi actual etapa como Sales Manager, el hecho de proceder del área de ingeniería me aporta ahora un conocimiento técnico y una experiencia sobre el terreno que el cliente valora.
EG: Mi primer cargo de responsabilidad me lo dieron a los dos años de entrar en la empresa y, desde ese momento, mi trayectoria ha sido siempre ascendente, lo cual no siempre ha sido bien entendido y aceptado. Pero puedo decir que siempre he estado bien valorada por muchos de mis compañeros y, fundamentalmente, por el cliente, que pienso que me considera una profesional seria.
¿Qué os llevó a optar por la ingeniería?
EG: Me decanté sobre todo por las asignaturas que me gustaban, las matemáticas, la física… Estuve pensando en hacer Arquitectura pero al final opté por Ingeniería, una decisión que no fue entendida en un primer momento por mi padre, que era médico, y esperaba que yo, al igual que mis hermanos mayores, estudiara Medicina. Era la única mujer de la clase y la carrera me decepcionó, porque era muy teórica y no te preparaba para el trabajo que tendrías que desarrollar después.
GM: Mi caso fue similar al de Esther: me gustaban las matemáticas y la física y además me llamaba mucho la atención el mundo aeroespacial. Sin embargo, al contrario que Esther, yo estuve muy apoyada por mi padre, que es perito industrial y le hubiera encantado haber podido estudiar una Ingeniería. Los primeros años de universidad fueron muy duros y frustrantes, porque entonces era la única Escuela de Ingeniería Aeronáutica de España y el nivel de exigencia era altísimo. De hecho, de los 200 estudiantes que empezamos, acabamos la carrera aproximadamente 50. Hubo algún momento en el que también estuve a punto de abandonar, pero finalmente continué y a partir de cuarto curso comencé a ver mayor aplicación de lo que estudiábamos al mundo real y empecé a ver lo atractivo del sector. Y ahora tengo que decir que he aprovechado muchas de las cosas que estudié, principalmente en el último año.
¿Hay interrelación entre el ámbito civil y el ámbito militar en la Ingeniería?
GM: El pertenecer a una compañía con productos tanto en el sector civil como en el militar, e incluso duales, te aporta experiencia y capacidad de trabajo conjunto. Nosotros hemos instalado también radioayudas en algunas bases del Ejército del Aire y, a la hora de ejecutar este tipo de proyectos, que eran totalmente distintos a los que manejábamos habitualmente en el ámbito civil en cuanto a gestión, organización y documentación nos hemos apoyado mucho en nuestros compañeros de Ingeniería que estaban trabajando con Defensa y ésta ha sido una interrelación muy beneficiosa que nos ha servido para otros proyectos.
EG: Nosotros trabajamos fundamentalmente en el ámbito militar pero también desarrollamos algunos sistemas para las Fuerzas de Seguridad, que están en la línea entre lo civil y lo militar, por ejemplo en lo relativo a vigilancia de fronteras. A nivel conceptual no hay grandes diferencias; lo que marca la diferencia es la aplicación, que en el caso de Defensa exige la rugerización de los equipos y un alto grado de cifrado.
¿Qué ha aportado la entrada al cien por cien de Thales en Amper Programas?
EG: Con las capacidades de Amper Programas en ingeniería y la experiencia y el amplio portfolio que tiene Thales, tenemos mucho que aportar a los grandes programas del futuro: Programas Tecnológicos del VCR 8x8 y la F110, así como en la segunda fase del programa de guerra electrónica Santiago. Otro proyecto clave para nosotros, dentro del Plan MC3, es la futura Red Táctica IP, que ya se está empezado a definir, y donde podemos aportar la experiencia de haber sido los suministradores de la red táctica actualmente en servicio, la RBA (Red Básica de Área), y el hecho de que Thales es un actor importante en la mayoría de grupos de trabajo sobre esta materia a nivel europeo y OTAN. También tenemos capacidades para optar al programa de radio definida por software, porque somos los suministradores de las radios PR4G y Thales ya se ha adjudicado el programa en Francia.
GM: Mi caso es algo diferente. Desde que se creó el departamento de radioayudas a la navegación aérea, lo que hemos hecho ha sido adquirir los equipos de Thales y montar una pequeña ingeniería alrededor. En este sentido, desde el principio hemos trabajado cien por cien con Thales y hemos ido a los aeropuertos siendo Amper Programas pero vendiendo producto de Thales, por lo que la transición hacia Thales Programas ha sido muy suave. Lo que sí ha aportado la entrada de Thales es un respaldo importantísimo a nivel de portfolio, porque nosotros hemos sido una línea de negocio muy constante en el tiempo pero estábamos prácticamente limitados a las radioayudas a la navegación. Ahora, con el respaldo de Thales, el reto es entrar de pleno en el mercado de la Comunicación/Navegación/Vigilancia y Gestión del Tráfico Aéreo. Sabemos que es difícil, pero hay una cifra muy significativa que indica que dos de cada tres aviones que despegan y aterrizan en el mundo lo hacen con equipos de Thales.
Fotos: Thales Programas