El jefe de máquinas de la fragata ARA Libertad, capitán de corbeta Emiliano Deon, realizó un recorrido junto a Infodefensa.com por las entrañas del buque escuela de Argentina y brindó detalles sobre los trabajos que allí se realizan.
El departamento de máquinas está compuesto por 51 personas y junto con el departamento de cubierta son los más grandes de la embarcación. Se divide a su vez en tres subdepartamentos: propulsión, encargado de la movilidad del buque; electricidad, que se aboca principalmente a la generación eléctrica y a la ventilación; y el de control de averías, encargado de servicios, tal vez la parte más difícil, o sea de mantener al buque a flote y a salvo.
Cuando uno mira a la fragata lo primero que ve son sus velas, pero en realidad tiene tres formas de propulsión, a vela, mixto (vela y motor) o solamente motor. Las condiciones climáticas o la condición de la derrota para llegar a un puerto determinan el tipo de propulsión a utilizar.
El buque es impulsado por dos motores principales de seis cilindros en línea, marca MAN, que entregan 960 HP a 900 RPM que le permite alcanzar una velocidad máxima de 13,7 nudos. Estos se acoplan a una caja reductora que se une a una sola línea de eje, una hélice de paso variable. Cambiar el ángulo de ataque de la hélice es lo que permite tener un mayor o menor empuje; o si se invierte el ángulo e ir en reversa.
La embarcación tiene dos generadores principales marca MTU de doce cilindros en V que entregan 420 kilowatt. El buque tiene una corriente de 380V y 50Hz, a diferencia de los 220V y 50Hz que tiene la corriente domiciliaria. Con un generador se abastece a todo el barco. Además, hay un generador conectado a una caja reductora que en condiciones ideales se puede acoplar a la línea de eje y genera luz, permitiendo apagar los motores principales y ahorrar combustible. Por último, tiene un generador de emergencia que está en stand by listo en caso de detectar alguna falla, para poder alimentar servicios esenciales, puente, una bomba timón y bomba de incendio.
El capitán Deon nos cuenta que ser parte de la tripulación es un orgullo: "Para todo aquel que está en el buque es un privilegio. Es algo con lo que todos sueñan. Soy un afortunado en haberlo alcanzado. Cada momento es emocionante. No hay palabras para describir cada situación y la emoción que uno tiene por pertenecer. Es algo único. Todos los días se vive algo soñado".