El Carrier Strike Group 25, el grupo de combate del portaaviones británico HMS Prince of Wales del que forma parte la fragata española Méndez Núñez, atravesó la pasada semana el Mediterráneo y, tras cruzar el canal de Suez, navega estos días por el mar Rojo frente a las peligrosas costas de Yemen, según muestran imágenes satelitales difundidas en redes sociales.
La presencia en la zona ha sido confirmada por el secretario de Defensa de Reino Unido, John Healey, que declaró a un medio inglés que, efectivamente, el buque insignia de la Royal Navy y su flota han llegado a esta "zona de alto riesgo" en la que los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, han estado atacando con drones y misiles varios buques mercantes que navegan por esta importante ruta comercial, incluyendo el HMS Diamond, un destructor de la marina de guerra británica.
Healey reveló a The Telegraph que “será una navegación realmente peligrosa” pero que el grupo de combate tenía "situaciones planificadas" en caso de que tuvieran que enfrentarse a un ataque de los hutíes. En cualquier caso, en fechas previas a la navegación de estos buques de guerra por la zona Reino Unido había llevado a cabo varios ataques contra las instalaciones de drones de los rebeldes yemeníes.
Junto al portaaviones HMS Prince of Wales, que porta cazas F-35 y helicópteros, navegan el destructor HMS Dauntless y las fragatas HMS Richmond, Méndez Núñez de la Armada, NCSM Ville de Québec, de Canadá y HNoMS Roald Amundsen de Noruega. También forma parte del grupo de combate el submarino nuclear HMS Astute. Todos ellos forman parte de la operación Highmast.
Hace apenas dos días, en la red social X se situaba el Carrier Strike Group británico unos 200 kilómetros al noreste de la ciudad saudí de Yeda. Según esta fuente que utilizaba imágenes por satélite, en la zona estarían también dos destructores lanzamisiles estadounidenses de la clase Arleigh Burke.
Estrecho de Bab el-Mandeb
El cuello de botella Bab el-Mandeb, el estrecho que enlaza el mar Rojo (al norte) con el golfo de Adén (al sur), en el Océano Índico, es un paso de ocho millas náuticas que se ha convertido en uno de los puntos calientes del planeta desde que allá por octubre de 2023 los rebeldes hutíes comenzaran a disparar misiles y drones kamikazes contra los buques mercantes que lo transitaban, en solidaridad, aseguran, con la situación del pueblo palestino.
Desde entonces, buques de guerra internacionales, fundamentalmente estadounidenses, británicos y franceses, han estado patrullando las inmediaciones y atacando las posiciones hutíes, aunque los ataques han continuado, razón por la que los barcos mercantes tratan de evitar la zona.
Como refuerzo a este grupo de combate multinacional, aviones británicos de la RAF habrían sido rastreados realizando operaciones sobre la zona. Según la web militar itamilradar.com se ha detectado la presencia de dos aviones cisterna de reabastecimiento aéreo A330 MRTT (denominados KC.2 Voyager en Reino Unido), un Eurofighter Typhoon y un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon que también participa en la misión.
Defensa en capas
De cara a un posible ataque, los buques británicos tienen previsto una defensa en capas y, además, entre éstos y las fragatas españolas, canadiense y noruega “existe una gran superposición de capacidades aéreas, de superficie y submarina”, según fuentes militares de la Royal Navy.
No hay que olvidar que el buque de guerra español, el cuarto de la clase F-100 de la Armada, está preparado para operar en todo tipo de escenarios gracias, entre otras cosas, a su sistema de combate Aegis. Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibuque AGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de cinco pulgadas y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas. Lleva además embarcado un helicóptero SH-60B Seahawk, preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie.
La misión Highmast pretende demostrar la capacidad de Reino Unido de proyectar poder globalmente y mantener operaciones navales y aéreas sostenidas lejos de sus bases locales, un componente clave de las estrategias de disuasión de la OTAN y sus aliados en el clima geopolítico actual.
La fragata española, que se integró en el grupo el pasado mes de abril tiene previsto navegar con el grupo de combate hasta agosto. Desde su salida del Arsenal del Ferrol realizó una serie de actividades para avanzar hacia la plena interoperabilidad en esta agrupación internacional. Durante las primeras jornadas, la Méndez Núñez y los demás buques establecieron las redes de comunicaciones y mando y control necesarias para trabajar de forma coordinada.
El comandante del grupo de combate —comodoro británico James Blackmore— embarcó en el buque español, donde conoció de primera mano sus capacidades. Este encuentro a bordo sirvió para intercambiar impresiones sobre los detalles operativos de las primeras fases del despliegue.
Ahora, la fragata navega con el resto de buques aliados hacia la zona de operaciones en el Indo-Pacífico, demostrando así sus capacidades y la preparación de su dotación. Como señalaba el capitán de fragata Muñoz-Delgado, “esta rápida y efectiva incorporación a la agrupación naval muestra el alto grado de interoperabilidad con nuestros aliados, con los que compartimos procedimientos en el ámbito de la OTAN, así como la preparación de la dotación del buque”
Preparación y alistamiento
Desde el punto de vista logístico, el alistamiento ha supuesto un esfuerzo adicional al enfrentarse a un despliegue de algo más de cuatro meses en un escenario alejado en aguas del Índico y el Pacífico. Este esfuerzo requiere la puesta a punto y la obtención de repuestos necesarios para mantener operativos todos sus equipos y sistemas; la preparación de la dotación, incluido el ámbito sanitario con la vacunación preventiva; o el embarque de material y víveres necesarios para un largo y exigente despliegue.
Esta misión es también una oportunidad para demostrar la independencia tecnológica de España y la capacidad de proyección de nuestras Fuerzas Armadas a distintas áreas geográficas.