El Ejército de Tierra, a través de la Jefatura de Asuntos Económicos del Mando de Apoyo Logístico, ha adjudicado este mes de junio a la empresa asturiana Adaro Tecnología un contrato por valor de 2.348.500 euros para la adquisición de botiquines de combate “destinada a cubrir las necesidades en operaciones de mantenimiento de la paz”, es decir, para los militares que formen parte de las contingentes españoles en el extranjero integrados en misiones internacionales.
Según el pliego de prescripciones técnicas que regulaba las características de estos botiquines individuales de combate (BIC), que forman parte del equipamiento sanitario de las unidades, deberán estar diseñados para ofrecer una primera atención sanitaria en situaciones de combate.
La Dirección de Sanidad del Ejército de Tierra ha especificado un conjunto de requisitos técnicos y operativos detallados para asegurar que cada unidad cuente con medios eficaces para atender hemorragias, quemaduras, heridas torácicas o situaciones de reanimación, todo ello en condiciones extremas y bajo presión.
Bolsa contenedora con 14 productos esenciales
Cada BIC está compuesto por una bolsa contenedora de alta resistencia y un conjunto de 14 productos sanitarios esenciales. Entre ellos destacan un torniquete, una venda hemostática, un aplicador hemostático, una manta superaislante, una cánula nasofaríngea, un apósito torácico, una venda de emergencia, una gasa para quemaduras y un protector para la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP), entre otros. Estos componentes permiten actuar con rapidez ante hemorragias masivas, proteger las vías respiratorias, tratar quemaduras o prevenir infecciones.
La bolsa contenedora ha sido especialmente diseñada para el entorno táctico. Fabricada en cordura de poliamida de alta tenacidad con recubrimiento de poliuretano, su resistencia a la tracción y al desgarro cumple con estándares militares. Tiene unas dimensiones compactas (190 x 160 x 80 mm), está disponible en color boscoso y árido pixelado (según modelo ET), e incluye un sistema de anclaje tipo MOLLE que permite fijarla con seguridad al chaleco táctico, cinturón o mochila del combatiente. Dispone de una estructura interna reforzada con placa rígida HDPE, cremalleras de alta durabilidad, y cierres de nylon/acetal, así como cintas elásticas interiores para organizar los contenidos. Además, está equipada con un sistema de fijación antideslizante y un orificio de ventilación en la base para facilitar la evacuación de humedad. En su parte delantera llevará marcado el texto B:I:C y Cruz Latina en negro.
Dispositivo electrónico
Uno de los elementos más relevantes de esta nueva generación de botiquines es la incorporación de un dispositivo electrónico que sirva como Sistema de Control Sanitario (SCS) que facilite y asegure la trazabilidad y control logístico, tanto de los BIC en sí mismos como de cada uno de sus productos. Este sistema pasivo permite almacenar información crítica sobre el contenido del botiquín —como número de serie, destino, lote y fecha de caducidad de cada componente—, garantizando así la trazabilidad y la gestión logística a lo largo de todo su ciclo de vida operativo. Además, será resistente a alta/bajas temperaturas, vibraciones y caídas, líquidos industriales, desinfectantes o corrosivos y lavado industrial.
Tijeras corta ropa
El interior del BIC incluye una tijera corta ropa de puntas redondeadas de acero inoxidable con ripper, herramienta ambidiestra que permite cortar tejidos gruesos, correajes o botas sin dañar al herido, con mango de material termoplástico. El ripper es un dispositivo de corte destinado a cortar con rapidez materiales resistentes y de cierto espesor como correajes, botas, uniformes o vendajes; que para su manipulación se fija a las tijeras de trauma estándar de 19 cm.
Venda hemostática coagulante
También se incluye una venda hemostática impregnada de un agente coagulante que actúa en menos de 60 segundos capacidad para controlar directamente una hemorragia, ya sea arterial como venosa incluso en condiciones de hipotermia del paciente. Llevará también un aplicador hemostático de tipo granular para introducir directamente en heridas penetrantes. Ambos utilizan el mismo agente coagulante para ser aplicados conjuntamente si fuera necesario.
Gasa para quemaduras
Otro elemento es una gasa de 10x10 centímetros para el tratamiento de quemaduras de primer, segundo y tercer grado, que deberá detener la progresión de la quemadura y disipar el excedente térmico acumulado en los tejidos, aliviando al tiempo el dolor de forma “inmediata y prolongada”.
Torniquete de molinete
De destacar también es el torniquete de molinete con autobloqueo ha sido diseñado para su colocación rápida incluso con guantes, y está optimizado para visión nocturna. Está destinado a cohibir por compresión las hemorragias de miembros superiores e inferiores, en aquellos casos en que la urgencia o gravedad de la hemorragia lo requiera y en tanto ésta pueda ser tratada de forma definitiva.
Manta superaislante de salvamento
Otro componente clave del botiquín es una manta superaislante de salvamento, envasada individualmente y que consiga mantener la temperatura corporal más del 85% del calor corporal, evitando la pérdida de calor. Asimismo, debe proteger del frío colocando la manta con la faz plateada hacia el paciente, reflejando el calor del cuerpo y evitando la hipotermia; protegerá también del calor colocando la faz verde o dorada hacia el paciente.
Apósito torácico
Incorporará también un apósito torácico para tratar heridas abiertas en el pecho que impida la entrada de aire pero que permita un flujo de baja resistencia al exterior de la cavidad torácica. Tendrá una válvula unidireccional que evite la obstrucción interna por coágulos o tejidos, e impedirá la oclusión externa por posible presión directa del propio uniforme, la protección balística, mantas de abrigo…
Guantes, protector bucal, venda, cánula y parche ocular
Además, en su interior habrá una bolsa contenedor, un par de guantes de nitrilo negros o color arena, resistentes al desgarro y adaptados a la talla XL. Se suma a ello un protector bucal para RCP para evitar el contacto entre el recuperador y la baja a la que se le está practicando la maniobra de RCP a la hora de dar las insuflaciones; una venda de emergencia de algodón con compresas integradas; una cánula nasofaríngea flexible con lubricante incluido, y un parche ocular rígido con cordón ajustable que permita proteger el ojo lesionado. Todos los productos cumplen con normativa CE y tienen una caducidad mínima de 42 meses.
Fichas con instrucciones para las heridas
Como apoyo a la actuación rápida, el Ejército ha incluido además un juego de cinco fichas plastificadas de colores, unidas por un remache, que recogen instrucciones básicas para los distintos tipos de heridas: amputaciones traumáticas de extremidades, heridas extensas con hemorragia; heridas penetrantes torácicas, abdominales y en extremidades. Cada tarjeta, encabezada por el emblema del Ejército, detalla los pasos básicos a seguir para estabilizar al herido y facilitar su evacuación.
Además de los botiquines operativos, se han previsto versiones específicas para entrenamiento e instrucción (BICI). Estos tienen el mismo formato que los botiquines reales, pero sus componentes están adaptados a fines didácticos. Incluyen simuladores de apósitos, vendas y torniquetes que permiten a los soldados familiarizarse con el contenido y el uso de cada elemento en condiciones similares al combate, pero sin utilizar material clínico real.
Con este nuevo modelo de botiquín individual de combate, el Ejército de Tierra avanza hacia un modelo de asistencia sanitaria más eficiente, interoperable y tecnológicamente avanzado, preparado para responder a las necesidades reales de sus tropas desplegadas en entornos hostiles.