La Fuerza Aérea belga mira al futuro con ambición. A medio plazo tiene previsto adquirir otros once aviones de combate de quinta generación F-35, para completar una flota final de 45 unidades de esta aeronave de la estadounidense Lockheed Martin, y más a largo también quiere contar con los desarrollos que salgan del programa de Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), en el que se incluye un caza de sexta generación. Ambos proyectos se recogen en el documento de algo más de cien páginas que acaba de publicar el Ministerio de Defensa del país, titulado Visión Estratégica 2025, en el que se exponen las líneas maestras de su defensa hasta 2034.
La “transformación profunda” que, a juicio del titular de Defensa del país, Theo Francken, deben acometer las Fuerzas Armadas belgas, según recoge en el propio documento, empuja al país a comprometerse con sus socios en defensa e invertir en grandes programas, gracias al incremento del presupuesto militar acordado para este año en 12.800 millones de euros, lo que le permite llegar al 2% comprometido con la OTAN. En este punto, hay que tener en cuenta que Bélgica se encontraba en 2024 en la cola del gasto militar de la Alianza, con un 1,29% de su economía dedicada a estas partidas, únicamente superada a la baja por España, con el 1,24%.
Sobre la compra adicional de F-35, Bélgica ya adelantó estos planes hace unos meses, apuntando que su intención es que los nuevos aviones se produzcan en Europa, en la fábrica de Leonardo en la que se montan en Italia, que es la única factoría del mundo donde se realiza este trabajo fuera del mundo. Ahora, el ministro Francken ha confirmado en su cuenta de la red social X la operación. “Vamos a comprar 11 F-35 adicionales, los mejores cazas del mundo. Se fabricarán en Italia”, ha escrito. El texto está acompañado por una fotografía de unos aviones de este modelo con la escarapela belga a la que se ha sobrepuesto una imagen del ministro y la expresión “Se aprueban once nuevos aviones de combate F-35” arriba y la frase “Fortalecimiento crucial para nuestra fuerza aérea con la producción en suelo europeo”.
En igualdad con Francia, Alemania y España
Sobre el FCAS, Bélgica se ha decidido al fin por dar el paso y formar parte del programa de pleno derecho “lo antes posible”, en igualdad de condiciones que los actuales tres socios (Francia, Alemania y España). Bruselas ya entró como observador del programa hace algo más de un año, después de que a mediados de 2023 el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la futura incorporación del país.
De acuerdo con la información recogida por Janes, Bélgica ya presupuestado 300 millones de euros para entrar en la próxima fase de desarrollo prevista del programa de Futuro Sistema Aéreo de Combate, que se calcula en un coste total de 5.000 millones para todos los socios. A partir de 2030, y durante toda esa década se estima que el desarrollo operativo del programa se sitúe entre los 40.000 y 50.000 millones de euros.
139.000 millones de 2026 a 2034
La confirmación de que Bélgica va a formar parte del FCAS llega en un momento en el que el proyecto se ha llegado a poner en duda, en gran medida por los requerimientos planteados por Francia para incrementar su papel en el desarrollo del avión de combate de sexta generación, núcleo de la iniciativa.
Ambos proyectos belgas (el del F-35 y el FCAS) podrán financiarse gracias a los 139.000 millones de euros que espera dedicar el país a su defensa entre 2026 y 2034, según la Visión Estratégica 2025, y que incluyen 34.800 millones de euros en compromisos de capacidad.