El pasado mes de julio se registró un hecho inédito en el conflicto armado colombiano: las Disidencias de las FARC lanzaron un ataque con drones contra una Patrullera de Apoyo Fluvial Pesado (PAF-F) de la Armada Colombiana (ARC) en el río San Juan del Micay, en el departamento del Cauca. Según se informó, una granada —transportada por un dron— impactó la popa de la PAF-F, sin causar víctimas entre la tripulación ni daños en la estructura de la embarcación.
Este ataque representa una escalada táctica por parte de los grupos armados ilegales en la región, que han comenzado a incorporar tecnologías no convencionales como drones para hostigar a las Fuerzas Militares. Las FARC, que mantienen actividades ilícitas como la minería ilegal en las vías navegables del Cauca, son un objetivo constante de la ARC, que ha intensificado sus operaciones para controlar y proteger estos corredores fluviales estratégicos.
Para hacer frente a estas amenazas, la ARC despliega no solo las patrulleras sino también unidades especializadas como el Batallón de Infantería de Marina No. 42, encargado de llevar a cabo operaciones terrestres y fluviales en zonas de alta conflictividad. La combinación de fuerzas y tecnología busca contrarrestar tanto el control territorial como las actividades ilegales de estos grupos armados.
Patrulleras diseñadas para el combate irregular
Las PAF-F —diseñadas por Cotecmar— realizan misiones de vigilancia, apoyo logístico y combate. Para ello cuentan con una tripulación fija de 31 personas y una tripulación flotante de 41, además de disponer de cuatro camas para atención hospitalaria, lo que permite mantener operaciones prolongadas en zonas remotas.
En cuanto a sus especificaciones técnicas, miden 40,30 metros de eslora y 9,50 metros de manga, con un puntal de 3,10 metros y un calado medio a máxima carga de 1,26 metros. Su desplazamiento es de 373 toneladas. En términos de desempeño, pueden alcanzar una velocidad máxima de 9 nudos (aproximadamente 16,7 km/h), una autonomía de hasta 20 días navegando con una tripulación de 30 personas y un alcance operativo de 2.900 kilómetros a velocidad de crucero.
Estas patrulleras están equipadas con el sistema de armas colombianos Escorpión, que incluye tres montajes dobles de ametralladoras Browning M2HB calibre 12.7x99 mm, cuatro ametralladoras US Ordnance M-60E4 de 7.62x51 mm y un lanzagranadas General Dynamics (Ordnance and Tactical Systems) MK-19 de 40x53 milímetros. Este armamento les permite ofrecer una capacidad de defensa y ataque adecuada para las operaciones fluviales en zonas con presencia de grupos armados ilegales.