La crisis con Catar abre dudas sobre la compra prevista de 72 F-15 a EEUU

El presidente estadounidense Donald Trump se ha unido a la iniciativa de Arabia Saudí y otros seis países musulmanes que el pasado lunes rompieron relaciones diplomáticas con Catar por su supuesta conexión con el terrorismo yihadista. La iniciativa, anunciada por Trump, como en otras ocasiones a través de la red social Twitter, puede tener una consecuencia directa en la industria militar norteamericana.

El Departamento de Estado aprobó el año pasado una venta de hasta 72 aviones de combate F-15A a la Fuerza Aérea catarí por un valor de 21.100 millones de dólares (18.750 millones de euros al cambio actual). En el nuevo contexto diplomático no queda claro que el acuerdo pueda llegar a ejecutarse.

Boeing, que es el fabricante de los aparatos comprometidos, espera mantener abierta con este contrato la línea de producción del caza de cuarta generación durante la próxima década. La anterior Administración estadounidense, encabezada por Obama, aprobó en noviembre esta transacción, prevista desde mucho tiempo antes, para tratar de reforzar a los aliados sunitas contra el rival chií que representa Irán. El acuerdo, en todo caso, aún no ha sido formalizado.

Estados Unidos cuenta también con una importante base aérea en el país, en las proximidades de Doha, desde la que lucha contra el Daesh. En estas instalaciones, denominadas Al Udeid, hay 10.000 soldados estadounidenses.

De acuerdo con distintas fuentes políticas citadas por Defense News, aún es pronto para saber si el contrato previsto va a quedar truncado por la crisis abierta en los últimos días.

Se da la circunstancia de que Arabia Saudí, que ha liderado las medidas contra Catar alegando que “financia el terrorismo”, firmó con Estados Unidos a finales del mes pasado la mayor venta militar de la historia norteamericana. En total, 110.000 millones de dólares en un lote de contratos que incluye aviones, barcos y bombas guiadas.

De continuar adelante el acuerdo, los F-15 cataríes serán fabricados en las instalaciones que Boeing Corporation tiene en Chicago.