Uno de los principios básicos de la Estrategia Industrial de Defensa en España es la creación de una base industrial y tecnológica sólida, diseñada para proporcionar a las Fuerzas Armadas los productos adecuados que les permitan cumplir con éxito sus misiones. Este enfoque no solo busca fortalecer su capacidad operativa, sino también fomentar un ecosistema industrial robusto, dinámico y colaborativo, que impulse la innovación y la cooperación dentro del sector.
La industria de defensa en España constituye un ecosistema complejo que integra a diversos actores: desde grandes empresas tractoras hasta pequeñas y medianas empresas (pymes), pasando por asociaciones sectoriales, universidades y centros de investigación. Este entramado industrial es esencial para garantizar la soberanía tecnológica y la seguridad nacional.
En cualquier país, el éxito de la industria de defensa depende en gran medida de la existencia de grandes empresas tractoras. Estas compañías tienen la capacidad de diseñar y desarrollar sistemas completos que responden a las exigencias de los grandes programas de defensa. No obstante, dependen de la participación de numerosas pymes para lograr el producto final deseado. Por todo ello, el verdadero motor de la innovación y la flexibilidad en este sector lo constituyen estas pequeñas y medianas empresas.
A pesar de su papel clave, las pymes suelen pasar desapercibidas ante la opinión pública. Cuando se piensa en la industria de defensa, la atención se centra frecuentemente en las grandes corporaciones del armamento y la tecnología. Sin embargo, las pymes representan el 80 % de la industria de defensa en España. Su dinamismo y su capacidad para agruparse en consorcios les permiten ofrecer soluciones integrales a proyectos complejos, desempeñando un papel crucial en el suministro de productos esenciales para las Fuerzas Armadas.
Además, su contribución va más allá del ámbito militar. Muchas de estas empresas desarrollan tecnologías con aplicaciones civiles, contribuyendo así al crecimiento económico y a la competitividad internacional de España. Son el corazón de la innovación en el sector defensa y actores clave en el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas.
Las pymes resultan fundamentales para garantizar la continuidad de la cadena de suministro y para cubrir todas las fases del ciclo de vida de los sistemas: desde el diseño y desarrollo hasta el mantenimiento y la actualización. Para dar respuesta a los mismos se necesitan empresas especializadas en ingeniería, logística y mantenimiento, que aseguran que los sistemas permanezcan operativos y actualizados a lo largo de toda su vida útil.
Algunas de estas empresas se enfocan en mejorar directamente la calidad de vida de los soldados. Desarrollan desde equipos de protección personal, cascos de combate y chalecos antibalas, hasta ropa y calzado especializado, además de soluciones para la alimentación y el bienestar en el campo de combate o misiones de paz. Estas contribuciones garantizan que los soldados operen de manera efectiva y segura en entornos exigentes.
Asimismo, muchas pymes son pioneras en la adopción y desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la defensa, como inteligencia artificial, ciberseguridad, comunicaciones y soluciones digitales avanzadas. Estas innovaciones son esenciales para mantener la superioridad tecnológica y asegurar que las Fuerzas Armadas cuenten con las herramientas más avanzadas.
La colaboración entre empresas tractoras y proveedores, muchas veces pymes , es vital para asegurar la calidad, la eficiencia y la resiliencia en la producción y el mantenimiento de sistemas de defensa.
Las empresas representadas por asociaciones como Aesmide son ejemplos evidentes de dinamismo e innovación. Aunque muchas de ellas permanecen en el anonimato para el público general, su contribución resulta vital para la industria de defensa. No solo proveen productos y servicios esenciales, sino que además generan empleo y dinamizan la economía en sus respectivas comunidades.
El papel de asociaciones como Aesmide es clave para dar visibilidad a estas pymes y promover su integración en el tejido industrial de defensa. No solo representan sus intereses, sino que también fomentan la cooperación y el intercambio de conocimientos entre sus miembros, fortaleciendo el conjunto del ecosistema. Aesmide, en particular, actúa como puente entre pequeñas empresas y grandes corporaciones, facilitando la creación de consorcios y alianzas estratégicas que permiten a las pymes acceder a proyectos de mayor envergadura.
Una estrategia basada en la colaboración
Las grandes empresas tractoras y las pymes trabajan conjuntamente, apoyadas por universidades y centros de investigación, para asegurar que las Fuerzas Armadas dispongan de las mejores soluciones posibles.
La colaboración entre grandes empresas y pymes no es una opción: es una necesidad para actuar como un pilar fundamental en la estrategia industrial de defensa de España. Esta sinergia permite que las capacidades de diseño y desarrollo de las primeras se complementen con la agilidad, especialización y capacidad de innovación de las segundas. Juntas, pueden abordar con éxito proyectos complejos y estratégicos para la defensa nacional.
En definitiva, la estrategia industrial de defensa en España es un ejemplo de cómo la colaboración y la innovación puede transformar un sector. Al integrar a grandes empresas, pymes, universidades y centros de investigación, España está construyendo una base industrial y tecnológica que no solo fortalece sus capacidades de defensa, sino que también impulsa el desarrollo económico y tecnológico del país.
Reconocer y apoyar a las pymes es esencial, ya que representan una parte significativa de la industria de defensa. Al trabajar en conjunto con grandes empresas y centros de investigación, estas pequeñas empresas no solo contribuyen a la defensa nacional desconocida por la sociedad, sino que también posiciona a España como un líder en innovación tecnológica en el ámbito internacional.
Impulsar el potencial de las pymes
Para maximizar el potencial de las pymes en el sector de defensa, es imprescindible contar con políticas y programas de apoyo que fomenten su crecimiento y desarrollo. Algunas medidas clave incluyen:
· Facilitar el acceso a financiación y subvenciones para que las pymes puedan invertir en I+D+i.
· Fomentar la colaboración con empresas tractoras. Aunque no siempre pueden gestionar grandes contratos por sí solas, su especialización y agilidad las convierten en socios imprescindibles. Estas colaboraciones permiten integrar componentes críticos, software y soluciones tecnológicas en proyectos de mayor escala.
· Potenciar sinergias y complementariedades. Al unirse en consorcios, las pymes pueden aprovechar las sinergias entre sus diferentes áreas de especialización. Por ejemplo, un consorcio entre una empresa especializada en ciberseguridad y otra en hardware puede ofrecer una solución integral que ninguna lograría por separado.
· Permitir el acceso a proyectos o licitaciones de mayor tamaño o complejidad. Los consorcios permiten a las pymes competir en igualdad de condiciones, accediendo a contratos que, por su tamaño o exigencias, serían inalcanzables de forma individual.
· Compartir riesgos y recursos. La cooperación entre pymes reduce la exposición individual y fortalece su capacidad colectiva de innovación.
Para facilitar la formación de consorcios de pymes en el sector de defensa, es importante contar con el apoyo de instituciones gubernamentales y asociaciones del sector. Esto puede concretarse en:
· Programas de incentivos fiscales y financieros que estimulen la cooperación y la formación de consorcios.
· Plataformas de colaboración donde las pymes puedan encontrarse, generar alianzas y compartir experiencias. Estas plataformas pueden ser gestionadas por asociaciones de la industria o por entidades gubernamentales, y pueden incluir eventos de networking, ferias y conferencias.
· Asesoramiento técnico y capacitación para superar barreras legales, logísticas o financieras, y estructurar adecuadamente acuerdos y proyectos conjuntos.
· Facilitación del acceso a mercados internacionales, ayudando a las pymes a identificar oportunidades de exportación y a cumplir con los requisitos regulatorios en otros países.
En un contexto geopolítico cada vez más complejo, apostar por una industria de defensa nacional fuerte, innovadora y cohesionada no es solo una cuestión de estrategia de defensa, sino también de visión de país. Reconocer el papel esencial de las pymes, integrarlas de manera efectiva en los grandes programas y dotarlas del apoyo necesario, es apostar por una defensa más preparada, una economía más sólida y una España más competitiva en el escenario internacional. La seguridad del futuro se construye hoy, desde la cooperación, la innovación y el compromiso compartido.