Robles dice que España no bloqueará un acuerdo de la OTAN sobre una nueva meta de gasto pero se aferra al 2%

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha asegurado este jueves en Bruselas que España está en condiciones de afrontar los nuevos objetivos de capacidades militares acordados en el seno de la OTAN manteniendo el gasto en defensa en el 2 % del PIB, el actual compromiso mínimo asumido por los países aliados.

“Con los objetivos de capacidades que se nos han adjudicado, España puede hacerles frente cumpliendo el 2%”, declaró Robles a los medios de comunicación durante su participación en la reunión de ministros de Defensa de la Alianza Atlántica que tiene lugar hoy en Bruselas. El mismo mensaje subió el Ministerio de Defensa español a sus redes sociales a la llegada de Robles a la capital europea y sede de la Alianza Atlántica.

La cita de hoy, centrada en la preparación de la cumbre de líderes que tendrá lugar en La Haya los días 24 y 25 de junio, ha servido para formalizar el acuerdo en torno a los nuevos requisitos de capacidades militares que deberán asumir los Estados miembros de aquí a 2032.

Entre las prioridades identificadas por la OTAN figuran los sistemas de defensa aérea, los misiles de largo alcance y los sistemas avanzados de mando y control. Tras la aprobación de estos objetivos, los países tendrán que definir las inversiones necesarias para dotarse de los medios requeridos.

Robles subrayó, no obstante, que si más adelante fuera necesario elevar el porcentaje de inversión para dar cumplimiento a estos compromisos, “evidentemente, se incrementaría”, según informó Efe. La ministra quiso dejar claro que España no bloqueará un eventual acuerdo sobre una nueva meta de gasto en defensa durante la próxima cumbre aliada, a pesar de las divergencias que aún existen entre los aliados respecto a elevar este umbral hasta el 5 % del PIB.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, explicó en Bruselas que el proceso abierto se articula en dos fases: primero, la definición de los objetivos de capacidades militares; y, después, el establecimiento de una nueva meta de gasto común. Ambos pasos están estrechamente ligados, ya que los compromisos operativos asumidos obligarán a los Estados miembros a planificar aumentos presupuestarios proporcionales a sus capacidades y estructuras de fuerza.