El Ejército de Tierra ha adjudicado a la empresa sueca Saab el contrato para el suministro de un nuevo simulador de duelo individual. En el proyecto, con un presupuesto de cerca de 30 millones de euros, también participará la española Grupo Oesía.
Ambas empresas colaboran desde hace años en el área de simulación. El Consejo de Ministros aprobó en noviembre del año pasado este programa para "la adquisición de simuladores de duelo individual para la instrucción y el adiestramiento del combatiente".
La contratación incluye cursos de formación al personal instructor y al personal especialista de segundo escalón de cada uno de los sistemas y subsistemas que componen los simuladores, así como el mantenimiento preventivo de los equipos.
El equipo ahora adjudicado simula las condiciones de un enfrentamiento individual, por medio de un conjunto de emisores láser y sensores. De esta forma, explica el Ministerio de Defensa, "el personal participante en el ejercicio va equipado con sensores situados sobre el cuerpo y con diferentes emisores láser para cada una de las armas cuyo efecto se pretende simular, transmitiendo un disparo láser por cada disparo de fogueo realizado por el arma. Los detectores capturan la señal láser emitida y registran el impacto sufrido".
El acuerdo marco tendrá una duración de cuatro años, previéndose la posibilidad de prórroga por dos más.
¿Cómo funciona el simulador de duelo?
Este tipo de simuladores permiten la instrucción táctica y de tiro de los soldados en un entorno de operación real, interactuando con todos los elementos que intervendrían en una situación auténtica. Están configurados con una serie de sensores láser sobre el uniforme de los combatientes y un emisor láser montado sobre el arma real para simular un enfrentamiento auténtico.
En el caso del simulador del Grupo Oesía, este sistema se complementa con una estación de análisis sobre PC portátil. La versión instrumentalizada incorpora un GPS y radio en una mochila que permite el control en tiempo real desde una estación de seguimiento en tiempo real del ejercicio.
La compañía española alcanzó en 2022 un acuerdo con Saab como socio tecnológico. La empresa sueca está especializada en este tipo de soluciones de simulación desde hace varias décadas y ha vendido sus productos a varios países de la OTAN, como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania.
El Ejército de Tierra ha apostado por el uso de simuladores de duelo individual como herramienta clave en la formación de sus efectivos. Estos sistemas, diseñados para reproducir con realismo enfrentamientos entre soldados, permiten instruir de forma segura, eficiente y con un elevado nivel de exigencia táctica.
Mediante sensores instalados en el uniforme y el armamento, junto con emisores láser sincronizados con el disparo del fusil, los simuladores detectan impactos, contabilizan aciertos y errores, y recrean situaciones de combate sin necesidad de utilizar munición real. El entrenamiento se realiza en espacios habilitados para tal fin, tanto en academias como en campos de instrucción, donde los militares pueden enfrentarse entre sí o ejecutar misiones simuladas bajo presión.
Cada ejercicio genera un registro detallado que permite evaluar la puntería, el tiempo de reacción, el uso del terreno, la correcta ejecución de órdenes y el comportamiento táctico individual. Esta retroalimentación inmediata ofrece a los instructores una base objetiva para corregir deficiencias y reforzar habilidades concretas, lo que repercute directamente en la preparación operativa de las unidades.
Entre las principales ventajas de estos simuladores destaca la posibilidad de entrenar en condiciones próximas a la realidad sin poner en riesgo la integridad física de los participantes. Además, su uso supone un notable ahorro logístico y económico al reducir el consumo de munición, el desgaste del material y la necesidad de grandes despliegues sobre el terreno. También permite la repetición inmediata de los ejercicios, lo que maximiza el aprovechamiento del tiempo de instrucción.
Otro aspecto relevante es su versatilidad: los sistemas pueden adaptarse a distintos escenarios operativos, ya sean entornos urbanos, boscosos o desérticos, facilitando la preparación para misiones internacionales o despliegues en teatros híbridos. Asimismo, los simuladores penalizan errores tácticos como la exposición innecesaria, la falta de cobertura o el fuego amigo, fomentando una disciplina rigurosa y una toma de decisiones más precisa bajo presión.
La integración de estos dispositivos en el programa de instrucción responde a la apuesta del Ejército de Tierra por una formación progresiva, donde la preparación individual precede al adiestramiento colectivo. En este contexto, la simulación se ha consolidado como un recurso fundamental que complementa al ejercicio real en campo abierto, reduciendo su frecuencia sin comprometer la eficacia del entrenamiento.
NEWSLETTER
ALERTAS
La OTAN examina a la brigada multinacional que lidera España en Eslovaquia
