Armada de Chile, liderazgo y poder naval en el Pacífico Sur
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Armada de Chile, liderazgo y poder naval en el Pacífico Sur

La institución espera concluir en 2021 la modernización de la tercera y última fragata Type 23. Foto Armada de Chile
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(Infodefensa.com)

La Armada de Chile, al igual que el resto de las instituciones de la Defensa Nacional del país, está inmersa en importantes programas de renovación y reemplazo de sistemas de armas que permitirán mejorar y aumentar cualitativamente su capacidad para enfrentar los nuevos desafíos del siglo XXI.

La institución tiene varios proyectos de modernización y adquisición en etapa de ejecución o en estudio ya que varios sistemas navales, aéreos y terrestres se acercan al final de su vida útil y es necesario iniciar su sustitución para garantizar la vigencia operativa y mejorar la eficiencia y eficacia del material. 

La FF-07 Almirante Lynch es la segunda de las tres fragatas antisubmarinas Type 23 de la Armada de Chile en finalizar el proyecto Pidaa que contempla la integración de nuevas capacidades de mando y control, sensores y defensa antiaérea local y de punto que permitirán asegurar su vigencia operativa por las próximas dos décadas.

La institución seleccionó en 2017 a Lockheed Martin como integrador principal del sistema de gestión de combate CMS 330, el misil antiaéreo/antimisil de guía activa CAMM de MBDA y el radar naval multifunción de vigilancia y adquisición de blancos TRS-4D de Hensoldt. Los trabajos se han desarrollado en la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar).

La modernización de la FF-07 Almirante Lynch comenzó en junio de 2019. Los trabajos fueron suspendidos temporalmente en junio de 2020 producto de un brote de coronavirus en su tripulación. Tras un paso por Valparaíso, que se extendió entre agosto y noviembre, la fragata retornó a Talcahuano en noviembre para concluir el montaje del radar TRS-4D.

Respecto a la tercera fragata antisubmarina Type 23 de la Armada de Chile, FF-06 Almirante Condell, el proceso de modernización se inició en las instalaciones de Asmar Talcahuano a comienzos de septiembre de 2020 y se extenderá hasta el 2021.

Proyecto Antártica I

 

La planta industrial Talcahuano de Asmar registraba en marzo de 2021 un avance de más del 40 en el programa de construcción del rompehielos Almirante Óscar Viel de la Armada de Chile.  Este buque constituye una iniciativa de gran valor estratégico ya que permitirá efectuar tareas logísticas, operaciones de búsqueda y rescate, investigación científica y reabastecimiento de las bases y estaciones científicas que Chile tiene en el continente blanco.

El rompehielos se basa en el modelo Vard 9 203 de Vard Marine y tiene clasificación Ice Class (PC5). Podrá romper una capa de hielo de un metro de espesor de un año de antigüedad cubierto con hasta 20 centímetros de nieve a una velocidad de tres nudos. Tendrá una eslora de 111 metros, 21 metros de manga y 7,2 metros de calado y será capaz de operar a una temperatura de -30°C. Dispondrá de un alcance de 14.000 millas náuticas, autonomía para operar 60 días y su velocidad máxima será de 15 nudos.

El proyecto Antártica I experimentó algunos retrasos en 2020 producto del coronavirus lo que ha obligado a la reprogramación de la entrega de equipos principales por parte de proveedores internacionales y a contratar a empresas locales para que apoyen el armado de bloques ya que las cuarentenas han impedido al astillero contar con todo su personal.

El contrato de construcción entre Asmar y la Armada de Chile se firmó el 23 de noviembre de 2017 y está valorado en un monto de 216 millones de dólares. La empresa espera entregar el buque en 2024 para que la primera dotación inicie su entrenamiento y pueda desarrollar la primera campaña antártica a fines de ese mismo año.

Reemplazo de buques anfibios

 

La firma de arquitectura naval e ingeniería marina canadiense Vard Marine Inc se adjudicó en diciembre de 2020 el contrato de diseño básico de la nueva generación de buques de transporte militar y anfibio que construirá Asmar para la Armada de Chile.

El proyecto Escotillón IV permitirá reemplazar a las barcazas LST-92 Rancagua, LST-95 Chacabuco y al transporte AP-41 Aquiles que se acercan a su obsolescencia logística y operativa. por unidades multipropósito diseñadas de acuerdo a las necesidades y requerimientos específicos de la institución

Las nuevas unidades de transporte militar tendrán la capacidad de realizar apoyo logístico, misiones de búsqueda y rescate (SAR), movimiento y despliegue de tropas y material, y asistencia humanitaria y respuesta a desastres (HADR).

El buque se basará en los diseños existentes de la Serie 7 de Vard Marine y se adaptará especialmente a los requisitos específicos de la Armada de Chile, incorporando la última generación de sistemas integrados de varadero que permiten el transporte y despliegue de una amplia gama de carga en contenedores y vehículos, lanchas de desembarco, helicópteros y botes de rescate para misiones logísticas, SAR y HADR.

La construcción de la primera unidad del proyecto Escotillón IV comenzará una vez terminado el rompehielos Almirante Óscar Viel y se estima que a finales del 2022 ó 2023 se produzcan los primeros bloques en Asmar Talcahuano. El proyecto considera además una cuarta unidad que reemplazará al buque multipropósito LSDH-91 Sargento Aldea.

Proyecto Puente IV 

La Armada de Chile incorporó en el primer semestre de 2020 las fragatas antiaéreas clase Adelaide FFG-11 Capitán Prat (ex HMAS Newcastle) y FFG-14 Almirante Latorre (ex HMAS Melbourne) que operaron en la Real Armada Australiana (RAN) y que fueron adquiridas en 2019 a través de una transferencia de gobierno a gobierno. La compra consideró un completo paquete logístico y cursos de capacitación técnica en Australia. 

El arribo de los buques permitió a la institución el reemplazo de dos fragatas antiaéreas clase L de origen neerlandés que cumplieron su vida útil por obsolescencia logística y mantener una fuerza operativa de ocho buques de superficie para garantizar la seguridad y la protección de los intereses nacionales.

El proyecto Puente IV contempló, entre las opciones, la construcción de los reemplazos en Asmar y la compra de fragatas usadas. La primera alternativa se descartó por la alta inversión necesaria y el tiempo que demandaría la implementación del programa de construcción naval en Asmar Talcahuano. En el segundo caso se evaluaron también las fragatas Type 23 de la Royal Navy y las fragatas clase M de la Real Armada de Países Bajos.

Las nuevas unidades de la Armada de Chile cuentan con los misiles antiáreos Raytheon SM2 Block IIIA que proporcionan un sofisticado sistema de defensa de zona con un alcance que excede los 166 kms y que incrementan significativamente la cobertura antiaérea de la Escuadra Nacional.

Proyecto Remolcador

 

El remolcador de flota ATF-65 Janequeo, adquirido al astillero indio Larsen & Toubro Shipbuilding, arribó el lunes 22 de febrero al puerto de Valparaíso tras un viaje de más 11.000 millas náuticas por los océanos Índico y Pacífico. Su compra forma parte del proyecto Remolcador y permitirá mantener y complementar las capacidades de rescate y salvataje que realizan el ATF-66 Galvarino y el ATF-67 Lautaro

El objetivo del proyecto Remolcador es fortalecer la capacidad de rescate y salvataje, tanto de buques civiles como militares en el área de responsabilidad nacional, salvaguardar la vida humana en el mar, la preservación del medio ambiente y los recursos naturales, brindar apoyo logístico en donde se requiera y la capacidad de realizar el rescate y salvataje de un submarino.

La institución contó con el apoyo de la Armada de Estados Unidos para buscar la mejor alternativa que existiera en el mercado y que permitiera además de salvaguardar la vida humana en el mar, servir como una plataforma de rescate y salvataje de submarinos. 

Tras evaluar diversas opciones, la institución eligió un buque especializado en remolque y manejo y posicionamiento de anclas (Ahtsv) que tenía a la venta desde el 2018 el astillero indio Larsen & Toubro Shipbuilding. La compra del Ahtsv, por un valor de 11,5 millones de dólares, se realizó a través de la modalidad de Ventas Militares Extranjeras (FMS) del Departamento de Defensa de Estados Unidos y fue gestionado por el Naval Sea Systems Command (Navsea).

La unidad, antes de emprender el viaje, recibió trabajos en las instalaciones del astillero indio ubicadas en Kattupalli que incluyeron mejoras en habitabilidad e instalaciones sanitarias además de nueva pintura en la superestructura, cubierta y casco. El buque realizó recaladas en su viaje a Chile en los puertos de Colombo, Singapur, Male y Singapur.

Fuerza de Submarinos

 

La Fuerza de Submarinos finalizó en 2018 el primer programa mundial de recuperación integral de submarinos de la clase Scorpène. Este programa efectuado en las instalaciones de Asmar Talcahuano permitió recobrar las capacidades nominales originales de diseño de los submarinos SS-23 General O´Higgins y SS-22 General Carrera que están en servicio en la Armada de Chile desde mediados de la primera década del siglo XXI.

El trabajo realizado por el astillero nacional abarcó la recuperación completa del casco, motores eléctricos y diésel, activación y reemplazo de las baterías además de la revisión y recuperación de todos los componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos, ópticos e hidráulicos que poseen estas plataformas de combate.

El primer refit se realizó en el SS-23 General O´Higgins y concluyó en 2016. Por su parte, el SS-22 General Carrera finalizó este programa en el segundo semestre de 2018. Cabe destacar que el SS-23 General O´Higgins incorporó un disipador de calor para reducir la firma térmica generada por los gases de escape dificultando las tareas de detección de sensores térmicos embarcados en aeronaves.

Respecto al armamento de los submarinos Scorpène, la Armada de Chile firmó en 2017 un contrato con el fabricante Leonardo para modernizar los torpedos pesados Black Shark a la nueva versión Black Shark Advanced que incorpora mejoras e incremento en las prestaciones de las baterias del arma tanto para actividades de entrenamento como en su configuración operativa. 

El próximo desafío que deberá enfrentar la Fuerza de Submarinos será el reemplazo de los submarinos SS-20 Thomson y SS-21 Simpson de la clase 209/1400L que cumplirán su vida útil a finales de la próxima década. Se espera que participen en este proceso el Scorpène 2000 de Naval Group de Francia, el A26 de Saab Kockums de Suecia y el submarino clase 214 de ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS).

La institución ha decidido emprender un programa de modernización para extender la vida útil de los submarinos clase 209/1400L por otros 10 años. Actualmente, el SS-20 Thomson está en este proceso para continuar operando eficientemente durante un nuevo ciclo y se espera realizar trabajos similares en el SS-21 Simpson.

Aviación Naval

 

La Armada de Chile recibió a finales de 2020 el primero de cinco helicópteros livianos Airbus H125. Las nuevas aeronaves forman parte del proyecto Gaviota impulsado por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar) para reemplazar a la antigua flota de helicópteros Bell 206 Jet Ranger III (UH-57B) en servicio desde la década de 1970. El contrato considera un paquete de apoyo completo que abarca asesoría técnica, repuestos y capacitaciones. 

Los helicópteros se emplearán en una amplia gama de misiones entre las que destacan la protección de la vida humana en el mar; control del tráfico marítimo; aeroevacuaciones médicas; apoyo a la mantención de la señalización marítima además de instrucción básica de pilotos de la Aviación Naval. En 2021 arribarán dos unidades mientras que los dos últimos helicópteros serán entregados en 2023. El proyecto contempla además la construcción de un hangar en la base aeronaval Concón.

La Aviación Naval incorporó en abril de 2020 el primer avión de entrenamiento Pilatus PC-7 Turbo Trainer modernizado con una nueva aviónica digital integrada por Avionics Services. La aeronave incorporó el sistema electrónico de instrumentos de vuelo Genesys Aerosystems IDU-680, un horizonte artificial StandBy modelo ESI-500 de L3 y un sistema de control de parámetros de motor (EWD) Glass Panel Engine Monitor MVP-50T de Electronics International. La empresa brasilera tiene previsto finalizar durante este año 2021 la actualización de las siete aeronaves Pilatus PC-7 Turbo Trainer.

La institución reincorporó en abril de 2021 el segundo y último avión de exploración aeromarítima y lucha antisubmarina Lockheed P-3ACH Orion que fue modernizado en Canadá por IMP Aerospace. El proyecto Albatros IV amplia en 15.000 horas de vuelo la vida operativa de los dos Orion que tiene en servicio la Aviación Naval. El programa contempla trabajos de mantenimiento de depósito, reemplazo de componentes de las alas y montaje de un nuevo estabilizador horizontal, integración de aviónica digital Fligh2™ de Collins Aerospace y renovación de los motores. 

Lanchas de patrullaje y señalización marítima

 

Asmar entregó a la Armada de Chile las últimas cinco lanchas de polícia marítima Defender de Safe Boats Internacional que permitirán brindar mayor seguridad y fiscalización a las actividades realizadas en los ríos y lagos ubicados entre San Antonio y Puerto Montt.

Las lanchas corresponden al tercer y último lote de un total de 15 embarcaciones que la institución comenzó a recibir en 2018 como parte del proyecto Rhin II Lacustre que contempló el reemplazo de ocho lanchas clase Rodman 890 construidas en 1998 en los astilleros Rodman Polyship de Vigo, España, y que cumplieron su vida útil de 20 años.

Los componentes de las 15 lanchas Defender fueron enviados en contenedores por Safe Boats International a Chile y los trabajos de armado, integración y pruebas de los radares, cámaras térmicas, equipos de comunicaciones, sistemas de seguridad, motores propulsores y otros sistemas auxiliares estuvieron a cargo de Asmar Valparaíso.

Directemar tiene en ejecución el proyecto Fénix que busca incrementar las condiciones de seguridad en las rutas marítimas habilitadas del país. Esta iniciativa comenzó en 2017 y permitiá la renovación del 80 de dispositivos de señalización marítima, faros, balizas y boyas en un plazo de 10 años.

El proyecto Fénix considera la compra de 65 boyas convencionales, 21 boyas pilares, 400 torres de diversas alturas, el reemplazo de 766 fanales de distinto alcance, más de 300 fuentes de energía y 470 paneles solares.



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